Coronavirus en Perú: aíslan a más de mil trabajadores del hospital María Auxiliadora
Cinco médicos y una trabajadora administrativa fueron contagiados de coronavirus por una doctora residente. La mitad del personal fue enviado a guardar reposo en sus domicilios.
La mañana del pasado martes 24, el flamante ministro de Salud, Víctor Zamora, recorrió el hospital María Auxiliadora, ubicado en San Juan de Miraflores, para evaluar el funcionamiento de sus servicios y las condiciones en las que sus médicos enfrentan el coronavirus. Un video publicado en las redes sociales del ministerio indica que la visita tuvo como finalidad “asegurar la continuidad en las atenciones en todas las áreas comprometidas por esta pandemia”.
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Lo que no se menciona es que, para entonces, más de mil trabajadores –entre personal médico y administrativo– de dicho centro de salud se encuentran en aislamiento social luego de que se confirmaran seis casos de COVID-19.
Según contó un médico residente del hospital a este Diario, el primer caso fue de una residente de la especialidad de Ginecología, quien había tenido contacto con un familiar suyo proveniente de España, que había mostrado síntomas. “Ella siguió trabajando y haciendo su vida normal porque se sentía bien. Incluso cumplió años a inicios de marzo e hizo una reunión con los residentes”, cuenta el médico, cuyo nombre se mantendrá en reserva.
Luego, la doctora comenzó a mostrar síntomas leves; por sugerencia de un médico asistente se hizo la prueba del hisopado. A los cuatro días, la prueba dio positiva. Este fue el punto de inflexión para el hospital en el contexto de esta pandemia: sus médicos tuvieron contacto con el coronavirus.
Alarma activada
Según cuenta el doctor Jorge Coello Vásquez, director adjunto del hospital María Auxiliadora, después de hacerse la prueba, y mientras esperaba los resultados, la doctora estuvo trabajando. “Eso que ponía en riesgo al resto del personal y a los pacientes. Quisimos hacer el descarte a todo el personal, pero solo teníamos 20 pruebas para todo el hospital y no alcanzaba. Por este motivo, impusimos que todo el personal de riesgo pueda hacer su aislamiento domiciliario. Eso significó que perdamos más de la mitad de trabajadores del hospital”, explica Coello.
Las pruebas dieron positivo y se confirmó el contagio de un médico y otra residente de Ginecología, uno del área de Gastroenterología, una de Neonatología, una obstetra y una trabajadora administrativa del área de rayos X.
Hasta antes de la diseminación de la enfermedad, había 2.500 trabajadores en el hospital. Hoy, las áreas de Gastroenterología y Ginecología no están atendiendo por falta de personal y los que siguen ejerciendo deben enfrentar a turnos extensos.
“Hemos tenido que restringir algunos servicios y lamentablemente esto nos obliga a hacer turnos más recargados para el resto del personal. Incluso con guardias de 24 horas. Hay demasiado sacrificio del personal”, señala Coello.
Al cierre de esta edición, tres pacientes confirmados de coronavirus habían sido atendidos en el hospital María Auxiliadora. Ellos fueron posteriormente derivados al hospital de Ate. Otros seis se encuentran en observación.
“Somos carne de cañón”
“Se nos ha sobrecargado el trabajo a quienes nos hemos quedado atendiendo, porque hay menos residentes y ya no hay internos, los han mandado a casa”, relata el médico anónimo. Acaba de terminar una jornada de 12 horas.
Su preocupación no solo pasa por la recarga de trabajo, sino por el temor de haber contraído la enfermedad. “El residente de gastroenterología trabajó aproximadamente tres días con fiebre. Yo lo he visto mal, pero recién cuando los síntomas eran muy evidentes lo mandaron a su casa a que se aísle y que se haga la prueba. Con tanto trabajo y tanto calor uno a veces no se da cuenta de que tiene fiebre”, asegura y, casi resignado, agrega que “solo puedes parar cuando estás muy mal”.
El médico señala que recién hace unos días les entregaron mandiles para protegerse del coronavirus, pero que los equipos para prevenir los contagios siguen siendo insuficientes. “No nos dan indumentaria de bioseguridad. Este incluye mandiles, mascarillas y lentes. Nosotros siempre hemos comprado nuestras mascarillas. Recién el lunes nos han dado mandiles y reparten mascarillas dependiendo del área”, afirma.
