viernes, 29 de junio de 2018

Más vale que no pase nada con el petróleo: la OPEP se queda sin respuesta ante un shock

Más vale que no pase nada con el petróleo: la OPEP se queda sin respuesta ante un shock
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elEconomista.es
14:00 - 29/06/2018
La OPEP ha respondido de forma positiva a la 'petición' de los consumidores de extraer más crudo para evitar que los precios del petróleo sigan subiendo hasta niveles que pueden dañar el crecimiento económico en los países que son importadores netos de petróleo. A pesar de esta respuesta, el mercado de petróleo sigue tenso. Y es que la OPEP se podría quedar sin suficiente margen de reacción ante un shock inesperado. Sólo Arabia Saudí cuenta con espacio 'real' para aumentar su producción.

La tranquilidad fugaz tras la promesa de Arabia Saudí y Rusia para aumentar la producción se evaporó tras el anuncio del acuerdo oficial de la OPEP. 
Primero porque el acuerdo final supone un incremento 'real' que quizá sirva para compensar la caída de la producción de países como Venezuela y otros países, pero que no es suficiente para compensar el efecto conjunto de la menor producción global y la creciente demanda.

Además, hay que tener en cuenta que las fuertes presiones de EEUU a sus aliados para que dejen de importar petróleo de Irán desde el 4 de noviembre también están influyendo al alza. Ahora, los focos se centran en el colchón, cada vez más fino, de crudo de emergencia a nivel mundial, según explican desde la agencia Bloomberg


Hay nervios en el mercado de petróleo. Pueden suceder eventos inesperados que desemboquen en un escasez de oro negro, tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda. Ayer mismo, la Agencia de la Energía de EEUU anunció que las reservas de crudo cayeron en casi 10 millones de barriles, ocho millones más de lo esperado por los expertos. El petróleo reacciona con fuertes alzas que hoy están situando al Brent por encima de los 78 dólares y al Westy Texas en los 74 dólares. Con la demanda y la oferta muy igualadas y los inventarios por debajo de la media de los últimos cinco años, el equilibrio es muy tenso.

Después de casi tres años con un petróleo relativamente barato, la inversión en grandes proyectos ha quedado prácticamente congelada, lo que ha reducido la capacidad para producir más crudo en varios países. La reducción de la capacidad excedente por parte de la OPEP supone un alto riesgo para los precios, que podrían subir con fuerza ante cualquier evento que perturbe la oferta, asegura Brian Singer, director general de Goldman Sachs.

Los campos de petróleo inactivos que la Organización de Países Exportadores de Petroleo y sus aliados, principalmente Arabia Saudí, en caso de emergencia tienen una capacidad total de alrededor de 3,4 millones de barriles al día, según la Agencia Internacional de Energía.

Esta capacidad de intervención se irá reduciendo a medida que el grupo implemente el aumento de la oferta de 1 millón de barriles al día prometido en Viena la semana pasada. Arabia Saudí incrementará el bombeo hasta los 10,8 millones barriles al día el próximo mes, frente a los 10 millones bombeados en mayo. Con este movimiento consumirá aproximadamente el 40% de su capacidad ociosa, dejando al mundo con un colchón equivalente tan solo el 2,6% de la oferta mundial.

Factores de riesgo
Esto limitaría la capacidad de la OPEP para reaccionar a nuevos trastornos, y hay muchos que pueden hacer su aparición en los próximos meses. Se prevé que la producción de Venezuela disminuya a medida que su crisis económica empeora. A principios de este mes, Libia dejó de producir de forma repentina unos 400.000 barriles por día después de un ataque de milicianos a dos terminales de petróleo importantes, lo que ha provocado que un grupo armado tomara el control de una parte de la industria del país. La situación en Libia es muy inestable y puede cambiar de un día para otro.

La campaña de Washington para que los aliados de Estados Unidos dejen de comprar crudo iraní en noviembre podría eliminar 1,5 millones de barriles diarios más del mercado, según la consultora Energy Aspects. No obstante, la mayoría de los expertos consideran que el efecto real será como la retirada de 500.000 barriles, puesto que Irán logrará colocar parte del crudo a otros países que harán oídos sordos a la petición de EEUU.

Venezuela es el factor de riesgo sobre la oferta más visible y duradero. Su producción ya se ha hundido alrededor de un 40% desde 2015 ante la recesión económica, la falta de inversión en la industria y el éxodo de trabajadores de la petrolera estatal PDVSA. El aumento en la oferta acordado por la OPEP y sus aliados la semana pasada fue principalmente para compensar estas pérdidas, pero la brecha podría volver a crecer de nuevo cuando las sanciones de EEUU al petróleo iraní sean un hecho consumado en noviembre.

A principios de este mes, la Agencia Internacional de Energía aseguró que la producción total de Venezuela e Irán podría descender un 30% a medio plazo. Incluso si la OPEP y Rusia compensan esa pérdida adicional, el mercado mantendrá un delgado equilibrio en 2019, según la AIE. Esta situación está creando un estabilidad cogida por pinzas y que se puede desmontar con cualquier ráfaga de viento inesperada.

Esto plantea un riesgo significativo para la seguridad de los mercados energéticos mundiales en caso cambios repentinos e inesperados en la demanda o la oferta, explica Singer de Goldman. Los bancos de Wall Street y otras regiones ya están anticipando un una mayor subida de los precios debido a la disminución de la capacidad excedente.

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