Ejemplo
de artimañas financieras para embaucar a los codiciosos contribuyentes que se
creen inversionistas y robarles el dinero como en un casino. “los inversionistas podrían perder
hasta 100%”
Las
sorpresivas víctimas de la debacle del petróleo
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CHRISTOPHE VORLET
Por
JASON ZWEIG
lunes,
8 de febrero de 2016
16:31 EDT
La
sangre correrá por los
lugares más sorprendentes.
El
colapso épico del precio del petróleo, que pasó de más de US$100 el barril a US$30 en menos de dos
años, ha hundido a los inversionistas de
los mercados de futuros, las sociedades de energía, los bonos de alto
rendimiento de empresas y las acciones de compañías de hidrocarburos.
Otras
víctimas han sido los inversionistas que
han comprado bonos de corto plazo emitidos por los principales bancos del
mundo.
En 2015,
unidades de Bank of America Corp., Citigroup, Credit
Suisse Group AG, Goldman Sachs Group, J.P. Morgan Chase & Co., Morgan
Stanley, UBS Group AG y otras importantes firmas financieras emitieron
por lo menos 300 “notas estructuradas”, deuda de corto plazo cuyos retornos
están vinculados con el precio del petróleo u otros activos relacionados con la
energía. El total de estos valores es de al menos US$1.300 millones.
Entre los
compradores figuran familias acaudaladas, inversionistas particulares, además
de corredores y asesores financieros que quieren limitar los riesgos y
amplificar los retornos de las inversiones más convencionales.
Estas notas,
que a menudo vencen en dos años o menos, pagan comisiones de alrededor de 2% a
las corredoras que las venden y utilizan enrevesadas combinaciones de contratos
de opciones para distorsionar los cambios en los precios de la energía. Son muy
rentables si la cotización del petróleo sube levemente, pero las pérdidas
pueden ser onerosas si el precio del crudo se desploma. Y eso es lo que ha
ocurrido.
“La gran mayoría está
por debajo de su valor”, dice Joseph Halpern, presidente ejecutivo de Exceed
Investments, una firma de Nueva York que se especializa en esta clase de
inversiones.
“En muchos casos se
necesitaría un alza de entre 50% y 100% del precio actual del petróleo desde
los niveles de hoy para recuperar la inversión inicial”.
A menudo
estos instrumentos son bautizados con nombres atractivos como “Fénix”, “Más”,
“Retorno Mejorado” o “Retorno Acelerado”.
Considere el
caso de uno de estos valores de US$6,9 millones emitido por HSBC USA en mayo del
año pasado y distribuido por Morgan Stanley Wealth Management. Vinculado con el
precio de la acción del fondo que cotiza en bolsa (ETF, por sus siglas en
inglés) Energy Select Sector SPDR, que incluye unas 40 empresas líderes de
petróleo y gas, las notas vencen en septiembre de 2016
y prometen triplicar las alzas del precio bursátil del fondo, pero
solamente hasta cierto punto.
Cuando se
emitió la nota, el precio del ETF ascendía a US$78,37,
una caída respecto de los más de US$100 que había alcanzado a mediados de 2014.
Si el precio aumenta a US$82,54 para fines de
agosto, apenas 5,33%, la nota triplicará esa cifra
y pagará una ganancia de capital de 16% cuando
venza el instrumento. Los inversionistas, no obstante, no pueden ganar más de
16%, aunque el precio del ETF siga en aumento.
Si, en cambio, el precio de la acción del ETF cae, quienes
compraron la nota acumularán pérdidas dólar por dólar,
sin límites.
No hay que
perder de vista que la mayoría de estos instrumentos no vence sino hasta 2016 y
los precios de los hidrocarburos y sus activos relacionados podrían repuntar
para entonces, en cuyo caso las pérdidas transitorias desaparecerían o se
convertirían en ganancias.
“Pero no se trata en
realidad de una estrategia de inversión, sino de una apuesta a la dirección de
los precios del petróleo”, dice Craig McCann, principal de Securities Litigation and
Consulting Group, una firma de investigación de Fairfax, Virginia. “Y
algunos de los riesgos y costos de esa apuesta son enmascarados por su
complejidad”.
Además, la
mayoría de estos valores no se transan en un mercado secundario, lo que quiere
decir que en muchas ocasiones el banco emisor puede ser
el único comprador. La nota de HSBC-Morgan Stanley, con un monto
principal original de US$10, tenía un valor proyectado al vencimiento de
US$7,23 a atraería una oferta de US$7,02 al jueves de la semana pasada, señala
el portavoz de HSBC Rob Sherman.
Agrega que
la firma trabaja con corredores y asesores para ofrecer inversiones que
“abordan una amplia variedad de las necesidades y posturas de mercado de sus
clientes”. Dice además que las notas incluyen “revelaciones robustas sobre los
riesgos de la inversión”. El prospecto de emisión advierte que “los inversionistas
podrían perder hasta 100%” de su inversión.
“Creemos que hacemos
divulgaciones exhaustivas de los riesgos de estas emisiones”, dice James Wiggins, vocero de Morgan
Stanley Wealth Management, “y están diseñadas para ser mantenidas hasta su
vencimiento”.
De todos
modos, estas notas, a diferencia de los bonos comunes y
corrientes, no ofrecen casi ninguna garantía de que el inversionista
recuperará su dinero cuando el instrumento venza. En este caso, la inversión
inicial se recuperará solamente si las acciones de las empresas petroleras
suben al menos 38% entre ahora y el final de agosto.
Muchas
personas que pensaban que estaban comprando oro negro a precios de liquidación
parecen tener en su lugar un agujero negro con una vía de escape muy limitada.
Si, por
alguna razón, alguien cree que sabe cuándo se recuperará el precio del petróleo
y la magnitud del repunte, puede comprar un ETF especializado en acciones de
energía. Su portafolio de bonos es el lugar menos indicado para hacer apuestas.
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