Moody’s mantiene en “altamente especulativo” calificación de riesgo de El Salvador
La agencia mantiene la calificación en B3 con perspectiva positiva, dice que podría mejorar dependiendo de la capacidad del Ejecutivo y Legislativo de trabajar juntos. Moody’s también señala bajos niveles de inversión “crónicos” y el peso cada vez más alto de la deuda en las finanzas públicas.
Moody’s mantiene la calificación de riesgo de El Salvador en B3, que significa que prestar al país es algo “altamente especulativo”, lo que está en línea con la calificación que las otras agencias, Fitch y S&P, han otorgado al país.
B3 está solo a un peldaño de las calificaciones más bajas, que inician en Caa1 en el caso de Moody’s, y que significarían que la capacidad de pago del país está sujeta a que las condiciones económicas sean favorables. El Salvador ya estuvo en esos niveles cuando el Gobierno cayó en impago al no cumplir un pago con los fondos de pensión.
En lo que sí difiere Moody’s a las demás agencias es que considera que la perspectiva es “positiva”, es decir que ve más probable que la calificación mejore a que empeore o se mantenga. En un documento de análisis la agencia explica las razones.
En cuanto al crecimiento económico, la agencia considera que el país mantiene un ritmo estable pero bajo, pues desde 2014 en promedio cada año el producto interno bruto (PIB) crece 2.4%. En el caso de la dolarización, si bien significa que el país no tiene herramientas monetarias, tiene una inflación baja y estable. Eso es un punto a favor.
Entre las debilidades están el alto peso de la deuda y de los intereses, así como niveles “crónicamente” bajos de inversión. Asimismo, el bajo crecimiento económico y el déficit fiscal, es decir la diferencia entre los gastos del Gobierno y los gastos, se han mantenido y han provocado que el endeudamiento del país pasara de 65 % del PIB en 2014 a 72% en 2019.
Ahora Moody’s prevé que el ratio de deuda pasará a 84% del PIB al cierre del año. Los intereses que se pagan han pasado de representar el 12.3 % de los ingresos en 2014 a 16% en 2019 y 18% en 2020.
“Sin embargo, esperamos que la tendencia de la deuda se estabilice en 2021 y que los indicadores de sostenibilidad de la deuda de El Salvador mejoren de forma moderada, considerando menos gastos y una recuperación en los ingresos del Estado”, dice el documento, originalmente en inglés.
Moody’s explica que la calificación podría subir si pese a los “transitorios” episodios de tensión política, hay evidencia que el Ejecutivo y el Legislativo “son capaces de establecer una relación de trabajo que prevenga una escalada en los riesgos de liquidez del Gobierno, como ha sucedido en el pasado”.
Es decir si el Gobierno y la Asamblea logran llegar a acuerdos relacionados a financiamiento a pesar del conflicto político. También, una mejora en la dinámica de la deuda contribuiría a una mejor calificación. Un período de hasta 18 meses se necesitaría para evaluar los avances, dice Moody’s.
Por otra parte, si hay señales que la situación fiscal se está deteriorando, Moody’s podría cambiar la perspectiva de positiva a estable, que significaría que no prevén que la situación del país va a mejorar o empeorar significativamente en el corto plazo.
Algo que podría llevar a la calificación a degradarse es que las confrontaciones políticas lleguen a restringir el acceso del Gobierno a financiamiento de largo plazo potencialmente comprometiendo refinanciamientos.
El ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, reaccionó afirmando que lo que el informe refleja es que “se espera que una vez pase la crisis del coronavirus se impulse la inversión pública y privada en El Salvador por las acciones que impulsa el Gobierno del presidente Nayib Bukele”.
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