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viernes, 31 de julio de 2020

Los alimentos ricos en antioxidantes elevan el riesgo de cáncer intestinal

Los alimentos ricos en antioxidantes elevan el riesgo de cáncer intestinal

'Nature' publica este sorprendente hallazgo. Científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén han comprobado que estos compuestos promueven la creación de altos niveles de metabolitos y crean un ambiente propicio para el crecimiento tumoral

Foto:  Los arándanos son ricos en fibras y antioxidantes. (Pixabay)
Los arándanos son ricos en fibras y antioxidantes. (Pixabay)

Los alimentos ricos en antioxidantes, como el té negro, el chocolate y las frutas del bosque, podrían incrementar el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, según una nueva investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel).

En el estudio, que se publica en la revista científica 'Nature', se demuestra que los alimentos ricos en antioxidantes provocan que el microbioma intestinal produzca altos niveles de metabolitos y crean un ambiente particularmente hospitalario para los genes mutados que acelera el crecimiento de los cánceres de intestino.

Foto: Todas las frutas contienen antioxidantes. (iStock)

Yinon Ben-Neriah, del Centro Lautenberg de Inmunología e Investigación del Cáncer de la Universidad Hebrea de Jerusalén, decidió investigar un hecho que tenía desconcertados a los científicos desde hace mucho tiempo.

El muy raro cáncer de intestino

El cáncer en el intestino delgado es bastante raro, mientras que el cáncer colorrectal, que se produce en un órgano vecino, el colon, mucho más pequeño, es una de las principales causas de muerte por cáncer para hombres y mujeres.

 

"La bacteria intestinal tuvo un efecto Jekyll y Hyde en las proteínas p53 mutadas. En el intestino delgado atacaron las células cancerosas, en el colon promovieron su crecimiento"

Sólo el 2% de los cánceres gastrointestinales se arraigan en el intestino delgado, mientras que un enorme 98% de los cánceres se producen en el colon. ¿Cuál era la razón?

 

Según publica 'Medical Xpress', Ben-Neriah y sus colegas descubrieron que las mutaciones del cáncer no son necesariamente nocivas en sí mismas. De hecho, en ciertos microambientes como el intestino, estas mutaciones pueden ayudar al cuerpo a combatir el cáncer, no a propagarlo.

Aunque el té negro no tiene la misma buena prensa que el verde o el rojo, tiene también grandes propiedades. (iStock)

Esto se da así si el microbioma intestinal no produce altos niveles de metabolitos. Los alimentos ricos en antioxidantes, como el té negro, el chocolate y las frutas del bosque, se encargan de elevar esos niveles de metabolitos, lo que, como hemos dicho anteriormente, puede acelerar la aparición de cáncer intestinal.

 

Una gran diferencia entre estos dos órganos es su nivel de bacterias intestinales: el intestino delgado contiene pocas, mientras que en el colon hay muchas. "Los científicos empiezan a prestar cada vez más atención al papel que desempeñan los microbiomas intestinales en nuestra salud: tanto sus efectos positivos como, en este caso, su papel a veces pernicioso en la ayuda y la incitación a la enfermedad", explica Ben-Neriah, autor principal del estudio.

La proteina p53

El TP53 es un gen que se encuentra en todas las células y produce una proteína llamada p53, que actúa como la barrera de la célula, suprimiendo las mutaciones genéticas en la misma. Sin embargo, cuando la proteína p53 se daña, ya no protege a la célula, sino todo lo contrario: provoca el cáncer, ayudando a que los tumores se extiendan y crezcan.

"Nos sorprendió ver la medida en que los microbiomas afectan a las mutaciones del cáncer, en algunos casos, cambiando su naturaleza"

 

Para probar su teoría de que la flora intestinal estaba en juego, los investigadores introdujeron proteínas p53 mutadas ("impulsoras del cáncer") en el intestino. Sorprendentemente, el intestino delgado reaccionó convirtiendo el conductor de cáncer p53 mutado en p53 normal, transformándose en "supersupresores" que eran mejores para suprimir el crecimiento del cáncer que las proteínas p53 saludables.

 

Sin embargo, cuando las proteínas p53 mutadas fueron introducidas en el colon, no sufrieron ningún cambio, sino que se mantuvieron fieles a su naturaleza de conductor del cáncer y promovieron la propagación de la enfermedad.

