Megapuerto de Chancay podría ser usado por la marina china para apoyar “operaciones contra la costa oeste de EEUU”, advierte The Telegraph
Puertas abiertas. El enclave marítimo que operará Cosco con un contrato sin fecha de caducidad en Perú podría colocar a la nación andina en una posición angular ante una eventual guerra mundial entre China y EEUU, según el medio especializado del Reino Unido.
La instalación del Puerto de Chancay al norte de Lima coloca al Perú en una posición angular para un eventual enfrentamiento militar entre China y Estados Unidos, además de consolidar peligrosamente la Franja y Ruta del gobierno de Xi Jinping en este lado del mundo, advirtió el medio británico The Telegraph.
En un amplio informe difundido esta semana, el diario del Reino Unido explicó que la construcción del terminal ha suscitado malestar entre los residentes de la ciudad pesquera del mismo nombre, debido a que interrumpe y reduce sus faenas de pesca, además de generar localmente un pandemonio total debido a las explosiones para ganarle terreno al mar.
Oficialmente, recuerda The Telegraph, el Puerto de Chancay está diseñado para facilitar el transporte de materias primas como maíz, soja, cobre y litio desde países como Argentina y Colombia hacia la superpotencia asiática. Vale precisar que, en la primera etapa del proyecto enarbolado por Cosco, no se permitirá el embarque de minerales.
Su ubicación estratégica, con una ruta de 23 días para conectar Sudamérica y el Asia, permitirá reducir significativamente los tiempos de transporte, evitando el desvío atlántico hasta el Canal de Panamá.
Desde un inicio, la construcción ha interrumpido las actividades pesqueras locales y ha causado disturbios debido a las explosiones necesarias para ganar terreno al mar. Los residentes de Chancay han expresado su malestar por la reducción de sus faenas de pesca y el caos generado por las obras.
Sin embargo, más allá de las quejas locales, el proyecto ha suscitado preocupaciones geopolíticas. Según Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College, el puerto podría servir como una base para la marina china, permitiendo a Beijing proyectar su poder militar a través del Pacífico.
El especialista de una de las escuelas superiores de servicio militar norteamericano señala que, en un escenario de conflicto con Occidente (una nueva guerra mundial, considerando el peso geopolítico de ambas naciones en el mapa internacional), “Chancay podría ser utilizado para apoyar operaciones contra la costa oeste de Estados Unidos”, indica Ellis.
Chancay, potencial enclave militar chino
“Si hay un caso ejemplar del uso de un puerto comercial por parte de China para recibir y reabastecer buques de guerra chinos en el hemisferio occidental durante una guerra con Estados Unidos, o usar subrepticiamente un puerto comercial para fines militares, es este”, destaca
El puerto, aunque públicamente destinado a fines civiles, forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Xi Jinping, un programa de infraestructura global que, según la ley china, debe ser capaz de servir también al Ejército Popular de Liberación, refiere el medio británico.
Esta dualidad en su propósito ha generado inquietud entre los analistas internacionales, pues la construcción del puerto ha sido vista por las fuentes consultadas por The Telegraph como una “pieza clave en la estrategia de China para consolidar su influencia en Latinoamérica”.
La integración económica que promete el puerto podría fortalecer los lazos comerciales entre China y la región, pero también plantea desafíos en términos de soberanía y seguridad para los países involucrados, explica el medio.
Chancay, una ciudad portuaria en Perú, ha sido identificada como un punto estratégico en la dinámica de poder entre Estados Unidos y China. Según el Asia Pacific Policy Institute, un centro de estudios estadounidense, la ubicación de Chancay podría permitir que los buques de guerra chinos atracados allí sobrevivan a un intercambio de ataques militares entre las dos potencias.
De acuerdo al informe, el puerto de Chancay es un ejemplo de la estrategia “primero civil, después militar” que China ha implementado en numerosos proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta alrededor del mundo. Esta estrategia implica la construcción de infraestructuras civiles que, posteriormente, pueden ser adaptadas para usos militares.
“Es un esfuerzo por ser sutil y discreto mientras se expande la capacidad del Ejército Popular de Liberación de proyectar poder en el extranjero”, dijo Danny Russel, vicepresidente del instituto, a The Telegraph.
Influencia china en Perú se intensifica
El proyecto de la Franja y la Ruta, presentado por Xi Jinping en 2013, busca facilitar los vínculos comerciales y económicos entre China y unos 140 países, principalmente en Asia, África y América Latina.
Este ambicioso plan, enfatiza The Telegraph, ha permitido a China desplazar a Estados Unidos como principal socio comercial de América Latina, según informaciones recientes. En 2022, el comercio total entre América Latina y China alcanzó los US$351.000 millones, superando los US$297.000 millones del comercio entre la región y Estados Unidos.
Vale precisar que, a diferencia de otros contratos portuarios en el Perú (30 años renovables), el Puerto de Chancay será operado por Cosco sin fecha de caducidad. Una situación sui generis en la legislación peruana, pero que fue avalada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Este cambio significativo en las relaciones comerciales se produjo en 2018, durante la presidencia de Donald Trump. Desde entonces, la brecha se ha ampliado bajo el mandato de Joe Biden. La Iniciativa de la Franja y la Ruta ha sido un factor clave en este proceso, con numerosos proyectos de infraestructura que han fortalecido la presencia china en la región.
Además de América Latina, la iniciativa también ha llegado a democracias occidentales como Italia y Portugal. La expansión de estos proyectos en diferentes partes del mundo ha consolidado la posición de China como una superpotencia económica global.
La creciente influencia de China en América Latina y otras regiones plantea importantes preguntas sobre el futuro de las relaciones comerciales y geopolíticas a nivel mundial. Mientras tanto, la competencia entre China y Estados Unidos por el dominio económico en la región continúa intensificándose.
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