¿Atentado
terrorista? El siniestro de EgyptAir que puede quebrar el turismo en la región.
Con información sobre el desplome del turismo en Turquía, Túnez y Egipto
Nota del autor del blog: el turismo
alimenta parte del PBI de Egipto ; si cae el turismo para que puedan darse la
gran vida los militares y demás parásitos públicos de Egipto tendrían que subir
los impuestos a los pobres , si cae mas , subirlos más, hasta que se dé un casos social y decidan
hacer una especie de revolución francesa y donde culparían a los funcionarios públicos
y militares así funciona esto de los
atentados. Es decir la economía sostiene a la política, si cae el dinero para los
militares o policías, estos desertaran o
pedirán su baja.
Lo que llama la atención es que en el
siniestro del avión ruso desde el Sinai a San Petersburgo fue que Egipto negó durante
meses que fue un atentado, a pesar de
que el Estado Islámico dijo que era obra suya , y al revés; ahora Egipto casi dice que fue un atentado diríase
antes que caiga el avion , salvo que sea obra de Egipto para que Francia los ayude
militarmente a combatir a Al Qaeda
¿Atentado
terrorista? El siniestro de EgyptAir que puede quebrar el turismo en la región
http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-05-20/posible-atentado-egyptair-campana-estado-islamico-turismo-egipto-tunez-turquia_1202695/
Al conocer
la noticia de la desaparición de un avión de EgyptAir sobre el Mediterráneo, a
muchos les ha venido a la mente la fecha del
VER
GALERÍAFoto: Las imágenes del avión desaparecido de EgyptAir MS804 que cubría
París-El Cairo
Las imágenes
del avión desaparecido de EgyptAir MS804 que cubría París-El Cairo
DANIEL
IRIARTE
20.05.2016 – 05:00 H.
Al conocer
la noticia de la desaparición de un avión de EgyptAir sobre el Mediterráneo, a
muchos les ha venido a la mente la fecha del 31 de octubre de 2015. Aquel día,
el vuelo 9268 de la compañía rusa Metrojet
despegó del aeropuerto egipcio de Sharm El Sheikh con
destino San Petersburgo. La mayoría de los pasajeros eran turistas que
habían pasado unos días de vacaciones en la popular región costera de la provincia del Sinaí. Sin embargo, poco
después de su salida, el avión se desintegró en el cielo mientras sobrevolaba
el desierto egipcio. En pocos días lo que muchos temían quedó confirmado: se
trataba de un atentado que reivindicó el Estado Islámico, probablemente llevado
a cabo como represalia por la intervención rusa en la guerra de Siria.
El incidente
de este jueves es lo último que necesitaba un país cuya economía depende desesperadamente del turismo. El hecho de que
solo viajasen 56 pasajeros (las otras diez personas a bordo eran personal de
vuelo) es ya de por sí un indicador de lo mal que le va al sector. Tras una
bomba, un secuestro y una desaparición de vuelos de EgyptAir en menos de un
año, no es sólo la compañía aérea la que sufre.
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El
atentado del Sinaí tuvo
como consecuencia la cancelación inmediata de numerosos
vuelos europeos a Sharm El Sheikh, causando un
profundo daño a las finanzas locales.
El patrón
era conocido: así había sucedido en Túnez tras
los atentados de El Bardo, en marzo, y en Susa,
a principios de verano.
Y lo mismo está ocurriendo en Turquía, después de dos atentados
suicidas en lugares turísticos en Estambul,
además del enfrentamiento con Rusia, y del conflicto armado que afecta al país,
cuyos efectos se dejan sentir cada vez más en las grandes ciudades.
“Todos
estamos deseando olvidar 2015”, afirmaba a finales de enero el director de la Oficina General de Turismo de Túnez, Abdellatif Hamam.
“Desde junio de 2015 hemos reforzado la seguridad en aeropuertos, circuitos turísticos
y hoteles, es decir, en aquellos lugares donde hay turistas. Nuestra prioridad
es que se sientan seguros”, aseguró en la feria internacional de turismo FITUR.