Frutas del bosque. (iStock)

"La bacteria intestinal tuvo un efecto Jekyll y Hyde en las proteínas p53 mutadas. En el intestino delgado cambiaron totalmente de curso y atacaron las células cancerosas, mientras que en el colon promovieron el crecimiento canceroso", señala Ben-Neriah.

Para probar aún más su teoría de que la flora intestinal era un factor importante en el hecho de que la proteína p53 mutada actuaba como bloqueador de tumores en el intestino delgado pero acelerador de tumores en el colon, los científicos administraron antibióticos para matar la flora intestinal del colon. Una vez que lo hicieron, el p53 mutado no fue capaz de continuar con su extensión de cáncer.

La importancia de la alimentación

¿Qué hay en esta flora que hace que el cáncer de colon se extienda tan rápidamente? Un análisis detallado identificó al culpable: la flora intestinal que produce metabolitos, también conocidos como antioxidantes, que se encuentran en altas concentraciones en determinados alimentos.

 

Así, cuando los científicos alimentaron a ratones con una dieta rica en antioxidantes, su flora intestinal aceleró el modo de conducción del cáncer del p53. Este hallazgo es especialmente preocupante para los pacientes con antecedentes familiares de cáncer colorrectal.

"Científicamente hablando, este es un nuevo territorio. Nos sorprendió ver la medida en que los microbiomas afectan a las mutaciones del cáncer, en algunos casos, cambiando completamente su naturaleza", concluye Ben-Neriah, que aconseja a aquellos que tienen un alto riesgo de cáncer colorrectal que examinen su flora intestinal y piensen qué tipo de alimentos ingieren.

El jardinero horticultor

El jardinero horticultor


¿Qué alternativas existen para hacer frente a la escasez de recursos y el cuidado del planeta? La guía del agricultor Jean-Martin Fortier demuestra que vivir del cultivo de alimentos, sin hacer una gran inversión ni tener un terreno extenso, es más accesible de lo que parece

The Walled Garden en Bedford's Park, Londres. 2012Ampliar foto
The Walled Garden en Bedford's Park, Londres. 2012 TERESA GARCÍA ALCARAZ

Entre 2012 y 2018, las tierras destinadas a la agricultura orgánica en la Unión Europea aumentaron un 34 % y según datos de Eurostat, España destaca como el país que destina más superficie para este tipo de agricultura, particularmente un 16,7 %.

Cada vez más, la práctica agrícola se decanta por no utilizar productos químicos de síntesis (como pesticidas, fitohormonas o fertilizantes químicos) cuyo objetivo reside en asegurar un sistema viable y sostenible de la gestión agraria. Es decir, esta práctica apuesta por la combinación de técnicas de producción dirigidas al uso óptimo y sostenible de los recursos naturales y a la minimización de su impacto en el medio ambiente.

De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) entre 1900 y el 2000 se perdió el 75 % de la biodiversidad cultivada, producto de la agricultura convencional basada en abonos químicos, monocultivos, un arado excesivo y herbicidas. Y es que, a pesar de que este tipo de agricultura convencional es muy productiva a corto plazo, pone en peligro la viabilidad del suelo y contribuye a una pérdida de biodiversidad cultivada a largo plazo. Miles de variedades autóctonas, adaptadas a condiciones diversas, se han perdido en pocos años.

Todo esto, puede evitarse con un uso responsable de la energía, los recursos naturales, la preservación del suelo agrícola, el respeto a los ciclos naturales, la adecuación del cultivo a la climatología de cada zona… Y, de hecho, es por este motivo que cada vez más, están emergiendo un despliegue de huertos y jardines comunitarios a lo largo del territorio, totalmente incorporados en el paisaje urbano de las ciudades.

Hoy por hoy, pequeños negocios y cooperativas de productos ecológicos —todos ellos libres de productos tóxicos no solo sirven para potenciar la experiencia hortícola, sino que también funcionan como centros comunitarios entre vecinos de todas las edades y sensibilidades; son espacios de encuentro donde hay un intercambio de saberes, informaciones y destrezas que sirven para potenciar y expandir la práctica agrícola ecológica.

Uno de los ejemplos a tener en cuenta es el de Jean-Martin Fortier y Maude-Hélène Desroches, los fundadores de Les Jardins de la Grelinette; una microgranja situada en el sur de Quebec conocida por sus elevados niveles de productividad y rentabilidad obtenidos mediante métodos de producción de baja tecnología y alto rendimiento. Recientemente, ambos profesionales han ampliado su concepto agroalimentario con un nuevo proyecto llamado La Ferme des Quatre-Temps.

