Martín Vizcarra ha llevado a cabo un golpe de Estado amparándose en una interpretación antojadiza sobre un supuesto rechazo “fáctico” a la cuestión de confianza presentada por el también golpista Salvador del Solar.
Hoy Vizcarra es avalado y aplaudido por miembros de las Fuerzas Armadas, medios de comunicación que perdieron completamente su independencia y dependen de la publicidad gubernamental y por caviares de todos los pelajes.
La actuación de muchos congresistas deja mucho que desear, pero nada justifica el quebrantamiento del orden constitucional. El daño que está causando al Perú Martín Vizcarra y los golpistas que lo acompañan es inmenso.
Para resolver esta crisis es preciso no solamente que el Tribunal Constitucional se pronuncie cuanto antes, sino que resulta necesario que se lleven adelante Elecciones Generales. No basta con que se renueve solamente el Parlamento. Vizcarra y los golpistas que lo acompañan deben irse para dar paso a un nuevo gobierno que obre con responsabilidad y con apego a la Constitución.
El señor Olaechea tiene una enorme responsabilidad para defender el Estado de Derecho y el respeto al fuero parlamentario. Esperemos que no claudique, que exista la posibilidad de un acuerdo que ponga al Perú primero y que logremos que el Derecho triunfe sobre la arbitrariedad y la prepotencia.
Unos tienen hoy los tanques, las turbas y los medios, otros tenemos al Derecho como única arma para defender la democracia y el Estado de Derecho
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