Los
bancos centrales sí pueden crear inflación: Argentina es un ejemplo (si no hay inflación
es porque no desean hacerlo y mienten )
http://lat.wsj.com/articles/SB10977839675679644140504582032741095160840?tesla=y
El ministro
de Hacienda y Finanzas de Argentina, Alfonso Prat-Gay. PHOTO: NICHOLAS
KAMM/AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Por GREG IP
miércoles,
27 de abril de 2016
19:47 EDT
En momentos
en que la inflación en Estados Unidos, Japón y la zona
euro está estancada debajo de la meta de 2% anual, los bancos centrales
de esos países deben responder con frecuencia a la pregunta de si tienen o no
las herramientas necesarias para impulsar los precios. Mejor sería preguntar: ¿tienen la voluntad de hacerlo?
Hay una
herramienta prácticamente garantizada para crear inflación: el “dinero helicóptero”, o la impresión de billetes para
financiar crecientes déficits públicos. Esta herramienta borra la
distinción entre política fiscal y política monetaria, un límite sagrado no
sólo para los bancos centrales sino también para los gobiernos que
correctamente lo consideran un bastión contra el aventurerismo económico.
Para
entender esto, nada mejor que examinar el caso de Argentina, país que recién
ahora está recuperándose de años de dinero helicóptero, también conocido como
financiación monetaria.
Hace poco
más de 10 años, cuando Argentina ofreció reestructurar su deuda en default
desde 2001, algunos tenedores de bonos se negaron a aceptar el recorte
propuesto y bloquearon el retorno del país a los mercados de capital. Renuente
a bajar su déficit mediante la reducción de gastos o el aumento de impuestos,
el gobierno recurrió al banco central. Los adelantos
transitorios y las transferencias del banco central a la Tesorería son formas
de impresión de dinero, que en Argentina se disparó de 4.000 millones de pesos en 2007 a 159.000 millones de
pesos (3% del Producto Interno Bruto) el año pasado.
El actual ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, quien
entre 2002 y 2004 presidió el banco central, dijo en una reciente entrevista
que la entidad terminó convirtiéndose en prestamista de primera instancia de la
Tesorería.
La impresión de dinero tuvo el efecto
previsible: la inflación se disparó. Exactamente cuánto no se sabe, porque bajo la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner se manipularon las estadísticas nacionales.
Elypsis, una firma privada, calcula que creció de 6% en
2009 a 25% el año pasado. A este contribuyó el aumento de los controles
de importación y de capital, que además socavaron el potencial productivo de la
economía.
En diciembre
pasado, Mauricio Macri reemplazó a Kirchner en la presidencia de la nación y
comenzó a desmantelar la épica mala gestión económica de su antecesora.
Prat-Gay rápidamente acordó con los acreedores holdouts y la semana pasada
supervisó el retorno de Argentina a los mercados globales de capitales,
emitiendo bonos por US$16.500 millones.
Recuperar el
acceso a los mercados es esencial para poner fin a la dependencia de la
Tesorería de la financiación monetaria y, por lo tanto, para reducir la
inflación. Prat-Gay se ha comprometido a limitar
el endeudamiento del banco central este año. La inflación, después de subir
debido al recorte de subsidios, debería caer abruptamente el próximo año.
Prat-Gay
también quiere restaurar la separación entre la política monetaria y la fiscal,
algo que se da por sentado en otros países.
Cuando le
hice una pregunta sobre política monetaria, me respondió: “Usted no le haría
esa pregunta a (el secretario del Tesoro de EE.UU.)
Jack Lew, ¿verdad?”. (El secretario del Tesoro de EE.UU. no hace
comentarios sobre la Reserva Federal, que es un ente independiente del poder
ejecutivo).
Que la financiación monetaria haya sido desastrosa
para Argentina no significa que siempre tenga que serlo. En 1942, la Fed se
comprometió a comprar tanta deuda como fuera necesaria para financiar el
esfuerzo de guerra de EE.UU. Para 1945, había comprado
deuda equivalente a 9% del PIB anual. La recuperación económica
posterior se extendió hasta bien entrada la posguerra.
A pesar de
los controles de precios y salarios impuestos durante la guerra, entre 1940 y 1948 la inflación rondó 7% anual. Esto fue suficiente
para que la Fed decidiera zafarse de las garras del Tesoro, lo cual logró en
1951.
Si la Fed
pudo crear inflación entonces y el banco central argentino lo hizo hasta hace
poco, ¿por qué les cuesta tanto lograrlo a la Fed, al
Banco Central Europeo y al Banco de Japón?
No alcanza con imprimir dinero;
también hay que gastarlo. Argentina imprimió dinero para
financiar el gasto público, mientras que la Fed, el
BCE y el Banco de Japón actúan de forma independiente, en un momento en
que los gobiernos están tratando de endeudarse menos.
El verdadero
dinero helicóptero surte efecto cuando el gobierno anuncia un gran aumento de
gastos o reducción de impuestos y el banco central se compromete a imprimir
dinero para financiar esas erogaciones y a nunca retirarlo de circulación. La
gente se convence de que los impuestos no aumentarán y que subirán los precios,
lo cual amplifica el impacto en el gasto y, debido a las expectativas, en la
inflación real. Sin embargo, una vez que
se desatan las expectativas de inflación, nadie puede garantizar que esta se
detenga en 2%.
Estos son
los puentes que los bancos centrales no están hoy dispuestos a cruzar. El presidente del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ratificó
en una entrevista reciente que “la política monetaria y la política fiscal son
decididas y administradas por autoridades distintas”. Ante una pregunta sobre
el dinero helicóptero, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo la semana
pasada que es una opción “llena de dificultades operacionales, legales e institucionales”.
La
independencia monetaria no es una meta en sí, sino un medio para un fin: bajo desempleo y una inflación en torno a 2%. Hoy los
bancos centrales y el público están desencantados con una inflación tan baja y
un crecimiento débil, pero no lo suficiente como para arriesgarse a un
inflación de 7%, mucho menos de 25%. Las cosas tendrán que estar mucho peor.
……………………………
Una entrada
relacionada y escrita hace 3 años
Solicito
empleo como presidente del Banco Central de Japón; prometo inflación de más
del 5%, pongo mi casa como garantía que
haré lo prometido.
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2013/03/solicito-empleo-como-presidente-del.html
Viernes,
22 de marzo de 2013
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