Se
viene una caída catastrófica del Nasdaq composite y de las valuaciones de las Start Up que no cotizan en
el Nasdaq (los fondos de capital de riesgo están recaudando dinero como locos
para comprar oro); sus indicadores de
desempeño están inflados en este momento, y quieren obtener ese dinero antes de
que las compañías en sus portafolios empiecen a colapsar e incendiarse.
La
inversión en startups se enfría, lo que augura otra burbuja tecnológica
http://lat.wsj.com/articles/SB10387286440153804044004582042820789090932?tesla=y
La valuación
de Uber ha alcanzado US$62.500 millones. PHOTO: HEMANT MISHRA/MINT/GETTY IMAGES
Por CHRISTOPHER MIMS
lunes,
2 de mayo de 2016 19:49
EDT
Cuando
estalló la burbuja puntocom a comienzos del año 2000, las consecuencias para las acciones fueron
rápidas y severas. El índice Compuesto Nasdaq se
derrumbó 37% en las 10 semanas posteriores al 10 de marzo, cuando
alcanzó su máximo.
Para las
startups, el impacto inmediato fue menos dramático. En el segundo trimestre de 2000, los
inversionistas de capital de riesgo volcaron US$25.000 millones en estas
firmas, apenas 5% por debajo del récord del primer trimestre. “Había
mucha suspensión de la incredulidad entre marzo y junio”, recuerda Keith Rabois, que entonces era vicepresidente de PayPal Inc. y hoy es socio de Khosla Ventures.
Rabois y
otros creen que estamos en un período similar de suspensión de la incredulidad.
La inversión en startups se ha enfriado y las
valuaciones están cayendo. Sin embargo, Rabois cree que muchos
inversionistas y emprendedores no han tomado conciencia de la nueva realidad.
“Si esa suspensión de
la incredulidad se acaba, se viene todo abajo”, advierte.
El
paralelismo entre las dos épocas no es
perfecto. Después de un descenso de siete meses, el
Nasdaq ha repuntado 12% desde principios de febrero. Al 18 de abril, se encontraba a 5% de su máximo post-2000.
Las salidas a bolsa se han evaporado,
pero los fondos de capital de riesgo recaudaron una suma récord en el primer
trimestre.
Rabois
afirma que la obtención de fondos sin
precedentes es, en realidad, una mala señal. Se acerca el invierno, dice
(recurriendo a una frase de la serie Game of Thrones), y los capitalistas de
riesgo lo saben.
“Una de las razones por
las que están recaudando todos estos fondos no es porque quieran el dinero,
sino porque creen que sus indicadores de desempeño están inflados en este
momento, y quieren obtener ese dinero antes de que las compañías en sus portafolios
empiecen a colapsar e incendiarse”, sostiene. Algunas startups también emplean una estrategia
similar.
Suhail
Doshi, presidente
ejecutivo de la empresa de analítica de aplicaciones Mixpanel
Inc., cuenta que para capear un bajón su compañía ha reducido el gasto,
en un proceso que incluye el despido de empleados. Cerca de 90% de los US$77 millones que Mixpanel ha levantado
sigue en el banco, dice Doshi quien explica que al ritmo de gasto actual, la
firma no necesitará fondos adicionales por más de una década.
Empresas
como Mixpanel podrían ser la excepción, pero muchas startups están en riesgo de
quedar varadas a medida que se seca el financiamiento.
Al menos 145 compañías que no cotizan en bolsa han logrado
valuaciones que superan los US$1.000 millones.
Cuando las inversiones de capital de riesgo fluían libremente en los últimos
años, los ejecutivos de muchas empresas gastaron sin restricciones para crecer
más rápido que sus rivales, contratar personal más capacitado o por otros
motivos.
Ahora, en cambio, se encuentran ante
una decisión difícil:
reducir los costos de forma drástica para volverse autosuficientes o buscar más
capital bajo condiciones cada vez más onerosas.
Bill
Gurley, inversionista de
capital de riesgo de Benchmark, describió este
fenómeno en detalle en una reciente entrada de blog, en la cual afirma que
“hojas de términos sucias”, en alusión a las condiciones estipuladas para una
inversión, les permiten a algunas
empresas seguir recaudando fondos a valuaciones más altas bajo la promesa de
mayores ganancias para los nuevos inversionistas a expensas de los anteriores.
