Detener una crisis de deuda soberana
El aumento de las tasas de interés y el lento crecimiento económico estimularán la reestructuración, pero los procedimientos son inadecuados para prestatarios y prestamistas.
Es probable que el aumento de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento económico mundial impulsen a muchos países de bajos ingresos a tratar de reestructurar su deuda soberana. Esto es preocupante porque los casos de reestructuración recientes han producido estancamientos prolongados entre prestatarios y prestamistas en lugar de una resolución. Los mecanismos internacionales existentes para lidiar con la reestructuración de la deuda soberana simplemente no están a la altura. Los participantes del mercado necesitan urgentemente hacer reformas para evitar que se profundice la crisis de la deuda en las economías en desarrollo.
Las señales de advertencia de una crisis ya son claras: según las cifras del Fondo Monetario Internacional, los pagos de intereses de la deuda pública como porcentaje de los ingresos públicos son cuatro veces más altos en las economías de bajos ingresos que en las economías avanzadas, mientras que la misma proporción en las economías emergentes es el doble de alto. Los datos del FMI muestran que hace una década esta relación era similar en todos los países. Según el Banco Mundial, el 60 % de los países de bajos ingresos sufren sobreendeudamiento o corren un alto riesgo de hacerlo.