Israel dijo el domingo que estaba llevando a cabo nuevos ataques aéreos contra “docenas” de objetivos de Hezbolá en el Líbano, después de matar al líder del grupo respaldado por Irán, Hassan Nasrallah.
Hezbolá confirmó el sábado que su líder Nasrallah murió en un ataque israelí el día anterior en los suburbios del sur de Beirut, lo que supone un duro golpe para el grupo que había liderado durante décadas.
Su asesinato marca una aguda escalada en casi un año de enfrentamientos transfronterizos entre Hezbolá e Israel, y corre el riesgo de sumergir a toda la región en una guerra más amplia.
Israel continuó atacando al Líbano el domingo, y el ejército afirmó que “atacó docenas de objetivos terroristas en el territorio del Líbano en las últimas horas”.
Los ataques tuvieron como objetivo “edificios donde se almacenaban armas y estructuras militares de la organización”.
El ejército ha atacado cientos de objetivos de Hezbolá en todo el Líbano desde el sábado, dijo, mientras busca desactivar las operaciones militares y la infraestructura del grupo.
Hezbolá inició ataques transfronterizos de baja intensidad contra tropas israelíes un día después de que su aliado palestino Hamás lanzara su ataque sin precedentes contra Israel el 7 de octubre, desencadenando la guerra en la Franja de Gaza.
Israel ha planteado la posibilidad de una operación terrestre contra Hezbolá, lo que ha suscitado una amplia preocupación internacional.
Tras la muerte de Nasrallah, Netanyahu dijo que Israel había “ajustado cuentas” por el asesinato de israelíes y ciudadanos de otros países, incluidos estadounidenses.
'Derramamiento de sangre injusto'
Nasrallah era el rostro de Hezbolá y gozaba de un estatus de culto entre sus partidarios musulmanes chiítas.
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, dijo: “Su eliminación hace del mundo un lugar más seguro”.
Pero el primer vicepresidente de Irán, Mohammad Reza Aref, denunció el “derramamiento de sangre injusto” y amenazó con que el asesinato de Nasrallah provocará la “destrucción” de Israel.
Hamás condenó el asesinato de Nasrallah como un “acto terrorista cobarde”.
Líbano, Irak, Irán y Siria declararon luto público, mientras que los hutíes de Yemen dijeron que dispararon un misil al aeropuerto Ben Gurion de Israel el sábado, con la esperanza de alcanzarlo cuando Netanyahu regresara de un viaje a Nueva York.
El presidente estadounidense, Joe Biden -cuyo gobierno es el principal proveedor de armas de Israel- dijo que era una "medida de justicia", mientras que Kamala Harris, que se postula para reemplazarlo en la Casa Blanca, llamó a Nasrallah "un terrorista con sangre estadounidense en sus manos".
Irán convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU en protesta por el asesinato de Nasrallah.
En la carta, el enviado de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, pidió al Consejo de Seguridad que “tome medidas inmediatas y decisivas para detener la actual agresión de Israel” y evitar que “arrastre a la región a una guerra a gran escala”.
Los analistas dijeron a AFP que la muerte de Nasrallah deja a Hezbolá bajo presión para dar una respuesta.
“O vemos una reacción sin precedentes por parte de Hezbolá... o esto es una derrota total”, dijo Heiko Wimmen, del grupo de expertos International Crisis Group.
El ministro de Información del Líbano, Ziad Makary, dijo durante una sesión del gabinete el domingo que los esfuerzos diplomáticos para un alto el fuego con Israel todavía estaban “en marcha”.
Desplazamiento masivo
Más de 700 personas han muerto en ataques israelíes contra el Líbano, según cifras del Ministerio de Salud, desde que comenzaron los bombardeos de los bastiones de Hezbolá a principios de este mes.
Los ataques del sábado mataron a 33 personas y hirieron a 195, dijo el ministerio.
La mayoría de las muertes en el Líbano se produjeron el lunes, el día de violencia más mortífero desde la guerra civil del país (1975-1990).
El alto responsable de los refugiados de la ONU, Filippo Grandi, dijo que “más de 200.000 personas están desplazadas dentro del Líbano” y más de 50.000 han huido a la vecina Siria.
Cientos de familias pasaron la noche del sábado a la intemperie mientras los ataques aéreos golpeaban el sur de Beirut.
"Ni siquiera empaqué ropa, nunca pensé que nos iríamos así y de repente nos encontraríamos en la calle", dijo a la AFP Rihab Naseef, un residente del sur de Beirut de 56 años.
Mientras tanto, ataques aéreos de origen desconocido en el este de Siria mataron a 12 combatientes proiraníes e hirieron a un gran número de personas, dijo el domingo un monitor de guerra.
Los ataques, en la ciudad de Deir Ezzor y sus alrededores y cerca de la frontera con Irak, no fueron reivindicados de inmediato pero tenían como objetivo posiciones militares, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Israel quiere "eliminar esta amenaza"
Netanyahu ha prometido seguir luchando hasta que la frontera con el Líbano esté asegurada.
“Israel tiene todo el derecho a eliminar esta amenaza y devolver a nuestros ciudadanos a sus hogares sanos y salvos”, afirmó.
Los diplomáticos han dicho que los esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza fueron clave para detener los combates en el Líbano y alejar a la región del abismo.
El ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel causó la muerte de 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluyen a los rehenes muertos en cautiverio.
De los 251 rehenes tomados por militantes, 97 siguen retenidos en Gaza, incluidos 33 que, según el ejército israelí, están muertos.
La ofensiva militar de represalia de Israel ha matado al menos a 41.586 personas en Gaza, la mayoría de ellas civiles, según cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud del territorio.
La ONU ha calificado las cifras de fiables.
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