La dinastía Assad se derrumba en Siria mientras las fuerzas rebeldes toman control de Damasco
- Siria ha estado sacudida por 13 años de conflicto civil, desencadenado por las manifestaciones a favor de la democracia de marzo de 2011 contra el régimen gubernamental represivo.
- Las escaladas en Siria ocurren mientras los aliados de Assad, Rusia y el grupo militante libanés Hezbollah, se han distraído cada vez más con batallas en sus propios frentes internos, enfrentando a Ucrania e Israel, respectivamente.
- Los mercados han estado siguiendo de cerca los acontecimientos militares en busca de señales de un impacto en los suministros en el Medio Oriente, rico en petróleo, así como de nuevas perturbaciones comerciales a lo largo de rutas comerciales críticas.
La dictadura dinástica de Assad, que dura más de 50 años, estaba al borde del colapso el domingo, cuando las fuerzas rebeldes tomaron la capital, Damasco, en una ofensiva relámpago que arrasó las ciudades más grandes del país en cuestión de días.
Las fuerzas de defensa del gobierno respaldado por Rusia e Irán han estado luchando por frenar el avance rebelde que comenzó con la rápida invasión de la ciudad norteña de Alepo la semana pasada, rompiendo un estancamiento que duraba años. El ataque ha sido liderado por el grupo militante islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) -al que Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU designaron como organización terrorista- y sus aliados, que han ampliado el alcance de su campaña al sur del país y ahora también capturaron las ciudades clave de Hama y Deir el-Zor.
“Declaramos que la ciudad de Damasco está libre del tirano Bashar al-Assad”, dijo Hassan Abdul-Ghani, comandante de alto rango del HTS, en una publicación en WhatsApp. “A las personas desplazadas en todo el mundo, una Siria libre los espera”.
CNBC no pudo verificar de forma independiente los acontecimientos del terreno.
El paradero del presidente Bashar al-Assad, que asumió el poder en 2000 tras la muerte de su padre Hafez, es incierto. Varios medios de comunicación, que la CNBC no pudo confirmar de forma independiente, afirman que ha huido de Damasco.
El primer ministro sirio, Ghazi al-Jalali, dijo que permanecía en su casa y estaba dispuesto a apoyar la continuidad del gobierno sirio.
“Creemos que Siria pertenece a todos los sirios y a todos sus ciudadanos, y que este país puede ser un estado normal, que construya buenas relaciones con sus vecinos sin entrar en alianzas o bloques regionales”, dijo, según informó NBC News. “Este asunto queda en manos de cualquier líder elegido por el pueblo sirio, y estamos dispuestos a cooperar con ellos brindándoles toda la ayuda posible”.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, destacó el domingo que este es un “momento decisivo” en la guerra civil siria y pidió “acuerdos de transición estables e inclusivos”.
Varias naciones han evacuado sus embajadas en medio del conflicto de Damasco, y el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, está “siguiendo de cerca” los acontecimientos y manteniendo el contacto con sus socios regionales, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett.
Aliados distraídos
El avance sobre Damasco se produce después de que los militantes llegaran a Homs, la tercera ciudad más grande del país y un punto de estrangulamiento entre los territorios controlados por los rebeldes y la capital. Tomar posesión de Homs plantearía desafíos significativos para los rebeldes, que tendrían que enfrentarse a una concentración de fuerzas gubernamentales y ganar el apoyo de las comunidades alauitas locales pro-Assad, escribió el 5 de diciembre Qutaiba Idlbi, miembro senior del Atlantic Council.
“Lo que es más importante, los rebeldes que avanzan hacia Homs pondrán a prueba las líneas rojas de Rusia en Siria. Hasta ahora, Rusia no ha proporcionado un apoyo militar serio para mantener las defensas de Asad en las zonas que está perdiendo ante los rebeldes”, añadió Idlbi. “Si bien Rusia ha llevado a cabo algunos ataques aéreos en Idlib y Alepo para contrarrestar los avances rebeldes, no ha intervenido directamente en Hama. Esta moderación refleja los cálculos estratégicos de Moscú para evitar una expansión excesiva”.
Siria lleva 13 años sacudida por un conflicto civil, que comenzó en marzo de 2011 con las manifestaciones pro democracia contra el régimen represivo del gobierno, al mismo tiempo que se produjeron levantamientos regionales similares durante la Primavera Árabe. El gobierno de Assad respondió a las protestas sirias con una fuerza letal, lo que derivó en pedidos de dimisión, disturbios en todo el país y el surgimiento de grupos de oposición. Las conversaciones de paz llevadas a cabo por separado por la ONU y por Rusia, Irán y Turquía aún no han dado frutos.
La escalada siria se produce en un momento en que los aliados de Asad, Rusia y el grupo militante libanés Hezbolá, se han visto cada vez más distraídos por la batalla en sus propios frentes internos, enfrentándose a Ucrania e Israel, respectivamente. La agitación siria exacerba el conflicto más amplio en Oriente Medio, que se desató en octubre de 2023 con un ataque terrorista perpetrado por el grupo militante palestino Hamás en Israel, lo que llevó a la campaña militar de represalia de la nación judía en la Franja de Gaza y a sus intercambios de fuego con Hezbolá, los hutíes yemeníes e Irán.
“Esta ofensiva ultrarrápida es un cambio monumental en el conflicto sirio y resalta la debilidad inherente del régimen”, escribió Natasha Hall, investigadora principal del Programa de Medio Oriente en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, y señaló además que “el frágil estancamiento se derrumbó cuando los aliados de Assad, Irán y Hezbolá, se han visto significativamente debilitados” por las ofensivas militares israelíes, mientras que “Rusia se ha visto empantanada en Ucrania y en los disturbios en Georgia”.
En una actualización en su plataforma Truth Social, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que “el protector de Asad, Rusia, Rusia, Rusia, liderada por Vladimir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo. No había ninguna razón para que Rusia estuviera allí en primer lugar. Perdieron todo interés en Siria debido a Ucrania”.
Los mercados han estado siguiendo de cerca los acontecimientos militares en busca de señales de un impacto en los suministros en el Medio Oriente, rico en petróleo, así como de nuevas perturbaciones comerciales a lo largo de rutas comerciales críticas.
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