“En París en noviembre también hubo atentados, lo que
demuestra, como dijo el primer ministro francés Manuel Valls, que no es un
problema de Túnez sino de toda la comunidad internacional”, aseguró en el mismo
foro Mohamed Ali Toumi, presidente de la Federación
Tunecina de Agentes de Viajes. “El turismo no es solo un factor
económico, sino también un ejemplo de apertura, una muestra de nuestra
tolerancia y deseo de recibir a extranjeros. Queremos presentar al mundo lo que
somos y ofrecemos: un país abierto donde la gente vive y se divierte, y una
democracia única en esta región del mundo”, afirmó.
Un miembro
de las fuerzas especiales tunecintas inspecciona la playa del resort atacado en
Susa, Túnez, en junio de 2015 (Reuters)
Campaña
del ISIS contra el turismo
Pero el
miedo a la amenaza yihadista sigue pesando. Los dos atentados suicidas de
Estambul fueron cometidos por el Estado Islámico, una organización responsable
también del atentado en el Sinaí y de los ataques en El Bardo y Susa, en lo que
parece una campaña organizada contra el turismo. “El ISIS está forzando una
narrativa de 'el Califato contra el resto del mundo', y en términos de inversión estratégica los beneficios que obtienen de los
ataques contra turistas son grandes. Se crea el caos, se ganan
titulares, se dañan las economías de los estados enemigos, y se ensancha la
brecha entre personas a medida que Oriente Medio se va dividiendo
inexorablemente entre zonas rojas y verdes”,
opina James
Denselow, investigador asociado del Foreign Policy
Centre en el Reino Unido y especialista en Oriente
Medio y el Norte de África, en un artículo en Al Jazeera.
“Atacando puestos
turísticos o a turistas que pasan por allí el Estado Islámico lanza un mensaje
muy potente de terror, de intentar crear cierta sensación de temor casi
omnipresente”,
explica Gabriel Garroum, experto en el ISIS.
“En mi opinión no es un
cambio de estrategia, sino una diversificación: orientar la mira hacia Europa
para intentar quitarse esa sensación de que están perdiendo, para intentar
reclutar gente. Llevábamos unos meses que daba la sensación de que el ISIS
había perdido fuelle, había reculado en Siria e Irak, y siempre hacen lo mismo,
a medida que pierden territorio ponen el punto de mira en otro lugar”, indica.
“Hay un intento de
polarizar socialmente a la población, como se ve en la tónica general en
algunos de los últimos videos, en los que se dirigen a los pueblos de Marruecos y Túnez. Les dicen: 'Tenéis que perpetrar
atentados contra turistas, si lo hemos hecho nosotros cómo no lo vais a hacer
vosotros'”,
comenta
Garroum. “Túnez ha exportado un montón de yihadistas, por lo que el caldo de
cultivo para generar esa posible llama es plausible, no le están hablando a un
país yermo en ese sentido”, afirma.
"Atacando
a turistas, el Estado Islámico lanza un mensaje muy potente de terror, de
intentar crear cierta sensación de temor casi omnipresente", opina Gabriel
Garroum, experto en el ISIS
Pero el
Ministro de Turismo egipcio, Hisham Zaazou, niega que exista una ofensiva
terrorista contra los turistas en su país. Para él, incidentes como el atentado
con bomba en el templo de Karnak, en Luxor, o el tiroteo frente al hotel
Barceló en El Cairo, iban dirigidos contra las fuerzas de seguridad, no contra los
extranjeros a las que éstas custodiaban. “El propósito de estos grupos es la
venganza contra símbolos del Gobierno. Se han producido relativamente pocos
incidentes, comparado con los años 90. No son significativos, y solo el 1% se
han producido fuera del norte de la provincia del Sinaí, que está aislada del
resto del país”, asegura a El Confidencial. “Incluso España ha tenido algo
similar. Ningún país es inmune a estos incidentes”, comenta.
“Si miras la
situación de seguridad desde la revolución, se han dado grandes avances
positivos”, afirma Zaazou. “Egipto está mucho mejor”, sentencia. Para él, trata
en gran medida de un asunto de percepción, alimentada por “unos medios
irresponsables, por lo que asegura que su Ministerio, además de presionar para
que se sigan mejorando las medidas de seguridad, centrará sus energías en una
campaña para “enviar el mensaje correcto”.
