Los ejecutivos de Thomas Cook cobraron 40 millones en bonus antes del descalabro del turoperador.
El primer ministro arremete contra los directivos de la compañía, mientras la Autoridad Financiera británica y el Parlamento estudian abrir una investigación
Londres
El gigante turístico Thomas Cook se ha desmoronado, el Gobierno del Reino Unido intenta a duras penas repatriar a cerca de 150.000 turistas abandonados por todo el mundo y las arcas públicas deberán hacer frente a una operación de rescate que puede superar los cien millones de euros. Y a nadie ha pasado desapercibido que los ejecutivos de la compañía se embolsaron bonus millonarios gracias a sus agresivas estrategias comerciales y a métodos contables cuya honestidad está puesto en duda.
Tres de los altos cargos que han estado al frente de la compañía en los últimos 12 años se han embolsado casi 40 millones de euros, según se ha conocido ahora. "Debemos tener un sistema en el futuro que asegure que los operadores turísticos se dediquen a inflar sus cuentas y que luego deba ser el contribuyente el que traiga de regreso a casa a los viajeros", ha dicho Boris Johnson en Nueva York. El primer ministro se ha puesto a la cabeza de la ola de indignación desatada por el asunto.
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Durante años, los directivos de la compañía se embolsaron complementos salariales a pesar de los crecientes temores surgidos en los últimos años de que el gigante del turismo se dirigía hacia la quiebra. Manny Fontela-Novoa, quien puso en marcha un proceso de expansión que dejó en la compañía un agujero de deuda de más de 1000 millones, se embolsó en cuatro años más de 17 millones en bonus extra. La fusión que impulsó con MyTravel supuso el despido de 2.800 empleados.
La sucesora de Fontela-Novoa, Harriet Green, obtuvo más de 10 millones extras, aunque destinó una tercera parte a obras de caridad, después de que bajo su dirección fallecieran dos niños en un complejo de la compañía en Corfú (Grecia) por inhalación de monóxido de carbono. El último director de Thomas Cook, Peter Frankhauser, llegó a recibir más de cuatro millones en complementos.
La oposición laborista, a través de su portavoz económico, John McDonnell, ha exigido este martes la devolución de todos esos pagos. El Gobierno del Reino Unido ha puesto en marcha una investigación exprés de las cuentas del gigante del turismo. Y la Autoridad Financiera del país, junto con la Comisión de Economía del Parlamento, anunciaron que están estudiando abrir una investigación completa, en la que situarían el foco no solo en los pagos a sus ejecutivos sino en la labor de las dos auditoras que controlaron la empresa, EY y PwC. “Deben responder cuestiones muy serias, sobre sus prácticas contables, su política de retribuciones y sobre la estrategia financiera de la compañía”, advirtió la diputada Rachel Reeves, miembro de la Comisión de Comercio del Parlamento.
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