Al respecto, el doctor Coello niega que el hospital carezca de los implementos de bioseguridad, pero que no puede abastecerse de mayor cantidad por la coyuntura.
“Disponemos de todo lo que dice la norma técnica para la atención de nuestros pacientes, que significa tener gorros, lentes, mascarillas, mandilones celestes y botas descartables. Es lo que hemos tenido desde un principio y se ofreció al personal. El problema es que llega en este momento de un desabastecimiento de insumos […] [pero] nosotros hemos cumplido en todo momento con la norma de poner todos los implementos de seguridad”, señala. Confirmó que el lote de mandiles llegó el pasado lunes 23.
El médico residente se quiebra cuando se le pregunta si se siente desprotegido en el hospital. “Nosotros somos la primera línea de defensa, nosotros somos carne de cañón. Los primeros que ven y están en contacto con los pacientes somos los residentes. No nos vamos porque nos da pena dejar a nuestros compañeros solos. Bien podríamos estar en cuarentena porque todos hemos tenido contacto con los residentes contagiados, no solo los que estuvieron en esa reunión”, contesta.
Atendiendo a un COVID-19 positivo
Los doctores del María Auxiliadora no solamente están expuestos por la propagación del virus entre sus propios colegas.
La voz de un segundo médico residente, con el que converso por tercera vez para este informe, no es la misma que en anteriores entrevistas: se siente preocupado y ansioso. Hace tan solo unas horas intervino y aisló a un paciente COVID-19 positivo en la sala de emergencias del centro de salud.
“Anoche estuvimos de guardia y llegó un paciente de 59 años, diabético y con insuficiencias respiratorias. Estaba desaturando. Eran las 3 de la mañana y su hija lo acompañaba. Nos dijo que su papá tenía neumonía y que se había hecho la prueba del coronavirus dos días atrás”, narra.
En ese momento no supo qué hacer. El protocolo de prevención del hospital indica que en la puerta de emergencias el paciente con síntomas se presenta ante los vigilantes quienes lo llevarán a la sala de triaje diferenciado, una carpa azul ubicada a unos pasos del ingreso. En esa noche no había un médico en ella, solo una enfermera y un técnico.
El hombre con problemas respiratorios llegó esa madrugada a emergencias en una ambulancia. No tuvo contacto con alguien antes de estar en el ingreso del tópico.
“No me acerqué mucho al paciente, pero yo lo he examinado entre cinco y diez minutos a unos 50 o 60 centímetros de distancia. Estaba protegido por mi mandil, un gorro que le pedí prestado a la licenciada de emergencias y con la mascarilla que tengo desde hace más de una semana, que ya no debe funcionar por el uso. No nos dieron lentes”, recuerda. Tras debatir con la jefa de guardia sobre qué hacer con él, decidieron aislarlo.
La atención al paciente desde su ingreso tardó aproximadamente una hora. Llegó al tópico común donde obtuvo su historial en el Sistema Integral de Salud. Luego pasó al tópico de medicina donde lo redirigieron al de emergencias, donde es examinado. Tras ello se dirigió a la sala de Rayos X. Con los resultados, los médicos que lo atendieron lo enviaron a un módulo de aislamiento. Unas horas después se confirmó que el paciente dio positivo en su prueba de coronavirus y fue trasladado al Hospital de Lima Este Vitarte.
El médico acaba de salir de su turno nueve horas después de esta incidencia. Extenuado, termina nuestra conversación criticando a las autoridades del María Auxiliadora. “No tenemos todo el equipo de seguridad. Estuvimos expuestos a que tosa. Ayer me pasó a mí, quién sabe a quiénes más le estará pasando. […] Yo no me siento seguro, no me siento protegido”, sentencia.
Datos
-Diariamente, el hospital María Auxiliadora atiende a un promedio de dos mil pacientes.
-Debido al estado de emergencia decretado recientemente, desde el 16 de marzo este hospital no atiende consultas externas. Sí se mantienen las cirugías de emergencia.
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