Los
alumnos del Bundesbank estudian en un castillo medieval como Harry Potter en el
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y les dan una propina mensual de 1400
euros.(así cualquiera tendría ganas de estudiar
en Perú )
La
ortodoxia del Bundesbank se enseña en un castillo
http://lat.wsj.com/articles/SB10858104476864094641304582060910543376438?tesla=y
El banco
central de Alemania capacita a muchos de sus empleados en el castillo de Schloss Hachenburg, que alberga una
academia exclusiva.
PHOTO: MATTHIAS KETZ
Por TOM
FAIRLESS
miércoles,
11 de mayo de 2016 19:16 EDT
HACHENBURGO,
Alemania—Detrás de los
muros de un castillo del siglo XII que se empina sobre un valle boscoso a 48 kilómetros en auto del pueblo más cercano,
Alemania capacita a su primera línea de defensa contra la
inestabilidad externa.
Hace mucho
tiempo, Schloss Hachenburg era un palacio para los condes de la región. Hoy alberga una academia exclusiva para unos 350 jóvenes.
El castillo
ofrece solo un título: banca central. ¿El
estudiante típico? “Reacio al riesgo”, dice el rector de la escuela, Erich Keller.
La moneda
alemana desapareció en 2002 con la llegada del euro y el país designa apenas uno de los 25 miembros del consejo de
gobierno del Banco Central Europeo, al igual que Malta. De todos modos,
el Bundesbank, el banco central alemán, sigue siendo una institución sacrosanta
y su universidad interna, la Universidad de Ciencias
Aplicadas del Banco Central Alemán, sigue produciendo graduados.
Cerca de 25% de los casi 10.000 empleados del Bundesbank han
pasado por el programa de tres años, incluyendo muchos en la cúpula. Más de
cuatro de cada cinco graduados del programa trabajan para el banco central
alemán 10 años después de haberse egresado.
En medio de
una Unión Europea marcada por un alto desempleo, el terrorismo, la llegada de
refugiados, tasas de interés negativas y la posible salida británica del
bloque, Schloss Hachenburg permanece como una isla de
estabilidad.
Schloss
Hachenburg
El
compromiso inquebrantable del Bundesbank con una moneda estable nació en un
período de hiperinflación a fines de los años 20 y apuntaló el crecimiento
económico de la posguerra de Alemania Occidental.
Ahora, el banco central alemán se somete a la autoridad del BCE,
que establece la política monetaria de los 19 países de la zona euro. Esto ha
dejado al Bundesbank con una influencia equivalente en el seno del BCE a la de
un banco regional de la Reserva Federal en Estados Unidos.
Aunque su
personal se ha reducido a la mitad desde principios de los años 90, el Bundesbank tiene el triple del tamaño del BCE y
está expandiendo su universidad: la clase que comienza a estudiar en octubre
tiene 15% más alumnos que la anterior.
El banco
central alemán todavía conserva “una imagen de confianza” entre los alemanes,
dice el estudiante Johannes Schopp. Esa fe se remonta a décadas atrás. En 1992,
el entonces presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors,
observó que “no todos los alemanes creen en Dios, pero todos creen en el
Bundesbank”.
Schopp
cuenta que dejó su carrera en un banco de ahorros alemán para asistir a la
academia del Bundesbank porque quería “ayudar a mantener la estabilidad”.
Las clases
se imparten en aulas pequeñas con candelabros en el
techo y vistas panorámicas. Comienzan a las 7:30 de la mañana en punto.
Hace poco, unos 25 estudiantes estaban
aprendiendo a valorar derivados. “Usamos el libro de texto alemán, no el estadounidense”,
subrayó la profesora, Beate Juettner-Nauroth.
El enfoque
alemán es más preciso, enfatizó.
La
competencia por ingresar al programa de tres años es feroz, con 10 postulantes por plaza. Los alumnos no pagan
matrícula y reciben hasta 1.400 euros (US$1.600) al mes
en estipendios, pero deben trabajar en el Bundesbank durante al menos
cinco años después de graduarse.
Keller, uno
de los primeros estudiantes de la academia en 1980, cuenta que uno de los
criterios más importantes de admisión es cómo los candidatos encajan en la
organización. A pesar de que el plan de estudios está
muy cargado hacia las finanzas, quienes aspiran a hacer carrera en la
banca de inversión no son especialmente bienvenidos. “Los muchachos que están
muy orientados hacia el dinero deberían irse”, señala Keller.
La
reputación del Bundesbank experimenta un renacimiento en Alemania, gracias a sus esfuerzos para proteger a los ahorradores
alemanes de las políticas del BCE.
El
banco central germano está repatriando cientos de toneladas de oro alemán
depositado en bóvedas de Nueva York y París después de un debate público sobre si todavía existía, y
está renovando su Museo del Dinero en Fráncfort.
Funcionarios del Bundesbank han
denunciado las políticas experimentales del BCE para estimular la modesta
recuperación económica de Europa con compras masivas de bonos soberanos.
Mario Draghi,
el presidente italiano del BCE, ha devuelto el golpe criticando la política
alemana de decir “no a todo”.
Las tasas de interés negativas
introducidas por el BCE están “destruyendo la función de las tasas de interés”, lamenta Keller.
El BCE se
negó a comentar.
El
presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, es bien acogido en eventos públicos en todo el país. Los
alemanes aplauden sus disputas con Draghi, quien recientemente fue satirizado
en la primera página del principal periódico de negocios de Alemania, donde
apareció encendiendo un cigarrillo con un billete de 100 euros.
El
Bundesbank compró el castillo en ruinas durante un proceso de liquidación en los años 70, cuando la
economía estaba en auge y las palabras de los miembros de la junta del
Bundesbank hacían temblar a los gobiernos de Europa. Los interiores
meticulosamente restaurados del castillo evocan esos días.
Algunos
alemanes se preguntan si el costo de la academia, estimado en 38.000 euros por
estudiante al año, vale la pena.
La Oficina
de Auditoria Federal de Alemania está examinando el asunto. Los auditores harán
recomendaciones al Parlamento alemán.
Keller dice
que la academia es un buen negocio para los contribuyentes. “Hay
que captar estas personas cuando no saben su valor de mercado”, dice
sobre los alumnos y aspirantes a empleados del banco central. El costo de
empleo promedio del Bundesbank, argumenta, es inferior al de sus homólogos
europeos, que deben atraer profesionales externos.
“KPMG está interesada
en mis alumnos, pero no los dejo entrar”, afirma. KPMG se negó a comentar. Keller agrega que Rusia, China y Bielorrusia tienen academias similares.
Ucrania posee dos. Todas ellas tienen programas de intercambio de estudiantes
con Hachenburgo, aunque las tensiones políticas
en Ucrania han congelado algunos programas. “Hay menos ejemplos en los países
con economías de mercado”, observa.
Los salarios
relativamente bajos están haciendo más difícil que el Bundesbank compita por
personal con el BCE, que se está expandiendo y que puede ofrecer el doble de
remuneración, dice Keller. Recientemente, más de 100 empleados abandonaron el
Bundesbank más o menos al mismo tiempo para ser parte de un nuevo organismo de
control bancario del BCE, señala.
Aun así, los
estudiantes y profesores sostienen que asistir a Schloss Hachenburg para
aprender técnicas contra la inflación que tienen décadas de antigüedad en una
ciudad medieval es una experiencia única. “Les digo a mis amigos en casa que cuesta
imaginar cómo es la vida aquí”, dice Schopp, el estudiante.
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