Una empleada
de EgyptAir en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, tras la desaparición
del vuelo MS804 (Reuters).
Desplome
de visitantes
Ahora mismo,
sin embargo, estos esfuerzos no están dando frutos. En
Egipto, el número de visitantes se ha reducido a casi la mitad que el
año anterior durante el primer trimestre de 2016, y los
ingresos turísticos han caído en un 66%. La previsión para el verano es de un desplome del 90% en el número de
turistas procedentes de países como Italia. Las reservas desde Alemania se han reducido en un 40% para Egipto, Turquía y
Túnez. Y lo más triste es que esto se produce en un momento en el que,
tras varios años negros, el turismo comenzaba a recobrarse: en 2015, las
visitas al Magreb y Oriente Medio se
incrementaron en un 3%, hasta alcanzar los 54 millones de personas.
De los tres
países mencionados, Túnez es el que mejor parece estar lidiando con la
situación, entre otras cosas porque allí el descenso de turistas ya se produjo
durante el pasado otoño, y desde entonces el sector experimenta una tímida
recuperación.
El caso
contrario es el de Turquía, donde por primera
vez desde hace muchos años la curva de visitantes será
abiertamente decreciente: en marzo, el Ministerio de Turismo anunció un descenso del 13%, el mayor desde octubre de 2006.
Aunque no se trata de una caída muy pronunciada, resulta
catastrófica para una esfera que no ha dejado de expandirse durante la
última década, y que este año dejará a millones de personas sin empleo.
A Turquía le ha afectado, sobre todo,
la guerra económica con Rusia, cuyo Gobierno prohibió por decreto a las agencias de viaje
rusas operar en este país. En las zonas de costa mediterráneas, altamente
dependientes de los turistas rusas, el resultado ha sido devastador. “En
Antalya no hay casi ningún turista ruso, hay algún ucraniano y otros eslavos.
Los hosteleros están desesperados”, afirma Marc Morte, un guía de
viajes que cubre todos los países de la Ruta de la Seda. “Muchos 'resorts' están vacíos”,
dice a El Confidencial.
Las reservas
turísticas a Túnez, Egipto y Turquía han caído un 40% desde países como
Alemania
En
Túnez, el turismo supone el 7% del PIB, que en algunas regiones asciende hasta
el 50%. Más de 400.000 personas trabajan en este sector. "El
atentado de El Bardo evidentemente tuvo un impacto muy grande, pero todo el
mundo entendió que ahí se atacaba el símbolo del pueblo, la asamblea. Era un
mensaje de 'no queremos democracia'. Aunque murieron turistas, no eran el
objetivo del ataque", explica Mohamed Ali Toumi. "Pasadas dos semanas,
gracias a una ola de solidaridad internacional, el nivel de las reservas volvió
a la normalidad. Hasta el 25 de junio la temporada se anunciaba muy
positiva", comenta.
Al día
siguiente se produjo el brutal ataque contra un resort
turístico del grupo Riu en Túnez, que provocó incluso la salida de esta
cadena del país.
"A partir de ahí,
la cosa cambió, porque esta vez el objetivo eran turistas. A los tunecinos nos
impactó enormemente que puedan atacar a la gente que nos visita", comenta Toumi.
"Se produjeron
muchas anulaciones, del 40, 50, hasta del 70% en algunos mercados", relata.
Algunos
países han tratado de compensar la pérdida de turistas occidentales abriéndose
a otros mercados: el argelino, en el caso de
Túnez, o el doméstico en Egipto y Turquía. Pero estas economías necesitarán
visitantes de la vecina Europa para superar esta crisis.
"Túnez
es un destino que sigue siendo recomendable. Somos países amenazados, pero no
es motivo para dejar de luchar por nuestros ideales y nuestro modo de vida. No
podemos cambiar por esta amenaza", opina Abdellatif Hamam, que cree que el
intercambio entre pueblos es la mejor receta contra el extremismo: "La
cultura puede contribuir a vencer al terrorismo".
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