Eso, en última instancia, podría resultar en la pérdida de valor de las
acciones que están en manos de los empleados e incluso de algunos fundadores.
Conforme
algunas de estas firmas con altos niveles de gasto se metan en problemas,
advierte Rabois, habrá un “giro descendiente catastrófico”, no sólo para las
empresas, sino para todas
las inversiones en startups. Esto se debe a que las firmas de capital de
riesgo son más interdependientes de lo que muchos piensan.
Los
inversionistas que han sufrido pérdidas en una compañía serán más renuentes a
apoyar valuaciones altas en otras. A medida que corre la voz en la comunidad de
capital de riesgo, otros inversionistas también se volverán cautos. La
inversión de capital de riesgo está, al igual que cualquier otro mercado,
dividida entre la codicia y el miedo.
“Sin duda, ahora estamos
atravesando por el ciclo de temor”, dice Yatin Mundkur, capitalista de riesgo de Artiman
Ventures, en Palo Alto, California.
“Empíricamente, hay
tantos unicornios que muchos de ellos tienen que desaparecer”, asevera Jason
Lemkin, inversionista de capital de riesgo que trabajó en Storm
Ventures, en referencia a startups con valuaciones superiores a los US$1.000
millones. “Doscientos y algo de unicornios no producirán tantas compañías de
US$1.000 millones”.
Ya han
surgido grietas. La empresa de mensajería TangoMe Inc.,
la compañía de videojuegos móviles Kabam Inc. y
la matriz del fabricante de informática de vestir
Jawbone, las cuales están valuadas en US$1.000 millones o más, han
despedido empleados en los últimos meses. Otra señal de creciente presión en el
sector es que nueve de las 88 empresas
estadounidenses valuadas en al menos US$1.000 millones han cambiado de
presidente ejecutivo en los últimos meses, según Dow Jones VentureSource.
La lista
incluye la firma de gestión de prestaciones de salud Zenefits Inc., cuya
valuación más reciente fue de US$4.500 millones y en la que su fundador y
presidente ejecutivo renunció en febrero después de ser criticado por
procedimientos regulatorios inadecuados. Las startups
de capital intensivo que se beneficiaron del abundante capital de riesgo son
probablemente las más vulnerables.
El mayor
ejemplo es Uber Technologies Inc., valuada en US$62.500 millones. La empresa sostiene que es
rentable en Norteamérica según ciertos indicadores, pero está gastando enormes
sumas de dinero para conquistar mercados como China y
otros países. Si la startup más valiosa del mundo se ve obligada a moderar sus
ambiciones, las ondas expansivas repercutirán por todo el sistema.
Es imposible predecir cuándo la debilidad dará
lugar a una corrección incluso más drástica que la que hemos visto, puesto
que se trata tanto de psicología de masas como del
sistema financiero. En ese punto, las empresas podrían colapsar de la
misma forma que Mike Campbell, un personaje de Fiesta, la novela de Ernest
Hemingway, describió su descenso a la bancarrota: “gradualmente
y luego súbitamente”.
…………
Nota del
autor del blog:
No es que
sea ave de mal agüero pero:
El 26 de
abril del 2016 recomendé vender las acciones
del Nasdaq ,ese día cotizaba en 4904 puntos según
gráficos del WSJ el 27, 28 , 29 de abril
del 2016 cayó a 4749 ; ha repuntado un poquito pero ya viene la
caída generalizada.
¿Qué hay que hacer?
Ya lo dije recomiende comprar muebles de melamina marca
acme en mi pueblito de Trujillo en Perú, eso me permitirá escribir con mas mal agüero
Apple
sufre su primer descenso de ingresos desde 2003 //Vendan sus acciones de todo el Nasdaq por las dudas , a Twiter le
fue mal también .// Por DAISUKE WAKABAYASHI encontrado en el WSJ
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2016/04/apple-sufre-su-primer-descenso-de.html
martes,
26 de abril de 2016………………….
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