El CEO de Ford quedó petrificado por lo que vio en China, ahora piensa que la industria automotriz occidental se enfrenta al «riesgo de desaparición»
El CEO de Ford, recién llegado de China, comentó en una entrevista con el Wall Street Journal que la empresa se enfrenta a un momento crucial. Señaló que Ford debe avanzar rápidamente en la transición hacia los vehículos eléctricos, o de lo contrario, no podrán competir con los fabricantes chinos en cuestión de meses.
La industria automotriz global está experimentando una interrupción sin precedentes, particularmente en China, donde los fabricantes de vehículos eléctricos (VE) están tomando el liderazgo. Durante su visita a China, el CEO de Ford, Jim Farley, fue testigo directo de cómo los vehículos eléctricos chinos están dominando el mercado. La situación en China refleja una realidad preocupante para las marcas automotrices tradicionales de Estados Unidos y Europa, como Ford, General Motors y Volkswagen, que han visto reducirse drásticamente su participación de mercado en favor de marcas locales como BYD, XPeng y NIO.
El CEO de Ford, Jim Farley, ha hecho recientemente declaraciones muy importantes tras una visita a China que revelan un cambio de perspectiva respecto a la competencia en la industria automotriz. Según sus palabras, la empresa se enfrenta a un «riesgo existencial» debido al rápido avance de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Durante su estancia en China, Farley notó que en grandes ciudades apenas se ven vehículos de marcas tradicionales como Ford o General Motors, mientras que los coches eléctricos chinos dominan las calles.
Farley mencionó que vio coches en China con autonomías entre 400 y 500 kilómetros, con precios inferiores a 500 euros por kWh de batería, una realidad que consideró impactante, especialmente porque las tecnologías aplicadas en esos vehículos son considerablemente más avanzadas que las de los fabricantes occidentales. Esta brecha tecnológica y de precio resulta incomprensible para muchos de los directivos más tradicionales de la industria automotriz.
Además, Farley destacó su visita a una tienda de Xiaomi, donde observó de cerca el modelo Xiaomi SU7. Le sorprendió tanto el diseño como la capacidad de producción de este vehículo por el precio ofrecido. Estas observaciones reforzaron su convicción de que los fabricantes chinos están avanzando a una velocidad que supera con creces las capacidades de respuesta de los productores occidentales.
También hizo referencia al líder del mercado chino, BYD, cuyo modelo Atto 3 es muy popular en China. Lo que más sorprendió al CEO de Ford es la sencillez y eficiencia de la ingeniería china, así como su capacidad de flexibilidad y adaptación en la producción de vehículos. Según Farley, no hay un solo aspecto en el que los coches chinos no hayan mejorado o superado a los occidentales.
Por muchos años, las empresas automotrices como Ford consideraban que Tesla era su único gran competidor en el sector de vehículos eléctricos. Sin embargo, ahora, Farley reconoce públicamente que los fabricantes chinos representan una competencia aún más fuerte. Empresas como XPeng, con su modelo XPeng P7, han demostrado un nivel de innovación que pone a prueba a los fabricantes tradicionales. Los grupos asiáticos están expandiéndose rápidamente en Europa, algo que ni Ford ni otras empresas automotrices están logrando igualar.
Farley advirtió que si los fabricantes occidentales no actúan rápidamente o empiezan a colaborar con los chinos, corren el riesgo de desaparecer del mercado. Ford ha comenzado a considerar la posibilidad de fabricar coches en México, lo que podría ser una «puerta trasera» para acceder al mercado norteamericano, pero esto también pone en peligro la industria automotriz en Estados Unidos y Europa.
Industria china.
Los vehículos eléctricos chinos no solo están superando a los competidores extranjeros en precio, sino que también están ofreciendo innovaciones tecnológicas avanzadas. Muchos de estos vehículos cuentan con características como arquitecturas de 800 voltios, sistemas de infoentretenimiento de última generación, y capacidades de carga rápida que superan las de los fabricantes occidentales. Un ejemplo sorprendente es el ZEEKR 009, un monovolumen eléctrico que puede cargar a velocidades de hasta 600 kilovatios, lo que supone más del doble de la capacidad de la mayoría de los cargadores rápidos disponibles en el resto del mundo.
Una de las estrategias clave del gobierno chino para impulsar la adopción de vehículos eléctricos ha sido la creación de un sistema de ayudas que facilita la compra de estos vehículos y desincentiva el uso de vehículos con motor de combustión interna. Obtener una matrícula para un vehículo diesel o gasolina en China es costoso y complicado, mientras que el proceso para los vehículos eléctricos es mucho más accesible. Esto, sumado a una infraestructura masiva de cargadores rápidos, ha contribuido a que el mercado chino de vehículos eléctricos se dispare.
El rápido ascenso de los fabricantes de vehículos eléctricos en China ha dejado desconcertados a los ejecutivos de la industria automotriz en Europa, Estados Unidos y Japón. Marcas como BYD, respaldada por Warren Buffet, han ganado una importante cuota de mercado. En 2023, BYD vendió más de tres millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, lo que representa un aumento significativo en comparación con los años anteriores.
Este fenómeno no solo está ocurriendo en China. Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos están expandiéndose rápidamente hacia mercados extranjeros como Europa, Oriente Medio y otros países asiáticos. Además, algunos fabricantes chinos están construyendo fábricas en México con el objetivo de exportar vehículos a Estados Unidos, aprovechando acuerdos comerciales y regulaciones más favorables.
El impacto de esta expansión ha comenzado a preocupar a gobiernos de todo el mundo. La Unión Europea, por ejemplo, ha revelado planes para imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, mientras que la administración de Biden en Estados Unidos ha elevado los aranceles a un 82.5% para limitar la entrada de estos vehículos en el mercado estadounidense. Sin embargo, algunos analistas sugieren que estas medidas proteccionistas pueden no ser suficientes para detener el avance de los fabricantes chinos, que ya están planeando cómo sortear estas barreras comerciales.
El desafío es evidente: los fabricantes tradicionales como Ford están luchando por adaptarse al nuevo panorama. Aunque Ford ha invertido significativamente en la transición hacia los vehículos eléctricos, enfrenta grandes pérdidas. De hecho, la empresa está perdiendo, en promedio, unos $40,000 por cada vehículo eléctrico vendido. ¿¿¿¿¿???? Esto ha llevado a Farley a ajustar la estrategia de la compañía, enfocándose en la producción de vehículos comerciales eléctricos más pequeños y eficientes.
La disrupción en la industria automotriz no solo es tecnológica, sino también cultural. Los fabricantes chinos están utilizando una combinación de inteligencia artificial y nuevas tecnologías para crear vehículos mucho más avanzados que los disponibles en otros mercados. Esto incluye sistemas de infoentretenimiento que se integran con dispositivos en el hogar y tecnologías de conducción autónoma que están varios pasos por delante de las ofertas de los fabricantes occidentales.
La industria automotriz está en una encrucijada, con China liderando la transformación hacia un futuro dominado por los vehículos eléctricos. Los fabricantes tradicionales enfrentan un desafío existencial: adaptarse o ser superados.
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