India paga caro proteger a sus vacas
En India, la ley también prohíbe el sacrificio de las vacas que ya no son productivas.DreamstimeEXPANSIÓN
POR AMY KAZMIN | FINANCIAL TIMES
Actualizado: 23/11/2017 00:30 horas
El endurecimiento de la legislación respaldada por el partido que gobierna el país está causando estragos en la economía rural, afectando sobre todo a la producción de leche y al comercio de carne bovina.
Sohan Lal, un agricultor del estado indio de Madhya Pradesh, comparte los mismos obstáculos a los que se enfrentan los otros 120 millones de agricultores que hay en India, desde las inclemencias del tiempo a la fluctuación de los precios de las materias primas. Pero, estos días, Lal, que cultiva trigo y soja, se enfrenta a una nueva amenaza que está causando estragos en la economía rural de India: las vacas que vagan sin rumbo, entran en las parcelas y se comen las cosechas.
En 2004, el Gobierno, dirigido por el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP) cuyos seguidores más ortodoxos veneran a las vacas como a deidades, aprobó una ley en la que prohibía el sacrificio del ganado bovino. La legislación, vigente en muchos de los estados del país, fue objeto de una enmienda en 2012 que endureció aún más las penas de cárcel.
Tan lejos ha llegado este asunto, que se han producido linchamientos a manos de bandas organizadas que patrullan las carreteras de noche en busca de camiones de contrabando de ganado.
La ley, que también prohíbe el sacrificio de las vacas que ya no son productivas, ha acabado con lo que en su día fue un próspero mercado de carne y piel. Ahora mismo, el ganado sobrante se abandona en plena oscuridad en autopistas o a las afueras de los pueblos. Esto ha provocado un aumento de ganado salvaje. "La gente que no tiene dinero para alimentar a las vacas se deshace de ellas por la noche. Los animales abandonados están acabando con nuestras cosechas", lamenta Lal.
Aunque India es el primer productor de leche del mundo, ante el constante aumento de su población, al país le cuesta hacer frente a la creciente demanda de alimentos. Ante el auge del partido dirigido por el primer ministro Narendra Modi, el ganado suelto es un problema que va en aumento, ya que el BJP utiliza su mayor influencia para endurecer la ley que protege al ganado bovino y limita su comercio.
Los cambios en 2016 de una compleja cadena de suministro que vinculaba a los productores de productos lácteos con las exportaciones de carne y piel, valoradas en 11.000 millones de dólares, ponen de manifiesto las contradicciones de la Administración Modi.
En 2014, el primer ministro llegó al poder respaldado por su compromiso de acelerar el crecimiento económico y crear oportunidades de empleo para los 12 millones de jóvenes indios que cada año se incorporan al mercado laboral.
Sin embargo, su promesa se ha visto frustrada por la influencia de los sectores más radicales del nacionalismo hindú, que dan prioridad a las sensibilidades de la mayoría hindú frente a las iniciativas políticas.
En su afán por ampliar la protección del ganado bovino-a costa de una industria que emplea a unos 5,5 millones de personas-el BJP de Modi ha demostrado que sus propuestas ponen en juego los intereses económicos del país, incluida la necesaria creación de empleo.
Los economistas aseguran que las políticas destinadas a proteger a las vacas suponen un golpe a la economía rural, ya que la mitad de los hogares se dedica a la cría del ganado bovino. Los expertos advierten del estancamiento de la producción de leche y de un fuerte repunte de los precios. "Parece increíble que no se estén teniendo en cuenta las consecuencias de estas políticas. Si los ganaderos no pueden vender el ganado que les sobra, el coste de la leche se multiplicará para que la industria de los lácteos sea sostenible", lamenta Ravi Srivastava, catedrático de Economía de la Jawaharlal Nehru University.
El movimiento para la protección de las vacas comenzó en el Norte de India a finales del siglo XIX. Según Gilles Verniers, profesor de Ciencias Políticas en Delhi, "las vacas siempre han formado parte de la vida rural en India. Se convirtieron en símbolo de la identidad nacional hindú, que no se centraba tanto en la religión, sino en los símbolos culturales patrios".
La consideración de la vaca como símbolo nacional sagrado también aumentó las tensiones entre hindúes y musulmanes, ante la costumbre de estos de sacrificar animales en algunas de sus festividades.
Tras la independencia de India en 1947, los líderes conservadores hindúes intentaron incluir la prohibición del sacrificio de las vacas en la Constitución. Aunque su propuesta fue rechazada, se redactó una directiva en la que se instaba a los diferentes estados del país a prohibir su sacrificio. Aunque en la década de los 50 muchos estados aplicaron la directiva, a menudo se ha permitido la matanza del ganado más viejo para su venta a países como Bangladesh. Mientras la producción de leche en India aumentaba en las dos últimas décadas, también lo hacían las exportaciones de carne y piel.
Sin embargo, en la campaña de 2014, Modi criticó públicamente el aumento de las exportaciones de carne. "Los ciudadanos que sacrifican vacas están acabando con nuestra fuente de leche", lamentó.
Desde entonces, el BJP ha penalizado el comercio de ganado, incluso en el caso de los animales que ya no son productivos.
Este verano, Nueva Delhi emitió una orden por la cual la compraventa de ganado bovino para su sacrificio se consideraba delito. De momento, se encuentra en el Tribunal Supremo para su aprobación.
En cuanto a la producción de leche, también se está viendo seriamente afectada. El próspero estado de Punjab - donde Nestlé tiene la mayor planta de procesamiento de leche de India- encabeza los esfuerzos por aumentar la producción de leche en el país. Los granjeros del estado han dado la espalda al ganado nacional optando por razas como la Holstein-Friesian, procedente de la Baja Sajonia, que destaca por su producción de leche. Como resultado, el Punjab produce el 8% de la leche del país. Según Ajay Vir Jakhar, que preside la Comisión de Ganaderos del Punjab, la política de Modi tendrá serias repercusiones en la producción de leche. "Dentro de diez años, India importará leche", advierte.
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