Guerra de Ucrania
BlackRock y otros fondos buitre de EEUU son los dueños de Ucrania
Es más que probable que Trump negocie los términos de la paz en Ucrania con Larry Fink, CEO de BlackRock
BlackRock es el mayor fondo de inversión del mundo, sus activos ascienden a 10 billones de dólares y, si fuera un país, sería la tercera economía del planeta, solo por detrás de EEUU y China. Muchos de sus directivos han acabado formando parte del gobierno de Washington y su presidente tiene hilo directo con los primeros ministros de todos los países. Saber esto es la clave para comprender como puede controlar la destrozada economía ucraniana, que además el propio Zelenski puso en sus manos en mayo de 2023, algo más de un año después del comienzo de la invasión rusa —no de la guerra entre Rusia y Ucrania, que los expertos fijan en la anexión de Crimea de 2014—.
Kiev decidió hace casi dos años que una serie de empresas financieras asesorarían “gratis” el diseño del Fondo de Desarrollo de Ucrania (UDF) y una de ellas, evidentemente BlackRock, coordinaría la gestión de los recursos que se atrajeran para la reconstrucción al final de la guerra. Serán inversiones en infraestructuras, energía, agricultura, industria y medios de comunicación. Es decir, el señor Fink tiene información privilegiada sobre cuales son las mejores oportunidades de negocio en Ucrania y las grandes empresas tendrán que hablar con él para conseguir su tajada.
Las obras para recuperar el país cuando acabe la contienda están en manos del mayor fondo de inversión mundial
A Zelenski no se le ocurrió de pronto poner su país en manos de los buitres estadounidenses, es algo a lo que se vio obligado porque BlackRock y otros fondos son los principales tenedores de deuda de Ucrania, que camina al borde del default desde el primer año de guerra. Para pagar las armas y todo el coste de la contienda, privatizó los recursos naturales, las infraestructuras industriales y energéticas, la explotación de minerales, la gestión del agua y las tierras de cultivo, hasta el punto de que la mitad de estas las posee BlackRock. Esta situación convierte a Ucrania en “un país que debe recuperar su soberanía”, según lo define Pierre de Gaulle, presidente de la Fondation pour la Paix et l’Amitié entre les Peuples, nieto del general que gobernó Francia, quien asegura que hace tiempo que Rusia ganó la contienda, pero que el beneficiario será EEUU.
La guerra no hizo más que empeorar la situación económica preexistente desde que se independizó de la URSS en 1994. Entonces Ucrania no tenía deuda, pero desde esa fecha comenzó a endeudarse, especialmente con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Con cada acuerdo, el FMI fue exigiendo más políticas neoliberales que, como en todos los países del este europeo trajeron privatizaciones, perjudicaron las condiciones de vida de la población, degradaron los servicios públicos, redujeron los salarios reales y las ayudas sociales. Los oligarcas locales y las multinacionales aprovecharon la terapia de choque para enriquecerse en medio de una corrupción de grandes proporciones.
Los buitres son los principales acreedores de la deuda ucraniana y se cobran en tierras y dividendos
Volvamos a la actualidad. En 2021 la deuda pública de Ucrania era del 49% del PIB, llegando al 84% a finales de 2023. Entre 2022 y 2024, el endeudamiento creció un 60%, ascendiendo a finales del año pasado a 160.000 millones de dólares. Ya en el primer año de guerra se estableció una moratoria en los pagos y en 2024 el gobierno alcanzó un acuerdo de reestructuración de más de 20.000 millones de dólares con parte de sus acreedores privados, que detentan un 25% de los bonos, para evitar la suspensión de pagos. Los tenedores, entre los que destacan Amundi, BlackRock y Amia Capital, aceptaron pérdidas del 37% con una quita de 8.670 millones. A pesar de este acuerdo, la quiebra es más que posible, no hay que olvidar que en los dos años de moratoria, el país sumó más de 3.000 millones de intereses impagados al monto total de su deuda.
Los fondos de inversión, que por algo llevan el apodo buitre, no regalan nada. Reestructuran la deuda, pero se siguen enriqueciendo con la guerra en marcha. BlackRock ha obtenido cuantiosos dividendos como inversor en las corporaciones que venden armas a los ucranianos. El fondo es propietario del 6.1% de Boeing; el 5.6% de General Dynamics; el 6.2% de Northrop Grumman; el 6.3% de Lockheed Martin y el 7% de RTX (Raytheon). Según Micaela Constantini, analista de PIA Global, en solo un año de guerra, las acciones de estas empresas incrementaron su valor entre un 15% y un 39%. No sería de extrañar que detrás del rechazo al acuerdo de paz de 2022 estuvieran los intereses del capital, con más poder que el de cualquier gobierno.
El dinero no tiene escrúpulos, BlackRock y el resto de los fondos, tampoco, su objetivo es maximizar la rentabilidad de sus inversiones en cualquier sector, sin preocuparse por el coste social, por eso apuesta por las guerras cuando le convienen y presiona a los políticos para que sigan sus dictados. Además, entra donde considera que obtendrá beneficio, hasta con el enemigo de sus en teoría amigos. Así, pocos meses después de la invasión de Ucrania, en agosto de 2022, se supo que quería invertir en la explotación de pozos de gas natural en Rusia, algo lógico porque tenía acciones en la energética rusa Gazprom. Finalmente, la inversión no se llevó a cabo, quizá porque dejó de parecerle rentable tras la voladura del Nord Stream un mes después.
Para terminar habría que recordar la capacidad de la empresa del señor Fink para infiltrarse en los sistemas económicos y políticos de cualquier país, colocando a partidarios suyos en parlamentos, judicatura y hasta gobiernos, para conseguir leyes o decisiones favorables a sus intereses. No controla solo la economía, también parte del poder mediático, así logra que las ideas neoliberales se difundan y mantener sus actuaciones fuera del foco de la opinión pública.
En España BlackRock tiene participaciones de más del 5% en entidades como Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Naturgy, Iberdrola, Telefónica, Repsol o Enagás. En junio de 2023, gestionaba activos por valor de 47.000 millones de euros en nuestro país desde 19 de las 35 empresas del Ibex. No solo obtiene grandes rendimientos de todo este capital, sino que influye en la política económica, ¿o alguien piensa que en las reuniones que ha mantenido Fink con el presidente Pedro Sánchez se han limitado a hablar del tiempo?
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