¿Provocan cáncer de ovario los polvos de talco?
En Estados Unidos hay más de 4.500 denuncias similares
Un tribunal de Los Ángeles (California, EEUU) condenó este lunes a la compañía Johnson & Johnson a pagar 417 millones de dólares (unos 353 millones de euros) a una mujer que sufrió cáncer de ovario tras utilizar durante años productos de polvo de talco de la compañía para su higiene íntima.
Se trata de la mayor indemnización que tiene que afrontar el gigante de productos de cosmética, que ya fue condenado en otras dos ocasiones a pagar compensaciones millonarias por casos de cáncer de ovario ligados al uso de sus polvos de talco. En curso, hay más de 4.500 denuncias en EEUU por el mismo motivo.
El principal argumento que esgrimieron las acusaciones es que la empresa estaba al corriente de los riesgos asociados al uso de sus productos desde hace años y no lo advirtió adecuadamente a los consumidores. La compañía, por su parte, señaló a EL MUNDO que están "guiados por los datos científicos que soportan la seguridad de los polvos de talco de Johnson's baby" por lo que apelarán el veredicto.
En realidad, existe una gran controversia sobre la relación entre los polvos de talco y el cáncer. En su estado natural, el talco contiene amianto, por lo que sí se considera un producto cancerígeno. Sin embargo, desde la década de los 70, los productos que albergan polvos de talco para uso cosmético están libres de este mineral.
Se han realizado numerosas investigaciones sobre si estos productos están ligados al desarrollo de cáncer de ovario, pero los resultados han sido dispares.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasifica el talco como "posible cancerígeno" para humanos (riesgo IIB) cuando se emplea en el área genital (no con otros usos). Otras organizaciones, como la Sociedad Estadounidense de Oncología, señalan que "no está claro" que exista esta relación.
Si bien reconoce que "hay ciertos indicios de un posible incremento en el riesgo de cáncer de ovario", la organización señala en un comunicado que muchos de los estudios que han mostrado este efecto no tienen un diseño que permita establecer una relación directa de causa-efecto (por ejemplo se basan en el recuerdo de las pacientes sobre la cantidad de polvos de talco que han utilizado a lo largo de los años).
Otros estudios de cohorte de tipo prospectivo no han destapado una relación entre cáncer y polvos de talco, por lo que la Sociedad Estadounidense de Oncología concluye que la investigación "debe continuar".
En cualquier caso, el organismo subraya que el posible riesgo que se está investigando "sería muy probablemente pequeño" y no tendría un impacto tan fuerte como otras sustancias cancerígenas, como el tabaco.
Uso de talco en la higiene íntima
En la aparición del cáncer de ovario intervienen factores de riesgo como los genéticos (hasta un 30% de los casos 'heredan' un mayor riesgo), padecer obesidad, haber tomado terapia hormonal sustitutiva o los antecedentes reproductivos. No haber tenido hijos parece aumentar las posibilidades de desarrollar este tipo de tumor. En cambio, los anticonceptivos parecen cumplir un efecto protector frente a su desarrollo.
Marta Gil, oncóloga especializada en cáncer de ovario del Instituto Catalán de Oncología (ICO), explica que la hipótesis que se propone para explicar la relación entre el uso de polvos de talco en la higiene íntima y el cáncer se basa en una reacción inflamatoria. Por aspiración, las partículas de talco ascenderían a través de la vagina, el útero y las trompas de Falopio hacia el ovario y su presencia provocaría inflamación, lo que facilitaría el desarrollo de un cáncer. En cualquier caso, Gil recuerda que "los resultados de la investigación son heterogéneos, por lo que la relación sigue siendo controvertida".
José María del Campo, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica(SEOM) y especialista en tumores ginecológicos, apunta que en las últimas décadas "el uso del talco en la higiene íntima ha disminuido notablemente", lo que también ha influido en la investigación, "ya que dificulta poder hacer estudios de caso-control que permitan sacar conclusiones más claras y definitivas". En realidad, añade el especialista, ni siquiera los estudios que apuntan a la existencia de una relación han permitido analizar a fondo ni el posible mecanismo de acción, ni la cantidad o la frecuencia de uso que serían necesarias para aumentar ese hipotético riesgo. Sin embargo, como principio de precaución y hasta que no se llegue a una certeza, su recomendación es "que no se use en el área de los genitales" ni en adultos ni en bebés.
El uso de polvos de talco en otras áreas del cuerpo no se ha ligado, según el especialista, con otros tipos de cáncer.
Por ejemplo, se ha estudiado la posible asociación entre el uso de estos productos de uso doméstico con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y no se ha encontrado ninguna evidencia de esta relación.
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