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miércoles, 26 de junio de 2024

Cinco claves para entender las protestas antigubernamentales en Kenia

 

Cinco claves para entender las protestas antigubernamentales en Kenia

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Nairobi, 26 jun (EFE).- Las protestas antigubernamentales en Kenia, iniciadas el pasado 18 de junio por un proyecto de ley que contemplaba subidas de impuestos, sembraron el caos en el país del este de África, gran aliado de Occidente y uno de los más estables y seguros de la región.

Tras vivirse el martes una jornada sin precedentes en la que los manifestantes asaltaron el Parlamento y la Policía disparó de muerte a al menos 23 personas en todo el país, el presidente keniano, William Ruto, rechazó este miércoles firmar el proyecto de ley que motivó las revueltas.

"Cedo. No firmaré el Proyecto de Ley de Finanzas 2024. Será retirado por completo", anunció Ruto en la sede de la Presidencia en Nairobi.

Así, la norma no entrará en vigor pese a haber sido aprobada por la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento).

Lo que empezó este martes como una protesta pacífica de decenas de miles de jóvenes, en la capital keniana y otras ciudades en al menos 35 de los 47 condados del país, derivó en Nairobi en una batalla campal entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.

Las claves para entender las manifestaciones son las siguientes:

 1. Proyecto de la Ley de Finanzas de 2024: el detonante.

La violencia estalló a raíz de la tramitación parlamentaria del proyecto de la Ley de Finanzas de 2024, la norma anual que rige los presupuestos del Estado y que en esta ocasión contemplaba subir algunos impuestos y crear otros.

El Gobierno pretendía recaudar 2.700 millones de dólares para reducir el déficit presupuestario y el endeudamiento estatal, pero los manifestantes sostienen que las medidas empujaban a la pobreza a una población ya ahogada por los elevados impuestos.

El proyecto de ley propuesto en inicio planteaba nuevos gravámenes, como el IVA del 16 % al pan, además del aumento de algunos de los existentes, como el del servicio de transferencia de dinero móvil.

 2. De las protestas pacíficas al asalto al Parlamento.

La de este martes era la tercera jornada de protestas pacíficas de la última semana. Pero lo que empezó siendo una marcha más en Nairobi derivó en lanzamientos de piedras y objetos por parte de los manifestantes a la Policía, que respondió con gran violencia.

Al grito de "¡Ruto debe irse!", cientos de manifestantes lograron invadir el Parlamento e incendiaron parte del recinto, así como otros edificios oficiales aledaños, como la Oficina del Gobernador en el Ayuntamiento de Nairobi.

Los asaltantes destrozaron mobiliario, ventanas y banderas, mientras acusaban a los políticos de "traidores", después de que 195 diputados votaran a favor del polémico texto, frente a 106 votos en contra.

3. Fuerte respuesta policial y despliegue militar.

Al menos 23 personas murieron por disparos de la Policía el martes en diferentes ciudades de Kenia, que se suman a otros dos muertos en manifestaciones anteriores, según denunció una veintena de ONG.

"Desde que llegué al cargo, no ha habido ningún incidente de ejecución extrajudicial", respondió Ruto, quien negó los asesinatos a manos de la Policía y sólo admitió la muerte "muy desafortunada" de "seis personas jóvenes".

Por otro lado, el Tribunal Superior de Nairobi dictaminó suspender el despliegue del Ejército ordenado la víspera por el Gobierno, después de que la medida fuera impugnada por el Colegio de Abogados de Kenia.

4. Los jóvenes, a la cabeza de las movilizaciones.

A diferencia de las protestas antigubernamentales que históricamente ha vivido Kenia, violentas e impulsadas por líderes políticos, éstas son convocadas por jóvenes de la llamada 'generación Z' (nacidos entre mediados de los noventa y la primera década del siglo XXI).

Las protestas se promueven a través de redes sociales como TikTok, X o Instagram y solían tener, hasta este martes, un tono pacífico.

Mientras Kenia experimenta desde el martes cortes parciales en internet y una conexión inestable, hay incertidumbre sobre el futuro inmediato de las movilizaciones, que estaba previsto que continuaran este jueves.

 

Aunque el proyecto de la Ley de Finanzas de 2024 fue el detonante de las protestas, el descontento de la población no es nuevo en un país en el que los altos salarios de los cargos públicos y la corrupción política son generalizados.

Los kenianos, cuyo salario mínimo es de 15.120 chelines mensuales (unos 110 euros al cambio actual), no perciben que sus altos impuestos de alrededor del 30 % repercutan en un verdadero Estado del bienestar con servicios públicos e infraestructuras de calidad.

Mientras la clase política vive vidas de lujo alejadas de la realidad social, gran parte de la población sufre para llegar ya no a fin de mes, sino al final del día o la semana. EFE

mol/pa/pddp

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