Idea
de negocio: Si los marines de EEUU beben ayahausca de Perú tendrán visiones
como Chuck Norris : Texas Rangers ; donde
se comunica con el gran espíritu Manitu y eliminarán su trastorno de estrés
post-traumático de las guerras de Afganistán e Iraq .
¿Es esta poción psicodélica de Perú una cura o
una maldición?
http://lat.wsj.com/articles/SB10387286440153804044004582042452624085144?tesla=y
Asa Barrett,
en un centro de ayahuasca en la selva peruana. PHOTO: RYAN DUBE/THE WALL STREET
JOURNAL
Por
RYAN DUBE
lunes,
2 de mayo de 2016 14:50
EDT
Después de
sobrevivir a enfrentamientos armados y a una bomba
cazabobos en Afganistán, el veterano del
ejército estadounidense Asa Barrett intentó con fármacos antidepresivos
y terapia para superar la depresión y los ataques de ira. Nada funcionó.
Entonces, al
igual que muchos otros extranjeros, Barrett viajó a la
selva amazónica de Perú para beber ayahuasca, un sagrado brebaje indígena que tiene siglos de antigüedad y que
según algunos científicos occidentales puede ayudar a curar traumas
psicológicos.
Durante un
reciente ritual de ayahuasca, el ex soldado de 30-años de edad oriundo de
Oklahoma yacía sobre un colchón con otros 20 viajeros en el suelo de una choza
redonda de madera en un resort remoto cerca de un afluente del río Amazonas.
Unos 45 minutos después de beber el oscuro
brebaje, empezó a ver colores vibrantes. Después vomitó en un cubo de plástico,
una reacción habitual a la ingesta de ayahuasca.
Barrett
reconoce que no le pareció terapéutico. Pero también describió haber tenido
visiones de Afganistán mientras un chamán entonaba cánticos espirituales
llamados en quechua “icaros”.
Recuerda
haber visto agujeros de bala en una pared, una mujer afgana muerta y el momento
en que un artefacto explosivo casero casi lo mata.
Vio a su
pequeña base militar en la región montañosa de la frontera entre Afganistán y Pakistán.
Oyó una voz
fuerte y luego vio una ráfaga de luz.
“Era como si estuviera
simplemente dejando que todo saliera de mí”, dijo Barrett. “Me sentí bien por
primera vez en mucho tiempo”.
Los científicos
han venido estudiado durante mucho tiempo las plantas de la Amazonía con una
variedad de propiedades medicinales.
Algunas
funcionan como anestésicos, otras pueden tratar infecciones o detener
hemorragias.
Ahora los
científicos están empezando a estudiar la ayahuasca, un potente alucinógeno
conocido localmente como “la viña del alma”, que los extranjeros están probando
con cada vez más frecuencia.
Los
científicos dicen que la ayahuasca, que es legal en
Perú y países vecinos, activa
partes del cerebro que hacen posible el recordar memorias profundas,
incrementando la conciencia de sí mismo y ofreciendo una posibilidad de
reexaminar experiencias traumáticas del pasado.
Sus defensores dicen que puede proveer a sus
consumidores con una guía espiritual y personal. Otros reportan que les permite
superar traumas que la terapia convencional y los antidepresivos no han curado.
Sin embargo,
algunos científicos y usuarios advierten que la ayahuasca puede ser peligrosa.
Mezclada con
otros medicamentos, como los antidepresivos, puede ser
fatal, y debe ser evitada por aquellos que son bipolares
o sufren de esquizofrenia, ya que puede desencadenar episodios
psicóticos.
En 2012, un joven de California murió después de tomar ayahuasca
en Perú.
Y el año pasado un turista
canadiense mató a un británico durante un ritual nocturno que las
autoridades locales todavía están investigando.
Ayahuasca
Ayahuasca
PHOTO: ISTOCK
La poción se
hace hirviendo un pedazo de liana selvática llamada
Banisteriopsis caapi con hojas de un arbusto que contiene dimetiltriptamina, o DMT, una substancia psicodélica
que es ilegal en EE.UU.
Puede causar
convulsiones y, en altas dosis, comas y paros
respiratorios, dijo Mike Colston, un capitán de la armada de EE.UU. que
dirige una agencia del Departamento de Defensa que investiga problemas
psicológicos y lesiones cerebrales. Las alucinaciones
causadas por la ayahuasca pueden ser tan traumáticas que pueden empeorar el
trastorno de estrés postraumático y otras condiciones médicas, advirtió Colston.
En Perú, el
arribo de extranjeros deseosos de probar la sustancia ha estimulado la
aparición de organizaciones que ofrecen tratamientos con ayahuasca. Según los
lugareños, algunas de estas, que no están reguladas por el Estado, son
oportunistas y emplean chamanes falsos. La sustancia tampoco está regulada por
el gobierno peruano.
