ACTUALIZADO SÁB, 24 DE JUNIO DE 202320:31 EDT
El jefe de Wagner, Prigozhin, se irá a Bielorrusia, dicen los medios estatales rusos, cuando termine la rebelión
Este ha sido el blog en vivo de CNBC que sigue la evolución de la guerra en Ucrania.
Menos de 24 horas después de que los mercenarios del Grupo Wagner tomaran el control de la estratégica ciudad sureña de Rostov y comenzaran una marcha de un convoy armado hacia Moscú, el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, anunció abruptamente el sábado por la noche que su violento intento de insurrección había terminado.
“Ha llegado el momento en que la sangre puede derramarse. Por eso, entendiendo la responsabilidad de derramar sangre rusa en uno de los lados, estamos haciendo retroceder nuestros convoyes y regresando a los campamentos de acuerdo con el plan”, dijo Prigozhin en un canal oficial de Telegram.
Pocas horas después de la declaración, los mercenarios de Wagner en Rostov fueron filmados subiendo a sus camiones y saliendo de la ciudad. Mientras lo hacían, los civiles se tomaron selfies con las tropas de Wagner y los vitorearon.
El aparente final de la marcha de Wagner sobre Moscú se produjo como resultado de un acuerdo alcanzado entre Prigozhin y el Kremlin, negociado por un intermediario poco probable: el presidente bielorruso Alexander Lukashenko.
A cambio de su regreso, el caso penal contra Prigozhin se había desestimado, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a los periodistas rusos, según el medio estatal TASS.
El mismo Prigozhin “irá a Bielorrusia”, dijo Peskov, describiendo lo que parecía ser una especie de exilio oficial.
Los mercenarios de Wagner que participaron en la “caminata” de Prigozhin no serán procesados, dijo Peskov, citando su servicio a Rusia hasta ahora en la guerra de Ucrania. En cambio, se les daría la oportunidad de firmar contratos para unirse al ejército ruso, aparentemente para regresar a la lucha en Ucrania, informó TASS.
A primera vista, el acuerdo parecía señalar el final del Grupo Wagner y la integración de sus combatientes en las fuerzas armadas rusas.
Peskov también dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, no daría un discurso ni comentarios en vivo sobre los eventos de las últimas 24 horas.
La ausencia de Putin del ojo público cuando su control del poder enfrentaba su mayor desafío fue otro detalle notable de la insurrección fallida.
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