La escalada de los hutíes: ¿Se acerca el fin de la moderación estadounidense? pareciera que poquito a poquito EEUU va a ser arrastrado a una nueva guerra regional.
La Administración estadounidense debe tomar decisiones sobre su política frente a la intensificación de las operaciones hutíes en Yemen.
Por Eldad Shavit
Estas incluyen la interrupción de las rutas marítimas internacionales en el Mar Rojo y los continuos ataques contra objetivos estadounidenses por parte de milicias proiraníes en Irak y Siria, incluido un ataque contra la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
La Administración ha acusado directamente a Irán de ser responsable de los ataques llevados a cabo por sus apoderados [proxies].
El Asesor Adjunto de Seguridad Nacional afirmó que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní participa en la planificación, aprobación y ejecución de los ataques.
Hasta ahora, la Administración ha actuado con mucha moderación y se ha conformado con intentar frustrar los ataques de los hutíes utilizando buques de guerra estadounidenses en la zona para interceptar los misiles y vehículos aéreos no tripulados [drones] lanzados por los hutíes, y ha ordenado una serie de ataques selectivos contra objetivos de las milicias, definidos por el Pentágono como autodefensa.
A Estados Unidos le gustaría que el esfuerzo principal se focalice en continuar la campaña para derrotar a Hamás en la Franja de Gaza, y la Administración no quiere verse arrastrada a una guerra en el Golfo.
Para demostrar su seriedad y tener un efecto disuasivo, el portaaviones Eisenhower y muchos otros barcos navegan en la región del Golfo.
Sin embargo, se dice que la contención ha generado críticas de funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos que buscan intensificar la respuesta estadounidense.
Parece que por el momento la Administración quiere evitar ampliar sus respuestas militares, y sus portavoces tienen cuidado de enfatizar que la amenaza hutí es una amenaza para el transporte marítimo internacional en general.
Como tal, debería ser abordada por el grupo de trabajo combinado 153 (establecido por Estados Unidos a mediados de 2022), que incluye 39 países y se centra en la seguridad marítima en el estrecho de Bab al Mandeb en el Mar Rojo, el Golfo de Omán, y el norte del Mar Arábigo.
Los portavoces afirman que en Irak el Gobierno es el elemento responsable de garantizar la seguridad de los estadounidenses que se encuentran en su suelo.
La Administración también está participando en consultas con los países del Golfo, aparentemente con énfasis en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, sobre las respuestas necesarias contra los hutíes, ya que cualquier escalada seguramente los afectará también a ellos.
Sin embargo, parece que se espera que la realización de la amenaza por parte de los hutíes de bloquear a cualquier barco en el Mar Rojo, sea israelí o no, ignorando las advertencias de Estados Unidos, aumente significativamente la presión sobre la Administración para ampliar sus operaciones militares para evitar que los hutíes interfieran con la navegación internacional.
Esto incluye la posibilidad de atacar objetivos en Yemen y así enviar también un mensaje a Irán.
Al mismo tiempo, Estados Unidos podría verse obligado a incrementar su actividad militar contra las milicias en Irak si los ataques continúan, con énfasis en la embajada en Bagdad.
Tal desarrollo aumentará la inestabilidad en la región, lo que a su vez también puede afectar la política de la Administración con respecto a la continuación de la campaña en Gaza.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
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