Valparaíso, una de las ciudades más importantes de Chile y sede de su parlamento, ha sido uno de los centros de las manifestaciones de los últimos días. Un extranjero residente de la localidad contó a Sputnik cómo los carabineros avanzan lanzando gases lacrimógenos "como si fueran caramelos".
Las protestas masivas contra el Gobierno de Sebastián Piñera en Chile comenzaron en la capital, Santiago, pero pronto se extendieron a varias ciudades del país. Uno de los puntos neurálgicos del descontento es Valparaíso, una de las ciudades más pobladas del país y sede del Congreso Nacional desde 1990, cuando se decidió alejar a la sede del parlamento de la capital.
Al igual que en la capital, las protestas encontraron eco en ciudadanos y organizaciones que ya mantenían un descontento previo con algunas decisiones del Gobierno. Pérez puso como ejemplo la situación del Hospital Van Buren, el más grande de la ciudad, donde a mediados de octubre los funcionarios convocaron a manifestarse para reclamar al ministro de Salud Jorge Mañalich un mayor presupuesto para el centro de salud.
Para el residente en Valparaíso, el rechazo de muchos chilenos a las políticas del Gobierno de Piñera se incrementaron con las primeras respuestas que el Ejecutivo dio a las manifestaciones por el aumento del precio, ya sea anunciando penas más severas para quienes evadieran el pago del boleto o los dichos del ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, que instó a la población a levantarse "más temprano" para evitar el alza de precios.
¿Qué reclaman los manifestantes?
Pérez destacó el carácter espontáneo de las movilizaciones y la consecuente diversidad de reivindicaciones que engloban.
"No es que sea algo organizado, no hay un partido político o un sindicato diciendo 'reclamamos esto y esto'. Esto explotó de la nada, no es organizado y no se reconocen voceros, por lo que se han pedido un montón de cosas", explicó.
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Sin embargo, Pérez identificó tres reclamos fundamentales que están apareciendo en casi todas las movilizaciones espontáneas: "La renuncia de Piñera, la formación de una Asamblea Constituyente que tire abajo la Constitución que sigue vigente desde la época de Augusto Pinochet y dejar sin efecto las declaraciones de emergencia".
Si bien el Gobierno de Piñera intentó aplacar los ánimos de los manifestantes anunciando la rebaja de algunas tarifas o evitando nuevos aumentos, Pérez consideró que estos principales reclamos de la población continúan sin ser atendidos.
De todas maneras, la posible convocatoria a una Asamblea Constituyente comienza a ser una reivindicación defendida cada vez con más fuerza desde sectores políticos de oposición, como el Partido Comunista o el Frente Amplio chileno.
La brutalidad policial
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Una experiencia personal del residente en Valparaíso demuestra, según él, el nivel de abusos que los manifestantes han sufrido por parte de la Policía. Recordó el día en que, junto a su novia chilena, decidieron marchar, con su típico mate uruguayo y una cacerola, hacia Plaza Victoria para participar de una marcha en repudio a la declaración del estado de emergencia en Santiago.
Pérez recordó que, si bien la emergencia aún no regía en Valparaíso, de camino a la plaza presenciaron varias formaciones de carabineros apostados en diferentes lugares.
"Pensábamos que estarían protegiendo determinados lugares y que estaba bien pero en un momento, cuando caminábamos a dos cuadras de la plaza y sin que hubiera incidentes, pasa un camión de carabineros y nos arroja una granada de gas lacrimógeno", rememoró.
La agresividad de las fuerzas del orden ha sido una constante en estos días, sostuvo Pérez, en contraste con la corrección con la que suelen comenzar las movilizaciones populares. Incluso, el uruguayo fue testigo de cómo los propios manifestantes impidieron algunos saqueos, impulsados por algunas personas que intentaban ingresar en locales comerciales.
Pérez volvió a sufrir los gases lacrimógenos en la Plaza Cívica, donde los manifestantes también fueron reprimidos mientras protestaban pacíficamente. Ese mismo día, contó, algunos policías fueron vistos mientras permitían el ingreso de personas a un supermercado para que fuera saqueado. "Han preferido que la autoridad se pare en contra de los manifestantes y no de los agentes del caos dentro de Valparaíso".
Tras varios días de toque de queda, los ciudadanos de Valparaíso aún no tienen grandes problemas para conseguir alimentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, salir de casa en horas de la noche no es una buena idea. "No es que estemos sitiados por militares pero si sales, corres mucho riesgo de que te pase algo malo", advirtió Pérez.
"La Policía, más allá de tener entrenamiento militar, no está preparada psicológicamente para soportar este estado de emergencia. El abuso lo ves claramente en cómo golpean, cómo atacan y cómo responden con insultos", sostuvo.
Para el uruguayo, la forma en que los carabineros lanzan gases lacrimógenos "como si repartieran caramelos" es una demostración de un grado de violencia que, de acuerdo a las cifras oficiales, ya ha provocado la muerte de al menos 19 personas, más de 2.600 detenidos y varios casos de violencia sexual hacia mujeres.
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