El
sudeste asiático lanza un nuevo bloque económico (en realidad es un sub
conjunto del Aseam conformado por Singapur , Myanmar, Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia,
Filipinas, Tailandia y Vietnam)
El
sudeste asiático lanza un nuevo bloque económico
http://lat.wsj.com/articles/SB12571106120993794730004581448701788418480?tesla=y
La caña de
azúcar y la industria azucarera, uno de los fuertes de Filipinas, está entre
los temas más conflictivos para la Asean. PHOTO: TREFOR MOSS/THE WALL STREET JOURNAL
Por
Ben
Otto en Yakarta y
Trefor Moss en Negros, Filipinas
Jueves,
31 de Diciembre de 2015
0:08 EDT
Diez
naciones del sudeste asiático darán inicio hoy a un ambicioso experimento: la integración de sus
economías, un intento por aumentar la influencia global y la prosperidad de
esta región de 622 millones de habitantes.
Este mercado
común, que lleva más de una década en construcción y aspira a convertirse en un
bloque regional que compita con China y Japón, incluye economías tan diversas
como la rica y abierta Singapur y la emergente Myanmar.
Estos
países, que ya integran la Asociación de Naciones del
Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés), planean impulsar las
relaciones económicas entre ellos mediante una mayor reducción de aranceles y
un flujo más libre de mano de obra, servicios y
capitales a través de una región que se extiende más de 6.000 kilómetros desde el océano Pacífico al Índico.
El bloque
—que también incluye a Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas,
Tailandia y Vietnam— alberga una clase media en rápida expansión,
pero también exhibe una pobreza y desigualdad de ingresos generalizadas. Los
líderes del grupo esperan que este proyecto, que tomará años para completarse,
aumente el bienestar económico de la población en una región que espera que su
economía se duplique a casi US$2,6 billones para 2030.
“Es un gran
hito para nosotros”, dijo Le Luong Minh, secretario general del bloque. Hace
menos de medio siglo, algunos países del sudeste asiático estaban todavía en
guerra, enfatizó el funcionario. “Hemos hecho un gran progreso”.
La
integración económica de la región está también en el centro de la política del
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hacia Asia, en parte para hacer
frente al ascenso del poder militar y económico de China. EE.UU. ha contribuido al esfuerzo ayudando a los
países de la Asean a integrar sus procedimientos aduaneros y comerciales.
En el corto
plazo, es poco probable que Washington concrete algún acuerdo importante con el
nuevo bloque. En lugar de ello, los funcionarios estadounidenses esperan poner
en marcha el Acuerdo Transpacífico, o TPP, un
pacto comercial de 12 naciones —entre ellas Chile, Perú, México, Brunei,
Malasia, Singapur y Vietnam— y ampliar el acuerdo a otros países que han
expresado interés por firmarlo, como Indonesia y Filipinas.
“La forma en que EE.UU.
ve esto es que se comience con el TPP [para] construir el ’patrón de oro’ del
comercio [y luego] poco a poco construir eso en Asia para permitir una mejor
integración”,
dijo Carl Baker, director del Foro del Pacífico del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales, con sede en Hawai. “Al trabajar con [esos países]
mientras construyen su comunidad económica, EE.UU. ve una alternativa para
equilibrar la influencia económica de China”.
Los
gobiernos de China y Japón, que compiten por
poder e influencia sobre esas naciones, también han expresado su apoyo a los
esfuerzos de integración del bloque Asean.
Los
objetivos del grupo reflejan los de su precursor en los años 50, la Unión
Europea, otro bloque geopolítico cuyos miembros padecieron años de conflictos
internos antes de unirse. Al igual que en Europa, la integración plena podría
llevar décadas.
El grupo del
sudeste asiático no planea tener una moneda común como el euro y todavía limita
los viajes transfronterizos, a diferencia de lo que ocurre en la UE con la
denominada área Schengen. Las barreras a los servicios financieros
transfronterizos y el transporte, por ejemplo, aún existen. Y aunque los
miembros de la Asean han reducido los aranceles de importación en los últimos
años, otras barreras, como las cuotas de importación y los requisitos de idioma
para trabajadores extranjeros, tardarán años en ser desmantelados, dicen
expertos.
