Los
bancos globales son usuarios frecuentes de los servicios offshore
http://lat.wsj.com/articles/SB12076766634950014295804581643870452491148?tesla=y
HSBC y sus
afiliados solicitaron la formación de 2.300 de las 15.600 empresas formadas por
Mossack Fonseca en Panamá. PHOTO: REUTERS
Por
Margot
Patrick,
Laurence Fletcher y
Rachel Louise Ensign
martes,
5 de abril de 2016 20:23
EDT
Las
compañías offshore creadas en Panamá, las Islas
Vírgenes Británicas y otros lugares pueden ser impenetrables para las autoridades o cualquiera que quiera
investigar. Esto las ha convertido en vehículos legítimos para proteger
patrimonios y planear estrategias tributarias, pero también en un escondite
para los evasores de impuestos, el fraude y cosas peores.
Algunos de los mayores bancos del mundo, cuyos
clientes buscan discreción, operan con
los especialistas en paraísos fiscales que crean y registran empresas,
encuentran miembros de juntas directivas y accionistas “nominados” que ocupan
el lugar de los verdaderos dueños en formularios y arman estructuras complejas
y a la medida.
Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación
(ICIJ, por sus siglas en inglés),
HSBC Holdings PLC,
UBS
Group AG y
Credit
Suisse AG estuvieron
entre los que más usaron los servicios de creación de empresas de Mossack
Fonseca, la firma de abogados panameña cuya cantidad masiva de documentos
internos ha sido revisada por el grupo periodístico.
HSBC
y sus afiliadas pidieron más de 2.300 empresas de un total de 15.600 que Mossack Fonseca ayudó a
establecer para sus clientes en más de 40 años, dijo ICIJ.
El propio
presidente ejecutivo de HSBC, Stuart Gulliver,
utilizó una vez una empresa panameña creada por Mossack Fonseca para ocultar la
propiedad de su cuenta personal de HSBC en Suiza. Gulliver dijo a legisladores
británicos que quería ocultar de colegas curiosos el monto de su bonificación y
que él no escogió la estructura.
Una vocera
de HSBC señaló que los clientes con cuentas offshore son investigados a fondo.
Un portavoz de UBS dijo que el banco conducía
sus negocios en completa conformidad con las leyes y regulaciones vigentes y
que “no tiene interés en fondos que no son gravados o que provienen de
actividades ilícitas”.
Credit
Suisse indicó que se rige
por todas las leyes locales y que los clientes deben comprobar que cumplen con
sus responsabilidades fiscaless. Tidjane Thiam,
presidente ejecutivo del banco, señaló en Hong Kong que la entidad es “muy
insistente” en que los clientes cumplan las regulaciones fiscales. “Sólo
fomentamos el uso de estructuras cuando tienen un propósito económico
legítimo”, enfatizó.
Mossack
Fonseca señaló que “nada en los documentos filtrados sugiere que haya hecho
algo mal o ilegal”. En un sitio web creado para los medios de comunicación, la
firma dijo que siempre ha cumplido los protocolos internacionales para
“asegurar, hasta donde sea razonablemente posible, que las empresas que
incorpora no son usadas para evadir impuestos, lavar dinero, financiar el
terrorismo u otros propósitos ilícitos”.
Astutos
especialistas en paraísos fiscales pueden ensamblar una red de empresas que
satisfagan las necesidades específicas del cliente aprovechando las ventajas de
cada jurisdicción. Por ejemplo, los rusos
querrán mantener activos extranjeros en una empresa en Chipre
debido a tratados fiscales favorables. Pero Chipre tiene una lista de registro
de accionistas corporativos, de modo que los inversionistas de una empresa
chipriota pueden ser firmas inscriptas en otras partes.
Ni
Panamá ni las Islas Vírgenes requieren que las empresas den a conocer los
propietarios en un registro público, lo que significa que quienes traten de rastrear a los
verdaderos dueños no obtendrán pistas en el país.
