El hijo de Alí Khamenei gana poder en las sombras tras la muerte repentina de Ebrahim Raisi, posible sucesor de su padre
Mojtaba Khamenei podría desempeñar un papel crucial en la reconfiguración del panorama político iraní, incluso como heredero del Guía Supremo
La inesperada muerte del presidente iraní, Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el pasado domingo ha suscitado una serie de interrogantes sobre el futuro liderazgo del país. Aunque el líder supremo Alí Khamenei no ha designado a un sucesor, los observadores de Irán afirman que Raisi fue uno de los dos nombres más mencionados; el segundo es el hijo del ayatolah, Mojtaba, de quien se cree que ejerce influencia entre bastidores.
Mojtaba Khamenei está vinculado a personajes influyentes de los servicios de inteligencia y seguridad iraníes, y ha desempeñado un papel relevante durante el mandato de Raisi. Sin embargo, según un perfil publicado este miércoles por el Wall Street Journal, para muchos iraníes sigue siendo una figura enigmática.
Sin ocupar ningún cargo público ni dar discursos, ha amasado poder detrás de escena, intensificado durante el mandato de Raisi, a quien se consideraba un presidente dócil sin una base de poder propia.
La muerte de Raisi ha suscitado preguntas sobre quién lo sucederá y si el próximo presidente será igualmente manejable para las facciones de poder, incluido el entorno de Mojtaba y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. El inesperado deceso de Raisi también ha incrementado las especulaciones sobre quién podría suceder en el cargo al líder supremo, que a sus 85 años enfrenta serios problemas de salud.
Quién es Mojtaba Khamenei
Mojtaba Khamenei, de 54 años, ha mantenido hasta ahora un perfil bajo en el seno de la teocracia iraní.
Nació en Mashhad en 1969, mientras su padre se destacaba en el movimiento revolucionario contra la monarquía del sha Reza Pahlavi. Tras la Revolución Islámica de 1979, la familia se mudó a Teherán. Mojtaba asistió a un instituto para hijos de revolucionarios mientras su padre ascendía en el gobierno, llegando a ser presidente en 1981. Durante la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), estrechó vínculos con figuras que más tarde ocuparían puestos altos en el aparato de seguridad, como Hossein Taeb futuro jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, y Hossein Nejat, que se convertiría en jefe de la unidad de la Guardia Revolucionaria encargada de aplastar las protestas en Teherán.
El papel de Mojtaba en la política iraní se volvió más prominente en la década de 1990 y a mediados de los 2000. Los reformistas lo acusaron de influir en las victorias electorales de Mahmud Ahmadineyad en 2005 y 2009.
En 2009, su apoyo a Taeb, entonces comandante de la milicia paramilitar Basij, jugó un papel crucial en la represión del Movimiento Verde. Estados Unidos impuso sanciones a Mojtaba en 2019, acusándolo de trabajar estrechamente con la Guardia Revolucionaria y los Basij para promover objetivos regionales e internos desestabilizadores.
Las próximas elecciones presidenciales a finales de junio y la inminente sucesión de su padre, el papel de Mojtaba podría profundizarse.
Según dijo al WSJ Hamidreza Azizi, profesor visitante y experto en Irán del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, la influencia de Mojtaba desde la sombra se mantendrá crucial en la reconfiguración del panorama político iraní. La presencia de redes influyentes que actúan en segundo plano añade complejidad a la sucesión y gobernanza del país.
Azizi destacó la importancia de encontrar un sucesor idóneo para Raisi: “Mojtaba y la red que le rodea han dirigido el espectáculo durante las dos últimas décadas” señala. Azizi agregó que el principal reto radica en encontrar a alguien con las mismas características de Raisi, lo que garantiza que Mojtaba pueda conservar e incluso ampliar su poder.
El poder y la influencia de Mojtaba Khamenei no se limitan únicamente a la política. Su influencia también se extiende al Setad, un fondo multimillonario que controla participaciones en diversos sectores, controlado directamente por el líder supremo. Mokhber, el presidente interino, fue designado por Khamenei para dirigir Setad, lo que subraya la continuidad del control familiar y de las redes en el poder.
¿Posible sucesor del líder supremo?
Raisi, respaldado por un grupo que quería verlo convertido en líder supremo, deseaba claramente ese rol, dijo a la agencia Reuters Vali Nasr, profesor de Estudios sobre Oriente Medio y Asuntos Internacionales en la Escuela John Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados.
“Ahora no tienen candidato, y eso abre la puerta a que otras facciones u otras figuras surjan como serios aspirantes”, dijo.
Por eso, muchos analistas creen que Mojtaba Khamenei podría convertirse en un candidato a suceder a su padre, aunque otros opinan que sería más poderoso en un rol menos visible.
Según Mehdi Khalaji, un teólogo formado en la ciudad santa iraní de Qom y autor de un libro de 2023 sobre el líder supremo, que Mojtaba sea el sucesor de su padre es un escenario poco probable.
“La idea de que la ambición de Mojtaba es ser el próximo líder supremo es un mito total”, dijo Khalaji al WSJ. “Basándome en la experiencia histórica, no creo que Khamenei indique a nadie, ni siquiera a su hijo, como sucesor”.
Mojtaba carece además de varias cualidades que se exigen formalmente a un líder supremo, como las necesarias credenciales religiosas o experiencia ejecutiva.
De hecho, Khamenei ha manifestado su oposición a la candidatura de su hijo porque no quiere que se produzca un retroceso hacia un sistema de gobierno hereditario en un país en el que la monarquía respaldada por Estados Unidos fue derrocada en 1979, según una fuente iraní cercana a la oficina de Khameni citada por Reuters.
Una fuente regional familiarizada con el pensamiento de Teherán afirmó que la oposición de Khamenei al gobierno hereditario eliminaría tanto a Mojtaba como a Alí Khomeini, nieto del fundador de la República Islámica y afincado en Nayaf (Irak).
Un ex funcionario iraní dijo que se espera que poderosos actores, incluidos los Guardianes de la Revolución y clérigos influyentes en Qom, intensifiquen ahora sus esfuerzos para dar forma al proceso mediante el cual se elegirá al próximo líder supremo.
“La muerte de Raisi es un golpe para la clase dirigente, que ahora no tiene otro candidato”, dijo el funcionario, quien añadió que, aunque se creía que Raisi había sido preparado para suceder a Khamenei, nadie sabía con certeza cuáles eran las intenciones de Khamenei.
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