Además, cabe destacar que Jean-Martin Fortier es el autor del libro El Jardinero Horticultor, recientemente publicado por Ediciones Atalanta; uno de los libros sobre agricultura más influyente de la última década, con más de 150.000 ejemplares vendidos. Lo más relevante, es que tanto el autor como su mujer llevan más de quince años ganándose la vida con su poco más de media hectárea de cultivos que alimentan a más de doscientas familias mediante su sistema de cestas y su puesto en los mercados locales.

Para todos aquellos que estén interesados en la agricultura ecológica en áreas reducidas, este libro puede ser un gran recurso, ya que contribuye a fomentar la resiliencia de comunidades locales y, de algún modo, dejar atrás la práctica de la agricultura industrial, altamente dañina tanto para el planeta como para nuestra salud.

Lejos de ser un libro teórico, El jardinero horticultor está fantásticamente ilustrado y repleto de información muy detallada que habla sobre:

  • Cómo crear una micro-granja diseñando sistemas de cultivo bio-intensivos de bajo coste.
  • Cómo cultivar sin tractor y minimizar los gastos de combustibles fósiles, gracias a un buen uso de las herramientas manuales, la maquinaria y las técnicas de labranza idóneas.
  • Cómo cultivar sistemáticamente diversas hortalizas, atendiendo a la gestión de las malas hierbas y las plagas, el rendimiento de los cultivos, las temporadas de cosecha y los métodos para calcular los precios.

Es un libro que no deja de ser una guía práctica, completa y actualizada de agricultura a pequeña escala, que demuestra que vivir del cultivo de alimentos, sin hacer una gran inversión ni tener un terreno extenso, es más accesible de lo que parece. De hecho, este manual retoma las explicaciones del conocido educador y agricultor Eliot Coleman y aplica brillantemente muchos de sus principios fundamentales, ofreciendo al lector unos sólidos conocimientos para ganarse la vida con sus cosechas.

Cada vez más, están emergiendo un despliegue de huertos y jardines comunitarios a lo largo del territorio, totalmente incorporados en el paisaje urbano de las ciudades

En la actualidad, resulta más que evidente que la sobrepoblación global nos llevará a pensar en nuevas maneras de habitar, producir y subsistir. Y, de hecho, la agricultura ecológica es una práctica que muchos quieren aprender para combatir la futura escasez de alimentos, ya sea tanto en huertos urbanos como a través de invernaderos verticales.

Según datos de Naciones Unidas, se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 7.700 millones actuales a los 9.700 millones en 2050, pudiendo llegar a un pico de cerca de 11.000 millones para 2100. Es preciso y necesario evaluar y plantearnos nuevas alternativas para hacer frente a este desafío ya sea para mejorar el medioambiente, la escasez de recursos y la sobrepoblación.

Por ello, la agricultura ecológica es una solución para el futuro de nuestras ciudades. La revolución del campo ha llegado a la ciudad, esta vez para quedarse. El autoconsumo, la reivindicación de la soberanía alimentaria, el cuidado de la tierra, la incorporación de nuevas técnicas y prácticas, y la agricultura ecológica a pequeña escala pueden ser la solución a todos los problemas que están por venir.

jueves, 30 de julio de 2020

La economía de EE. UU. Se contrajo a una tasa récord el último trimestre; Las solicitudes de desempleo aumentan a 1,43 millones

La economía de EE. UU. Se contrajo a una tasa récord el último trimestre; 

La estimación inicial del Departamento de Comercio del producto interno bruto de EE. UU. En el segundo trimestre es la mayor caída en más de 70 años

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Los economistas han usado durante mucho tiempo letras del alfabeto como V y U para describir las recuperaciones económicas. 

La economía se contrajo a una tasa récord el último trimestre y los retrocesos de julio para el mercado laboral se sumaron a los signos de una desaceleración en la recuperación, ya que el país enfrenta un aumento de las infecciones por coronavirus en el verano.

El Departamento de Comercio dijo que el producto interno bruto de EE. UU., El valor de todos los bienes y servicios producidos en toda la economía, cayó a una tasa anual ajustada por inflación del 32,9% en el segundo trimestre, o una caída del 9,5% en comparación con el trimestre anterior.