Los
defensores de la ayahuasca dicen que tiene propiedades poderosas.
Jeffrey Hill, de 38 años de edad, un
superintendente de construcción de Chicago, dijo que alivió su depresión.
Julieta Wilkerson, de 41 años, que vive en
Texas, dijo que ayudó a curar sus migrañas, que ella cree estaban relacionadas con el abuso
infantil. Jaylene Johnston, de 53 años de edad, de Oklahoma, dijo que luego de
tomar el brebaje tuvo visiones de su difunto esposo que le permitieron superar
el trauma de su muerte y comprometerse plenamente con su cónyuge actual.
“Transformó las relaciones que tengo en este momento”, dijo.
Las
historias pueden parecer surrealistas, pero han alimentado un creciente interés
de los investigadores occidentales, en medio de un resurgimiento más amplio de
estudios sobre el uso terapéutico de drogas psicodélicas.
La
Asociación Multidisciplinar para Estudios Psicodélicos, una entidad con sede en California
que ha financiado a investigadores de la Universidad de
Stanford y la Universidad de Pensilvania, planea apoyar este año un
estudio de la ayahuasca en Perú para personas con trastorno
de estrés post-traumático. También espera obtener la aprobación de la
Administración de Drogas y Alimentos para un estudio de la ayahuasca en EE.UU.
Jessica
Nielson, la neurocientífica de la Universidad de California en San Francisco
que dirige el estudio, se interesó en la poción después de haberla probado ella
misma. Esto fue después de un divorcio difícil y de tener dudas acerca de su
trayectoria profesional. En Perú, vio cómo ayudó a tres veteranos militares.
“Sólo ver su
transformación me inspiró”, dijo, aunque advirtió que la investigación sobre la
ayahuasca está en su infancia. “Necesitamos obtener más datos para entender
la seguridad [de la sustancia], cuáles son los límites y para quién es
apropiada”, dijo.
Otros
científicos tienen la esperanza de poder entender las propiedades de la
sustancia. Charles Grob, un psiquiatra de Harbor-UCLA
Medical Center que estudió el uso de la ayahuasca en una iglesia en Brasil, dice que podría ayudar a tratar las
adicciones.
Jordi Riba, un farmacólogo en el Instituto
Sant Pau de Investigación Biomédica de Barcelona, dice que la ayahuasca puede ayudar a aliviar la depresión.
Debido a que
la experiencia puede ser aterradora, ambos expertos hicieron hincapié en la
importancia de consumir el brebaje en un entorno seguro.
Después de
probar la ayahuasca en Perú, A. J. Bullock, sargento del ejército de 30 años de
edad, que sirvió en Afganistán,
describió haber tenido alucinaciones horripilantes, como estar encadenado y confrontado por demonios. Se sentía
paranoico, dijo, y consideró volverse a casa antes de terminar el proceso. En
su último ritual, sin embargo, dijo haber experimentado un “cambio radical en la imagen de
mí mismo”. Aun así, duda en recomendar la experiencia.
“No sé si
mucha gente sería capaz de pasar por ella sin volverse locos o al menos más
afectados que ayudados por ella “, dijo.
A pesar de
los riesgos, los extranjeros están convergiendo en Iquitos, una ciudad de
500.000 habitantes en el noreste del Amazonas de Perú, y pagan hasta US$2.500 a la semana para beber
el elixir. Carmen Rojas, directora de la oficina de turismo
local, dice que hay al menos 22 centros
de alojamiento certificados dentro de la selva que ofrecen ayahuasca. Pero
operadores turísticos locales dicen que hay un centenar de centros de ayahuasca
a lo largo de casi 100 kilómetros de carretera. Se estima que al menos 80.000 personas al año
llegan a Iquitos para probar la ayahuasca.
Uno de estos
operadores, PulseTours, dice que sus clientes son principalmente estadounidenses y canadienses, pero que también de
países más lejanos como Australia, China, Rusia y
Kazajstán.
Algunos
viejos defensores de la ayahuasca lamentan la reciente afluencia de dólares del
turismo en Iquique, afirmando que esto ha corrompido el ritual y puesto a
algunos extranjeros en situación de riesgo, en las manos de personas
inescrupulosas que explotan esta floreciente industria.
“La gente es
demasiado descuidada sobre todo esto”, dijo Howard Lawler, un hombre de 68 años
oriundo de Kentucky que dirige Spirit Quest Shamanic Sanctuary, uno de los
centros de ayahuasca de más larga data aquí. La ayahuasca “nunca debe tomarse
para fines recreativos. Es un medicamento muy serio”.
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