“La realidad, le
decimos a nuestros miembros, es que [por ahora] es necesario tener una
estrategia para la Asean y 10 estrategias individuales”, dijo Alexander Feldman, quien
encabeza el Consejo Empresarial EE.UU.-Asean.
El debut del
bloque también está avivando algunos temores.
En un
reciente día de diciembre en la isla de Negros,
Filipinas, un aire suave envolvía un ingenio azucarero que tritura 5.000
toneladas de caña de azúcar al día. En los campos cercanos, unos hombres
trabajaban turnos de 10 horas bajo un sol
abrasador para cortar caña por sólo US$2,40.
Alguna vez
el motor de la economía filipina, la industria azucarera ha estado en declive
desde mucho antes de que comenzaran las negociaciones del bloque comercial.
Ahora, alimentadas por la sospecha de que la creación del bloque empeorará la
situación de un sector que emplea 785.000 personas, esas preocupaciones van en
aumento.
Al igual que
la vecina Indonesia, Filipinas ha reducido su
arancel de importación de 38% a 5% en los
últimos años para satisfacer los requisitos de la Asean. Ambos países están
preocupados por Tailandia, que según la American
Sugar Alliance, subvenciona su industria con US$1.300
millones al año, dando lugar a precios artificialmente bajos. La Asean
no regula los subsidios. Tailandia niega que subvenciona su industria
azucarera.
“Las importaciones
baratas llegarán, los precios caerán y nuestros trabajadores y agricultores van
a sufrir”, dijo
John Lozande, secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores del
Azúcar de Filipinas. Pero a pesar de la baja reciente de aranceles, Lozande
reconoce que sus preocupaciones no se han hecho realidad.
Otras
industrias están también nerviosas. Trinh Minh Anh,
subdirector de un panel del gobierno vietnamita para la integración económica
internacional, dijo este mes que la industria automotriz
de Vietnam sufrirá debido a la competencia de Indonesia
y Tailandia, sobre todo después de 2018, cuando el bloque elimine los
aranceles a la importación de automóviles.
En
Indonesia, algunas
empresas están preocupadas porque creen que la formación del bloque acelerará
la fuga de cerebros a los países más ricos como Singapur
y Malasia. “Me preocupa que perdamos nuestros talentos más brillantes
por mejores salarios en el extranjero”, dijo Haryadi Sukamdani, presidente de
la Asociación de Empleadores de Indonesia. Ese tipo de preocupaciones podría
frenar la integración, dicen algunos expertos, a medida que los países se
esfuerzan por ratificar las medidas acordadas a nivel regional.
El nuevo
bloque comercial “no va a cambiar nuestra estrategia drásticamente”, dijo Eddy
Setiawan, que dirige la unidad del sudeste asiático de Dow Chemical Co.
“Tenemos una analogía similar a la de la UE”, donde la compañía cuenta con
estrategias individuales para reflejar la “dinámica muy diferente de cada
país”.
El nuevo
bloque tiene sus orígenes en una unión de países mayormente en desarrollo creada en 1967, durante la guerra de Vietnam, por los
gobiernos proestadounidenses de la región. El impulso hacia la integración del
sudeste asiático creció durante la crisis asiática de finales de los años 90,
cuando los países cuyas monedas se derrumbaron se sintieron tratados
injustamente por las instituciones globales de rescate.
La
Asean espera construir
sobre esas bases no sólo para impulsar el comercio, sino para coordinar políticas
que beneficien a los consumidores, como por ejemplo, la reducción de los cargos
de roaming de telefonía móvil, o permitir que los trabajadores calificados
viajen libremente entre los distintos países.
“Cualquier
trabajo que se haga para reducir los costos de fricción, barreras arancelarias
y comerciales... nos va a permitir a nosotros y a empresas como la nuestra
contratar más personas allí y hacer más”, dijo John Rice, vicepresidente de
General Electric Co. quien dirige las operaciones globales de la compañía.
—Will Mauldin en Washington y Nopparat Chaichalearmmongkol en
Bangkok contribuyeron a este artículo
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