El globo de ensayo chino para medir la reacción de Estados Unidos
El avistamiento de un enorme globo aeroestático sobre Montana encendió todas las alarmas en Washington. Los analistas creen que Beijing está testeando la respuesta estadounidense en el medio de una creciente tensión entre las dos potencias
“Las especulaciones y conjeturas no favorecen una solución adecuada del asunto antes de que éste se aclare”, asegura el portavoz del gobierno chino citando a Mao. Pero en Washington creen que todo es muy claro. En el medio de una tensión extrema con Estados Unidos, China lanzó un globo aeroestático de vigilancia sobre el territorio de su rival. Desde Beijing dicen que se trata apenas de un “observador científico”. En Washington están convencidos de que se trata de un “globo espía” en busca de información sobre el desarrollo militar en bases del noroeste del país. Los analistas militares lo ven como un “globo de ensayo” chino dentro de una compleja situación por el expansionismo del gigante en el mar de China y su intención de recuperar la soberanía sobre Taiwán. Y en el fondo está “la gran puja” entre las dos potencias por ver quién va a liderar la revolución científica-tecnológica en la segunda mitad del siglo.
La consecuencia inmediata fue la suspensión de un viaje programado desde hace meses del secretario de Estado, Antony Blinken, a Beijing. Blinken tenía previsto reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, el domingo durante una visita de dos días a China, la primera de este tipo de un secretario de Estado estadounidense en casi seis años y la primera de un miembro del gabinete de la administración Biden. Habrá que dejar pasar la tensión para reprogramar un encuentro que las dos partes dicen querer realizar.
El día anterior, un testigo había captado las imágenes de lo que parecía ser un globo a gran altitud sobre Billings, Montana. Después se supo que había sobrevolado las islas Aleutianas, en el estrecho de Bering, entre Rusia y Estados Unidos, para sobrevolar Canadá y llegar al noroeste del país. También habría sido observado desde un avión comercial. El hecho hizo sonar todas las alarmas de seguridad. El Secretario de Defensa, Lloyd Austin, convocó una reunión de altos mandos militares en el Pentágono e informó de la amenaza al presidente Joe Biden. Se lanzaron cohetes de observación y se evaluó la posibilidad de derribar el globo, que se descartó unas horas más tarde por el riesgo potencial de que pudieran caer partes del artefacto sobre zonas pobladas.
Un alto funcionario de Defensa dijo que “estamos tomando todas las medidas necesarias para protegernos contra la recopilación de información sensible por parte de la inteligencia extranjera”. Las capacidades de este instrumento en concreto no están claras. Los globos son una de las formas más antiguas de tecnología de vigilancia. Se utilizaron durante la Primera Guerra Mundial. Los militares japoneses los usaron para lanzar bombas incendiarias en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. También fueron ampliamente utilizados por Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Todo eso fue reemplazado por los satélites que cumplen la misma función desde el espacio, son sumamente eficientes y menos detectables. Aunque con las nuevas tecnologías, los globos parecieran tener una segunda oportunidad. Incluso, el Pentágono informó hace unos meses que estaba considerando la posibilidad de incorporar inflables de gran altitud a sus redes de vigilancia. Estos globos suelen volar entre 24 km y 37 km de la superficie terrestre (80.000 pies-120.000 pies), muy por encima de lo que vuelan los aviones comerciales.
Aunque este globo parecería ser más una “señal” o un “globo de ensayo” que una amenaza real para la seguridad. “Beijing probablemente está tratando de señalar a Washington: ‘Aunque queremos mejorar los lazos, también estamos siempre dispuestos a una competencia sostenida, utilizando cualquier medio necesario’, sin inflamar gravemente las tensiones”, explicó He Yuan Ming a la BBC. “Y qué mejor herramienta para ello que un globo aparentemente inocuo”.
China insistió a través de un comunicado de su cancillería que se trató de apenas un problema técnico. “Afectada por el viento del oeste y con una capacidad de autocontrol limitada, la aeronave se desvió gravemente de la ruta prevista”, dice la declaración oficial. “China lamenta que la aeronave se haya desviado hacia Estados Unidos por causas de fuerza mayor. China seguirá manteniendo la comunicación con el gobierno estadounidense para manejar adecuadamente la situación inesperada”, agregó.
El profesor Benjamín Ho coordinador del programa sobre China de la Escuela de Estudios Internacionales S Rajaratnam de Singapur, se suma a la teoría del “globo de ensayo”. “Tienen otros medios para espiar la infraestructura estadounidense, o cualquier información que quisieran obtener. El globo era para enviar una señal a los estadounidenses, y también para ver cómo reaccionaban”, explicó.
Incluso, algunos analistas creen que China quería que todo el mundo supiera del incidente. “Es posible que el objetivo fuera ser detectado. China podría estar utilizando el globo para demostrar que tiene una sofisticada capacidad tecnológica para penetrar en el espacio aéreo estadounidense sin arriesgarse a una escalada grave. En este sentido, un globo es una opción bastante ideal”, afirmó Arthur Holland Michel, del Carnegie Council for Ethics in International Affairs.
La escalada de tensión se produce tras varios incidentes en el Mar de la China como las constantes incursiones de los cazabombarderos chinos sobre Taiwán, Japón y otros países del área que recrudecieron después de la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taipei en agosto pasado. Y ocurrió cuando el secretario de Defensa Lloyd Austin estaba culminando una gira que lo llevó a Filipinas donde firmó un acuerdo de cooperación militar que le permitirá al Pentágono utilizar y desarrollar nueve bases en el país asiático en un claro desafío a China.
Pero el ambiente en torno a las relaciones entre Beijing y Washington ya se había agriado la semana pasada por un memorando del general de la Fuerza Aérea estadounidense, Michael Minihan, revelado por la cadena NBC, en el que advertía que su “instinto” le dice que esté preparado para una guerra con China, y no sólo en teoría, sino “dentro de los dos próximos años”. Ahora, flotando sobre esa atmósfera incendiaria, aparece el globo chino.
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