Evo Morales dice que la nacionalización de recursos es el fondo del conflicto en Bolivia: "No aceptan que los indios gobiernen"
El mandatario depuesto convocó a organizaciones internacionales y el papa Francisco para construir una Comisión de la Verdad para aclarar lo sucedido en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
El presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, señaló que "la nacionalización de recursos (naturales)", que hizo durante su mandato, "es el fondo de este conflicto", que derivó en un golpe de Estado en su contra.
"Algunos no aceptan que los indios gobiernen", agregó Morales, en conferencia de prensa este miércoles 20 de noviembre, desde la Ciudad de México.
En concreto el mandatario se refirió a las acciones tomadas durante su Gobierno, que comenzó en 2006, entre ellas la nacionalización de los hidrocarburos, como el gas y el petróleo. A lo que le siguieron otras nacionalizaciones.
En la rueda de prensa, explicó los avances de su administración en la producción de litio y las reservas gasíferas de la nación andina.
Bolivia tiene las mayores reservas de litio del planeta, con cerca de 21 millones de toneladas en el salar de Uyuni según confirmó un estudio de la empresa estadounidense SRK, mineral necesario para la fabricación de baterías en dispositivos electrónicos. Esto significa cerca del 50 % de las reservas globales de litio.
Además, Bolivia cuenta con 10,75 trillones de pies cúbicos probados en sus reservas de gas natural, una de las mayores del mundo.
Carta blanca para matar
Morales denunció que el Gobierno de facto, que dirige la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, publicó "una carta blanca" para masacrar personas.
"Emitieron un decreto como si tuvieran carta blanca para matar a bolivianos. Eso sólo se hacía en la dictadura militar", dijo Morales.
Específicamente, el mandatario depuesto se refirió a la disposición de las autoridades de facto de deslindar de responsabilidad penal a los militares que participan en los "operativos de restablecimiento y estabilidad del orden interno" en ciudades como La Paz y Cochabamba, donde se han vivido multitudinarias protestas para exigir la renuncia de Áñez y el pronto retorno de Morales.
Desde las elecciones generales del pasado 20 de octubre, que dieron inicio a una crisis política, han fallecido 30 personas, y 27 de esas muertes tuvieron lugar tras el golpe de Estado del pasado 10 de noviembre, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Solo este martes, un operativo policial en la planta de hidrocarburos de Senkata, ubicada en El Alto, bastión de movimientos campesinos e indígenas que apoyan a Morales, dejó seis muertos y unas 30 personas heridas.
"Esta masacre es parte de un genocidio que ocurre en nuestra querida Bolivia", declaró Morales.
El presidente depuesto también hizo un llamado a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para denunciar y frenar "esta masacre de hermanos indígenas que piden paz, democracia y respeto a la vida en las calles". Justo esa instancia internacional dijo este miércoles que "los responsables deben rendir cuentas".
Criticó el silencio de los grandes medios de comunicación, tanto en Bolivia como a nivel internacional, que han callado ante la masacre del pueblo boliviano. "Muchos medios de comunicación están como con anestesia, no informan", señaló.
Comisión de la Verdad
Morales no descartó una salida negociada al conflicto, incluso mediante la realización de nuevas elecciones, luego de que el Congreso boliviano emanado del golpe, revise una iniciativa legal para convocar a nuevos comicios.
También, convocó a organizaciones internacionales y al papa Francisco para construir una Comisión de la Verdad que permita aclarar lo sucedido en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Criticó las presiones externas involucradas en la crisis boliviana y acusó de golpista a la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de que el organismo multilateral publicara un informe preliminar en el que, pese a no aportar ninguna prueba sobre el supuesto fraude electoral a favor del mandatario, quien resultó reelecto, generó una oleada de descalificaciones contra su mandato, incluyendo señalamientos del secretario Luis Almagro.
Por ello, hizo un llamado "para que algunas organizaciones se sumen para demostrar cómo la OEA se sumó a este golpe de Estado".
"Hemos ganado en primera vuelta. Hay informes internacionales que lo demuestran", defendió Morales e hizo referencia a los análisis independientes como el realizado por el Centro de Investigación en Política y Economía (CEPR, con sede en Washington) y un estudio de la Universidad de Michigan, que no encontraron elementos que indiquen un supuesto fraude electoral.
"EE.UU. no quiere que vuelva a Bolivia"
El líder indígena boliviano solicitó ayuda a la comunidad internacional para regresar a su país y contribuir a la pacificación del mismo, para lo cual, solicitó que organismos internacionales contribuyan a generar condiciones mínimas de seguridad para que pueda retornar a Bolivia.
En este sentido, dijo esperar que "la comunidad internacional pueda aportar" a solucionar el conflicto político en su país "y no sea como la OEA, golpista".
Al mismo tiempo, Morales informó que EE.UU. ha operado políticamente para impedir que vuelva a Bolivia.
"Desde el norte nos informan que EE.UU. no quiere que vuelva a Bolivia", apuntó. "Decisiones políticas internas y externas no quieren que vuelva a Bolivia", reiteró.
Señaló que algunas voces le han solicitado que entable un diálogo con el régimen golpista boliviano fuera del país, situación que rechazó, al considerar que no tiene ningún motivo para que dichas conversaciones se realicen fuera de Bolivia.
"¿Por qué tanto miedo al Evo, tanto miedo al indio?", expresó.
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