Por ejemplo,
un artículo de 2014 de The Wall Street Journal halló que la agencia de publicidad rusa Vi era en gran parte
controlada por empresas chipriotas, algunas de las cuales eran propiedad de
firmas panameñas y de las Islas Vírgenes. No estaba claro quiénes eran los
verdaderos dueños de las empresas, lo que representa un dolor de cabeza para
compañías estadounidenses que tratan de determinar si están violando sanciones
contra Rusia al hacer negocios con Vi.
En ese
entonces, un vocero de Vi afirmó que Bank Rossiya,
un banco ruso sancionado, poseía de forma indirecta 16%
de la agencia, pero que ningún otro accionista había sido sancionado.
En otro
ejemplo, los liquidadores del fondo de cobertura
Heather Capital, sostuvieron en documentos presentados ante un tribunal
de Escocia que 19 millones de libras esterlinas (US$27 millones) de Heather
fueron desviados de forma fraudulenta a un corredor de bolsa llamado Nicholas
Levene. El dinero fue enviado a la cuenta bancaria en Mónaco
de una empresa panameña suya. Otros 9,4 millones de libras se dirigieron a una
compañía de las Islas Vírgenes Británicas
controlada por Gregory King, quien a su vez controlaba Heather, de acuerdo con
los liquidadores.
Levene,
quien cumple una condena de 13 años por fraude en un caso no relacionado, no
pudo ser contactado para que comentara. Un abogado de King no respondió
inmediatamente a solicitudes de comentarios.
A lo largo
de los años, agencias reguladoras y policiales han endurecido las restricciones
en estas jurisdicciones. Las Islas Caimán, domicilio
de buena parte de la industria de fondos de cobertura que mueve US$2,9 billones
estuvo por mucho tiempo bajo escrutinio pero ahora es “un centro líder para
titulización y fondos de cobertura que no plantean problemas”, señaló Peter
Astleford, socio de la firma de abogados Dechert. En 2009, las Islas Caimán
pasaron a la lista blanca que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico mantiene de países que, en su mayoría, han implementado estándares
tributarios internacionales.
Panamá tiene
un historial con más altibajos. El informe de ICIJ ha “arrojado luz sobre la
cultura y prácticas de secreto de Panamá”, dijo Ángel Gurría, secretario
general de la OCDE. El funcionario llamó al país “el último gran reducto que
sigue permitiendo que fondos sean ocultos offshore de las autoridades fiscales
y policiales”.
Hasta
febrero, Panamá estaba en la lista negra compilada por el Grupo de Acción
Financiera Contra el Blanqueo de Capitales (FATF, por sus siglas en inglés) de
países con estándares débiles en cuanto al lavado de dinero y la financiación
del terrorismo.FATF eliminó en febrero a Panamá de la lista porque había
establecido el marco legal y regulatorio necesario.
En años
recientes, las autoridades estadounidenses han aplicado con renovado vigor las
leyes contra delitos financieros, lo que ha llevado a bancos de EE.UU. y Europa
a pagar multas gigantescas por violaciones de sanciones, deficiencias en los
controles de lavado de dinero y evasión fiscal. Muchos bancos han reforzado sus
defensas.
Se supone
que las entidades financieras deben investigar a posibles clientes y aplicar un
escrutinio adicional a funcionarios públicos, sus familias y sus socios
empresariales, el tipo de personas que los documentos de Panamá han puesto en
los titulares de la prensa.
Los
documentos de Panamá son “un ejemplo perfecto” de por qué los bancos deberían
estudiar a fondo a sus clientes. señala Brent Newman, vicepresidente ejecutivo
de Accuity Inc., filial de RELX Group. “Estas personas tienen en general la
capacidad o el acceso para cometer fechorías financieras”.
—Kane Wu, en Hong Kong, contribuyó a este artículo.
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