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lunes, 10 de julio de 2017
Roubini: "En la próxima crisis, los bancos centrales sólo tendrán cuatro opciones"
Roubini: "En la próxima crisis, los bancos centrales sólo tendrán cuatro opciones"
ELECONOMISTA.ES
10/07/2017 - 14:186 Comentarios
"Una opción es incrementar de forma considerable el objetivo de inflación"
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Nouriel Roubini, profesor de Finanzas y Economía en la Universidad de Nueva York. Foto de Reuters
Nouriel Roubini, profesor de Finanzas y Economía en la Universidad de Nueva York, cree que los bancos centrales están viendo reducido su abanico de opciones para luchar contra las recesiones a medida que pasa el tiempo. El tipo de interés natural (el coherente con el pleno empleo y una inflación constante) está cayendo en Occidente y los banqueros centrales se quedan sin herramientas y las que tienen no están exentas de riesgos y costes. | El fin de la fiesta de los bancos centrales: no podrán evitar la próxima recesión
Roubini señala en un artículo de opinión publicado por Project Syndicate, que "vale la pena recordar que durante los dos últimos ciclos de normalización monetaria, la Reserva Federal estableció el tipo de interés de equilibrio en el 6,5% y el 5,25%". Es decir, la tendencia ya venía siendo decreciente, lo que está dificultando la misión de los bancos centrales.
"Cuando la crisis financiera y la posterior recesión llegaron en 2007-2009, la Fed recortó los tipos de interés desde el 5,25% hasta el 0%. Aún así, esto no logró impulsar la economía, por lo que la Fed tuvo que tirar de las políticas no convencionales por primera vez", destaca el célebre economista.
Poco margen de maniobra
Roubini cree que durante este periodo de normalización monetaria, la Fed podrá llevar los recortes de tipos hasta el 3% en el mejor de los casos, "antes de que llegue la próxima crisis". De modo que viendo lo sucedido durante la última recesión, "no habrá suficiente espacio para maniobrar eficazmente".
Los tipos nominales caerán hasta niveles cercanos a cero, la incertidumbre llevará a los agentes a acumular efectivo y activos muy líquidos y seguros, en detrimento de la inversión, lo que hará que la política monetaria sea poco efectiva. "La Fed y otros bancos centrales se quedarán sólo con cuatro opciones, cada una de ellas con sus costes y beneficios", sostiene el profesor de Finanzas.
Las cuatro opciones
La primera opción consiste en volver a usar los programas de estímulos (quantitative easing o QE) comprando deuda soberana a largo plazo, activos privados e incrementando la liquidez en los mercados.
La segunda opción sería "que los bancos centrales vuelvan a probar con los tipos de interés negativos, como han hecho el BCE, el Banco de Japón o el Banco Nacional de Suiza, además de implementar el QE y las facilidades de crédito. Los tipos negativos imponen costes para los ahorradores y los bancos, que terminan traspasándolos a los clientes", asegura Roubini.
La tercera opción consiste en incrementar el objetivo de inflación que se marcan los institutos monetarios, que en Occidente se encuentra actualmente cerca del 2%. "Este tipo de política podría incrementar el tipo de interés de equilibrio hasta el 5 o el 6% y reducir el riesgo de caer en una trampa de liquidez y otra recesión" argumenta el experto.
El tipo de interés natural o de equilibrio es el coherente con el pleno empleo y una inflación constante, es decir, el que no alimenta burbujas ni recesiones, grosso modo. Este tipo se encuentra cerca del 0% ahora mismo, por lo que el tipo de interés de equilibrio debe moverse al compás de la inflación, lo que limita las maniobras de los bancos centrales. Por eso, una inflación más elevada permitiría a los banqueros centrales imponer unos tipos nominales más elevados, lo que daría mayor margen de maniobra ante una nueva recesión.
Por último, la cuarta opción es la opuesta a la anterior. Los bancos centrales podría reducir su objetivo de inflación hasta el 0%, como ha sugerido el Banco Internacional de Pagos. "Un objetivo de inflación menor podría reducir la necesidad de recurrir a políticas no convencionales cuando los tipos están cerca de 0% y la inflación no llega al 2%".
No obstante, Roubini cree que está opción es la menos adecuada de las cuatro porque unos objetivos de inflación tan reducidos podrían conducir a la deflación (caída prolongada de precios), lo que desembocaría en un incremento real de los pasivos de los agentes más endeudados.
"En otras palabras, los bancos centrales tendrán que enfrentarse a los mismos dilemas políticos que enfrentaron durante la crisis financiera mundial, incluyendo la 'elección' de si emprender o no políticas monetarias no convencionales".
"Dado que las finanzas (bancos centrales) parecen estar obligadas a volver a tirar de la economía una vez más, las políticas monetarias no convencionales, al parecer, están aquí para quedarse", sentencia el economista Nouriel Robuni.
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