miércoles, 20 de abril de 2016

La expansión del Estado Islámico continúa a pesar de reveses militares y económicos (Informe del New York times )Por MATTHEW ROSENBERG , HELENE COOPER y NICHOLAS KULISH

La expansión del Estado Islámico continúa a pesar de reveses militares y económicos (Informe del New York times )

http://www.nytimes.com/es/2016/04/20/la-expansion-del-estado-islamico-continua-a-pesar-de-reveses-militares-y-economicos/


Por
MATTHEW ROSENBERG ,

 HELENE COOPER y

NICHOLAS KULISH

20 abril 2016



Los ataques aéreos, como este en Kobani, Siria, han debilitado al Estado Islámico. Credit Sedat Suna/European Pressphoto Agency


WASHINGTON — Los ataques aéreos estadounidenses han matado a 25.000 combatientes del Estado Islámico en Irak y Siria, y han incinerado millones de dólares que los extremistas habían saqueado, según funcionarios del Pentágono.

Algunos funcionarios aseguran que las fuerzas kurdas e iraquíes han recuperado 40 por ciento del territorio ocupado por los grupos armados en Irak, y las fuerzas que cuentan con el respaldo de Occidente han retomado una gran parte del territorio en Siria que estaba controlado por el Estado Islámico, también conocido como ISIS o EIIL (Estado Islámico de Irak y el Levante).


Sin embargo, estos éxitos recientes han servido de poco para detener la expansión de los extremistas a Europa, África del Norte y Afganistán. Los ataques de este año en Bruselas, Estambul y otras ciudades generaron la sensación de que este grupo terrorista avanza, por lo que existe cautela entre los oficiales estadounidenses y los expertos militares al predecir avances en esta lucha. Es probable, dicen, que continúe durante años.



Ante un comité del congreso, el subsecretario de Estado, Antony J. Blinken, declaró que “aun si multiplicamos nuestros esfuerzos para derrotar a Dáesh, sabemos que para ser completamente efectivos, debemos trabajar para evitar que se propague el extremismo violento: detener el reclutamiento, la radicalización y la movilización de las personas, especialmente de los jóvenes, para involucrarlos en actividades terroristas”.


En lugar de enfrentarse a un seudoestado en Medio Oriente cuyos seguidores han demostrado ser vulnerables al poder aéreo estadounidense, Estados Unidos y sus aliados europeos ahora también deben involucrarse en una lucha mucho más compleja contra los extremistas en su propio territorio, los cuales necesitan relativamente pocos recursos para comenzar a derramar sangre en Occidente.


“Derrotar la presencia militar formal de un grupo terrorista no mitigará de manera significativa la amenaza de lobos solitarios o de pequeñas células independientes con sede en Occidente”, aclaró Jonathan Schanzer, exanalista de la financiación del terrorismo en el Departamento del Tesoro, quien ahora se encuentra en la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington.


Los ataques en Occidente no requieren de muchos recursos: Schanzer estimó que el costo de los materiales usados en los ataques de Bruselas, así como del laboratorio para hacer los explosivos, por ejemplo, fue entre 10.000 y 15.000 dólares. Y añadió: “Puedes derrotar al EI en los territorios que controla, pero no vas a derrotar al EI en sí. La ideología del yihadismo sigue evolucionando y continúa existiendo”.





Un combatiente kurdo cerca de Sinjar, Irak, el año pasado. Las fuerzas kurdas y yizadíes han dirigido sus esfuerzos en sacar al Estado Islámico de Sinjar. Credit Bryan Denton para The New York Times


Algunos funcionarios han intentado presentar los recientes ataques en Europa y Turquía como evidencia de que el Estado Islámico está cada vez más desesperado por las derrotas que ha sufrido en el campo de batalla; sin embargo, otros expertos ven la violencia como otro indicador de que el EI no es un problema que se resolverá fácil o rápidamente.


El EI ha saqueado un estimado de mil millones de dólares de los bancos de todo Siria e Irak y es ampliamente reconocido como uno de los grupos extremistas más ricos de todos los tiempos. Las autoridades a ambos lados del Atlántico reconocen que sigue siendo un adversario fuerte y adaptable en el campo de batalla, capaz de organizar acciones como el secuestro de 170 trabajadores de una fábrica de cemento cerca de Damasco a principios de abril.


En Mosul, Irak, y Raqqa, la ciudad siria que es capital de facto del EI, los salarios de los combatientes cayeron a la mitad desde el año pasado, de acuerdo con sus habitantes. Sin embargo, el EI, que recolecta cientos de millones de dólares a través de extorsiones y la imposición de cuotas e impuestos a la gente que gobierna, sigue pagando a sus soldados, explican funcionarios estadounidenses.


“No existe una manera sencilla de separar al EI de su enorme cantidad de recursos económicos”, afirmó recientemente Daniel L. Glaser, subsecretario del Departamento del Tesoro para asuntos de financiamiento terrorista, durante un discurso en Londres.


