Coronavirus: ¿Por qué África aún no tiene la cifra de muertos e infectados que el resto del mundo?
La falta de pruebas de diagnóstico y la juventud de su población son algunos de los motivos por los que el coronavirus aún no se dispara en el continente más pobre del mundo. Sin embargo, el escenario que se prevé es catastrófico. Las cifras más optimistas señalan que 300 mil personas morirán en el continente africano este año a causa del COVID-19
Cuando lea este informe, África ya tendrá más de 30 mil infectados de Covid-19 en 52 de sus 54 países. El Perú tiene más de 25 mil. Cinco mil contagiados menos que en todo un continente de 1.300 millones de personas. ¿Por qué? ¿Es que todos los gobiernos africanos lo están haciendo extraordinariamente bien y el Perú lo está haciendo todo mal?
Aún hasta hoy las respuestas y teorías son muchas sobre el comportamiento del coronavirus en el continente más pobre del mundo. Desde que apareció el primer caso en Egipto el pasado 14 de febrero, las predicciones apocalípticas de lo que ocurriría en África con la pandemia aún no han ocurrido. O por lo menos no de la manera que se esperaba.
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Algunos gobiernos africanos no tardaron en establecer cuarentenas y restricciones sabiendo que tienen precarios sistemas de salud, zonas rurales y urbanas extremadamente pobres, además de milicias, extremismo islámico y economías en crisis. Un cóctel imposible que diezmaría a la población. Sin embargo, África aún resiste.
Las teorías y explicaciones son varias. En un inicio se hablaba del clima, que el calor y la humedad podrían atajar mejor a un coronavirus que se había mostrado mortal en el invierno chino y europeo. Sin embargo, en América del Sur, que en esta época del año aún no se despide de las altas temperaturas, el Covid-19 ha mostrado su letalidad.
La otra hipótesis con mucho más asidero es el escaso número de pruebas que se realiza a la población. Aunque no hay data concluyente para todo el continente, en Sudáfrica, uno de los países con mejor infraestructura y más estable económicamente, se han realizado poco más de 140 mil pruebas para una población de 57 millones. En Chad, donde viven 15 millones, se han hecho apenas 40 pruebas.
“La falta de pruebas significa que no tenemos un entendimiento seguro de la verdadera cantidad de infectados”, señala el doctor William Hanage, profesor de epidemiología de la Universidad de Harvard a “The Guardian”. De hecho, hay dos países donde no se ha detectado ningún caso –las islas Comores y el reino de Lesoto- pero los expertos señalan que no hay manera de comprobar si efectivamente hay o no contagiados.
“Otra posibilidad es que África, en general, tiene una población mucho más joven que Europa o China”, agrega al diario británico el profesor Thumbi Ndung’u del Instituto Africano de Investigación en Salud. Sin embargo, señala que solo es una cuestión de tiempo para que los casos en el continente empiecen a multiplicarse exponencialmente. “Si tenemos una transmisión comunitaria en África subsahariana a las tasas que hemos presenciado en Italia, podríamos estar ante una catástrofe. No tenemos los hospitales, las unidades de cuidados intensivos o los ventiladores para hacer frente a grandes cantidades de personas infectadas. El resultado podría ser devastador", explica Ndung’u, nacido en Kenia.
Continente en crisis
Los temores del profesor Ndung’u no son gratuitos. La repetitiva y necesaria consigna de lavarse las manos con agua y con jabón es algo a lo que no tienen acceso, de manera adecuada, el 75% de los africanos subsaharianos, es decir los países del África negra, que son los 49 de los 54 países del continente. Esta cifra del ONU se remata con una más preocupante: En Liberia, solo el 97% de los hogares no contaban con agua potable en el 2017.
“Para obtener agua en Gambia tienes que salir de tu casa y acudir a caños públicos. La higiene no es una prioridad porque no hay agua para continuamente lavarse las manos”, explica a BBC la investigadora Anna Roca, quien vive hace una década en África y trabaja en la Unidad de Gambia de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad de Londres (LSHTM).
Los vaticinios para el África son de temer. Según la Comisión Económica para África de la ONU, la pandemia matará, al menos, a 300 mil personas, en el mejor de los casos. Las cifras más pesimistas señalan incluso que 3,3 millones de personas perderían la vida por el Covid-19, si el virus finalmente se esparce hacia los países más vulnerables, aquellos que ya viven en emergencia alimentaria y con pobreza extrema.
Sin embargo, ahora, la principal preocupación para muchos africanos no es el virus, sino sobrevivir a la cuarentena. Así como en el Perú, la mayoría tiene trabajos informales y viven del día a día para poder alimentarse. Si no salen a trabajar, simplemente no comen. Zimbabue, por ejemplo, tiene una tasa de desempleo del 80%. “Mucha gente está saliendo a la calle, no porque desafíen al Gobierno, sino porque quieren comida y agua”, dijo a Efe Precious Shumba, director de la ONG Harare Residents Trust.
Situaciones similares se viven en Malaui, Mozambique, la República Centroafricana, Chad o Níger. “Para muchos países pobres, las consecuencias económicas serán más devastadoras que la propia enfermedad en sí”, ha dicho Arif Husain, director de investigación, evaluación y monitorización del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Por su parte, la ONG británica Oxfam advirtió que si África no recibe ayuda, la lucha contra la pobreza podría hacerla retroceder “hasta 30 años”.
Como ha señalado Husain, el coronavirus será catastrófico para millones de personas que ya penden de un hilo. Es cuestión de pocas semanas para saber si, efectivamente, África logra resistir.
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