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domingo, 13 de octubre de 2024

El mapa de las religiones del Líbano

 

El mapa de las religiones del Líbano
Cartografía Sociedad Oriente Próximo y Magreb

El mapa de las religiones del Líbano

Con 18 comunidades etnorreligiosas reconocidas, la religión siempre ha sido un elemento esencial de la identidad y la política del país

Líbano es uno de los países étnicamente más complejos del mundo, sobre todo si se considera su pequeño tamaño. Con poco más de 10.000 km2 y seis millones de habitantes, tiene una extensión y población parecidas a las de la región de Madrid. Sin embargo, en Líbano hay reconocidas nada menos que dieciocho comunidades etnorreligiosas distintas.

La población se divide en tres grandes grupos: musulmanes chiíes (32%), musulmanes suníes (31%) y cristianos (31%). Además, hay una importante minoría drusa (6%) y pequeñas comunidades de hindúes, budistas, judíos y otras religiones. No hay datos fiables del número de ateos o agnósticos, pues el censo no incluye esta opción. Estos porcentajes tampoco incluyen a los numerosos refugiados palestinos y sirios, en su mayoría suníes.

Los musulmanes son la comunidad más numerosa de las religiones del Líbano, con dos tercios de la población. Hace décadas los chiíes no suponían un porcentaje tan alto, pero su mayor crecimiento demográfico les ha convertido en el grupo más grande, aunque siguen siendo relativamente pobres. Se concentran en las zonas rurales del sur y el fértil valle de la Becá, y en ciudades como Nabatiye o Baalbek, así como en los arrabales del sur de la capital, Beirut.

Los musulmanes suníes, por su parte, tienen una presencia importante en la costa, en ciudades como Trípoli y Sidón. Históricamente también han controlado Beirut Oeste, la mitad occidental del centro de la capital. Además de los dos grandes grupos musulmanes, hay otras comunidades islámicas más pequeñas: alawíes e ismailíes. Los drusos, por su parte, se concentran en las montañas del sur de Beirut y la frontera con Siria.

Los cristianos componen el tercer gran grupo de población, pero están mucho más divididos. La comunidad más numerosa es la de los maronitas, una rama del catolicismo. Son mayoritarios en el cuarto noroccidental del país, a lo largo de la costa al norte de la capital, y en Beirut Este, y tradicionalmente han sido la clase adinerada. Además de los maronitas, entre las religiones del Líbano también hay ortodoxos griegos, armenios ortodoxos y católicos, melquitas, protestantes y varias iglesias siriacas.

El mapa de la geopolítica del Líbano

En un país tan diverso como Líbano, la religión siempre ha sido un elemento esencial de la identidad y la política. Cuando el país se independizó de Francia en 1943, las élites acordaron un Pacto Nacional, no escrito, que repartía el poder entre las principales comunidades en función de su peso demográfico. En virtud de este pacto, el presidente debe ser maronita, el primer ministro, un suní, y el presidente del Parlamento, chií. Además, se otorgaba a los cristianos una mayoría en el Parlamento de seis a cinco frente a los musulmanes, entonces minoritarios.

Este sistema se diseñó sobre la base del censo de 1932. Pero nunca ha vuelto a hacerse otro y desde entonces los números han cambiado: los cristianos ya no son mayoría y, dentro de los musulmanes, los chiíes han superado a los suníes. Este desequilibrio fue una de las razones de la guerra civil que azotó el país entre 1975 y 1991. Tras el conflicto el pacto se revisó, instaurando un reparto equitativo de cargos en el Parlamento y el Gobierno.

Fruto de este sistema, toda la política en Líbano se organiza en clave etnorreligiosa. Los partidos representan a sus comunidades religiosas, aunque eso no significa que no haya pactos entre facciones. Este arreglo político explica que Líbano sea hoy un país lastrado por la corrupción y la división. Con todo, los intentos de crear formaciones políticas transversales y borrar las líneas étnicas han fracasado.

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