El asesinato de Haniyeh en Irán podría arrastrar a Estados Unidos a una guerra que, según dice, no quiere.. En realidad Israel es el portaaviones de EEUU en Medio Oriente.
Estados Unidos declara públicamente que sus objetivos son el alto el fuego en Gaza y la desescalada regional, pero su aliado Israel lo dificulta.
El lunes, dos días después de que Israel culpara al Hezbolá libanés por el ataque que mató a 12 personas en los Altos del Golán ocupados , el funcionario de la Casa Blanca John Kirby reiteró el apoyo de Estados Unidos a Israel, pero enfatizó que Washington todavía quería una desescalada regional.
"Creemos que todavía hay tiempo y espacio para una solución diplomática", dijo Kirby, mientras pensaba en cuál sería el próximo paso de Israel y si desencadenaría una guerra regional total, largamente temida.
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Estados Unidos ha declarado públicamente que no desea esa eventualidad, aunque envió fuerzas a Oriente Medio tras el ataque del 7 de octubre a Israel y el comienzo de la guerra en Gaza, en una muestra de apoyo a Tel Aviv.
Desde entonces, Oriente Medio y el mundo en general han contenido la respiración en varias ocasiones, la más notable cuando Israel mató a dos generales iraníes en el consulado de Teherán en Damasco en abril, seguido de un ataque iraní telegrafiado contra Israel.
En ese momento, los informes indicaron que Estados Unidos había trabajado para impedir que Israel intensificara sus ataques y también para evitar que Israel lanzara un ataque a gran escala contra Hezbolá en el Líbano.
Mientras tanto, Estados Unidos ha sido uno de los países que ha mediado un posible alto el fuego entre Israel y Hamás, aunque parece haber encontrado varios obstáculos en los últimos meses.
Ahora, después del descarado asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán (que el grupo palestino e Irán atribuyen a Israel) y el asesinato del alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut, todo en pocas horas, los objetivos gemelos de Estados Unidos de un alto el fuego y una desescalada regional parecen estar hechos añicos.
Brian Finucane, asesor principal del Programa de Estados Unidos del International Crisis Group, dijo a Al Jazeera que la desescalada regional finalmente surgiría después de un alto el fuego en Gaza y que, sin él, la posibilidad de un conflicto ampliado que atraiga a las fuerzas estadounidenses estacionadas en la región siempre estaba presente.
“Si se quiere evitar una mayor escalada en la región, incluida una escalada que involucre a las tropas estadounidenses, será necesario lograr un alto el fuego en Gaza. Eso es lo que se necesita para calmar las cosas con los hutíes [en Yemen], con Hezbolá, y continuar la tregua en los ataques contra las tropas estadounidenses en Siria e Irak”, dijo Finucane.
Pero, con los recientes ataques, Finucane cree que las perspectivas actuales de un alto el fuego negociado por Estados Unidos se han complicado, si no descarrilado, en el corto plazo.
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¿Podría Estados Unidos hacer más?
Sin embargo, muchos creen que Estados Unidos puede hacer más para intentar lograr un alto el fuego en un conflicto en el que su aliado Israel ha matado a casi 40.000 palestinos, amenazando con incendiar una región ya de por sí volátil.
“No hemos visto realmente que Estados Unidos haya presionado para que se desescalara la situación; la política estadounidense contradice sus acciones”, dijo Raed Jarrar, director de incidencia de Democracy for the Arab World Now (DAWN), un grupo de expertos de Washington, DC. “Estados Unidos podría haber aplicado este tipo de principios de desescalada y alto el fuego fácilmente si hubiera detenido la transferencia de armas, lo que habría llevado a un alto el fuego hace meses”.
“Israel no podría haber atacado a todos estos países sin las armas estadounidenses, sin el apoyo político estadounidense, sin el apoyo militar estadounidense y sin el apoyo de los servicios de inteligencia estadounidenses”, añadió Jarrar. “Israel no tendría la capacidad de llevar a la región a lo que tenemos ahora, que es una guerra regional”.
Tras el asesinato de Haniyeh, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que el gobierno estadounidense “no estaba al tanto ni estaba involucrado” en el asesinato, que se produjo días después de que Netanyahu visitara Estados Unidos.
"Es muy difícil especular, y he aprendido a lo largo de muchos años a no especular nunca sobre el impacto que un acontecimiento puede tener en otra cosa. Así que no puedo decirte lo que esto significa", dijo Blinken cuando se le pidió que diera su evaluación de lo que podría suceder a continuación.
“Es muy posible que sea cierto”, dijo Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Instituto Quincy, un centro de estudios sobre política exterior estadounidense. “Pero es probable que en la región la percepción no sea esa, y eso se verá reforzado por el hecho de que hace apenas dos días, el jefe del Mossad estaba negociando con el jefe de la CIA un alto el fuego”.
Liderazgo de EE.UU.
Y si Estados Unidos no tenía conocimiento previo del ataque, ¿qué significa eso para el liderazgo estadounidense en la región y el aparente desprecio de Israel por los objetivos estadounidenses antes mencionados de un alto el fuego y de evitar una guerra regional?
"Esto ciertamente no sugiere que Israel considere a Estados Unidos como un líder en la región, o que Israel esté siguiendo el liderazgo de Estados Unidos", dijo Finucane.
Agregó que Estados Unidos enfrenta un “enigma fundamental”, y es que ha respaldado a Israel con poder militar y apoyo para disuadir a Irán y sus aliados, “pero al mismo tiempo quería evitar una escalada regional”.
“Estados Unidos necesita repensar fundamentalmente lo que va a hacer para lograr un alto el fuego: qué va a hacer para desescalar la situación en la región más allá de la mera retórica”, dijo Finucane.
Estados Unidos se aproxima a unos meses tumultuosos, mientras se prepara para una elección presidencial que verá una transición a un nuevo presidente, quienquiera que gane, después de que el presidente Joe Biden abandonara la carrera.
La incertidumbre sobre lo que vendrá en Estados Unidos le parece bien a Netanyahu, dijeron analistas, antes de una posible presidencia de Kamala Harris que podría presionar más al primer ministro israelí para que ponga fin a la guerra.
“Netanyahu está apostando a su capacidad para acorralar a Estados Unidos y esencialmente obliga a su liderazgo político a estar constantemente en una posición de abrazar a Netanyahu y proteger y defender todo lo que hace Israel afirmando que es en defensa propia”, dijo Parsi.
Eso significaría una continuación de las políticas estadounidenses a las que muchos en Medio Oriente culpan por los disturbios y la violencia que han devastado la región en las últimas décadas.
“Desde el 7 de octubre, el apoyo ciego de Estados Unidos a Israel ha afectado definitivamente la posición de Estados Unidos en la región y su capacidad de influencia. Estados Unidos ha fracasado completamente en mostrar cualquier tipo de liderazgo”, dijo Jarrar de DAWN. “Pero Estados Unidos ya ha perdido su capital político en la región a lo largo de los años, y ha estado decayendo desde la guerra de Irak”.
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