Por su lado, las autoridades estadounidenses dicen que los intentos combinados de reducir militarmente el dominio del grupo en Irak y Siria y de cortar sus finanzas se han fortalecido mutuamente. El objetivo estratégico es privar a los extremistas de los recursos que necesitan para financiar la guerra mediante la recuperación de los pueblos, ciudades y campos petroleros que dominan y, según algunos informes, lo han estado logrando.

Desde octubre pasado, la campaña aérea de Estados Unidos —llamada Operation Tidal Wave II— ha atacado campos petrolíferos, refinerías y camiones cisternas, y los oficiales estadounidenses creen que han reducido cerca de un tercio de las ganancias que el EI obtiene del petróleo. Sobre el terreno, el EI ha ido perdiendo una serie de ciudades y pueblos desde la toma de Ramadi, Irak, hace casi un año, su victoria más importante en el campo de batalla. Desde entonces, las fuerzas de seguridad iraquíes, acompañadas de ataques aéreos estadounidenses, han recuperado Ramadi.


Las fuerzas iraquíes también han retomado la ciudad de Baiji al norte, con su refinería de petróleo. Asimismo, las fuerzas kurdas y yazidíes han sacado a los soldados del EI de la ciudad de Sinjar, al norte.

Según las autoridades estadounidenses, en las últimas semanas, los ataques aéreos de Estados Unidos han matado a varios líderes principales del EI: su ministro de guerra, Omar al Shishani (Omar el Checheno), y a uno de los principales comandantes, Abd al Rahman Mustafa al Qaduli. Además, un especialista en armas químicas del EI, Sleiman Daoud al Afari, fue capturado por las fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses en febrero.

Al mismo tiempo, los oficiales reconocieron que el EI ha sido capaz de remplazar a muchos de sus líderes, por lo que eliminar a figuras clave del campo de batalla no supone el fin del grupo.




 Un soldado del ejército iraquí revisa un vehículo destruido que perteneció al Estado Islámico. Credit Moadh Al-Dulaimi/Agence France-Presse — Getty Images


Además de los esfuerzos militares para afectar las finanzas del EI, el Departamento del Tesoro y sus contrapartes europeas están buscando algunas vías para cortar el flujo de efectivo hacia este grupo y evitar que usen el sistema bancario internacional.


Persuadieron a Irak de que prohibiera a las sucursales bancarias hacer transferencias internacionales en las ciudades y pueblos bajo control del EI. Todas las solicitudes deben hacerse a través del banco central en Bagdad, donde, en teoría, pueden ser interceptadas y detenidas.


Estados Unidos, los países europeos y la Organización de Naciones Unidas también han intentado incluir a las personas o empresas relacionadas con el Estado Islámico en una lista negra financiera.

Los funcionarios estadounidenses finalmente convencieron al gobierno iraquí de que deje de pagar salarios a los funcionarios y trabajadores que viven en áreas controladas por el EI. Estos pagos sumaban un total de casi 170 millones de dólares anuales y el EI se quedaba con aproximadamente el diez por ciento de cada cheque, relataron algunos oficiales estadounidenses.

Mientras tanto, los ataques aéreos de la coalición han golpeado a al menos 10 depósitos en los que el EI almacenaba dinero en efectivo. En enero, aeronaves estadounidenses atacaron lo que, de acuerdo a sus informes, era una reserva especialmente rica, y un video tomado momentos después de que el edificio fuera bombardeado mostró nubes de dinero que revoloteaba en el aire.

Los militares dijeron que se incineraron decenas de millones de dólares, pero otros expertos y funcionarios estadounidenses fueron más modestos.

Howard Shatz, un economista senior en RAND Corporation que estudiaba sobre el financiamiento del EI dice que “hay mucha menos certeza de cuánto dinero se evaporó en realidad”. Independientemente de cuál sea la cantidad, parece que en el territorio que sigue bajo el dominio del EI se ha extendido la sensación de asedio.

“Estos días la situación cambió y hay escasez de dinero en Mosul”, comentó en una entrevista reciente Ayham Ali, que vende sándwiches en un carrito de madera en Mosul.

Obaida Nama, un ingeniero retirado allá, explicó que no creía que el Estado Islámico fuera a durar. “La corrupción que ISIS está sembrando es el principio de su fin”.

Sin embargo, Derek Chollet, que fue alto funcionario del Pentágono durante el gobierno de Obama, expresó: “No creo que nadie esté cantando victoria en este momento, ni deberían”.

El Estado Islámico “va a ser un problema crónico que tendremos que enfrentar”, añadió.

Matthew Rosenberg y Helen Cooper desde Washington,

Nicholas Kulish desde Nueva York.

Omar al Jawoshy colaboró con este reportaje desde Bagdad y


 un trabajador de The New York Times desde Erbil, Irak.

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