lunes, 21 de marzo de 2016

Sendero luminoso analiza el contexto electoral peruano y dice que el deficit fiscal y la inflación del 2016 serán del 5 % además el Congreso de la República de Perú autorizó el ingreso de 3600 tropas de los Estados Unidos al territorio nacional, mediante la Resolución Legislativa 30302, aprobada el pasado 29 de enero del 2016 .// encontrado en Sol Rojo número 43 paginas 9,10,11,12,13,14,15




 Sendero luminoso analiza el contexto electoral peruano y dice que el deficit fiscal y la inflación del 2016 serán del 5 % además el Congreso de la República  de Perú autorizó el ingreso de 3600 tropas de los Estados Unidos al territorio nacional, mediante la Resolución Legislativa 30302, aprobada el pasado 29 de enero del 2016 .





Situación nacional: SITUACIÓN DE LAS DOS COLINAS Y EL CASO DE LAS TRES TAREAS INCUMPLIDAS E IMPOSIBLES DEL VIEJO ESTADO PERUANO

“El principio fundamental, el primer precepto de todo movimiento sindical, consiste en lo siguiente: no confiar en el ‘Estado’, confiar únicamente en la fuerza de su clase.

El Estado es la organización de la clase dominante... ...
 ¡No confiéis en las promesas, confiad únicamente en la fuerza de la unión y de la conciencia de vuestra clase!".
“Nadie ayudará a los pobres si permanecen aislados.
Ningún 'Estado' ayudará al obrero asalariado del campo, al brasero, al jornalero, al campesino pobre, al semiproletario”. Citas de Lenin en “¡Elecciones, no! ¡Guerra popular, sí!” (Comité Central, Partido Comunista del Perú, 1990)

Al realizar el análisis sobre la situación nacional siempre en todo momento (y en cada una de los números de la revista) nos sujetamos con coherencia a ubicar claramente la realidad y la situación de las dos colinas:

 • La colina del pueblo y de sus luchas. En esta colina se encarna el Partido Comunista del Perú que continúa inalterable e ineluctablemente dirigiendo la guerra popular en el Perú, hasta la toma del Poder en todo el país.
• Y la colina de la reacción. La colina en la que se desenvuelve el viejo y podrido Estado peruano, con toda su maquinaria de opresión y de explotación.
Empezaremos por la colina de la reacción, la del viejo Estado peruano que, para mantenerse, tiene necesidad de cumplir con sus tres tareas inconclusas e imposibles: reestructurar el Estado, reimpulsar el capitalismo burocrático y aniquilar la guerra popular. Tareas que, viendo el impulso luminoso de la lucha de clases, el comportamiento deleznable y vende patria del capitalismo burocrático, el desenvolvimiento de las instituciones reaccionarias cada vez más socavadas, corruptas y desestructuradas, implica que estas tres tareas han sido, son y seguirán siendo un imposible histórico y político, jamás las podrán cumplir.

Reimpulsar el capitalismo burocrático Mantenemos vigente la caracterización de la sociedad peruana (y citamos extensamente, porque cae redonda, oportuna y certeramente para definir la situación actual): “…el Perú contemporáneo es una sociedad semifeudal y semicolonial en la cual se desenvuelve un
capitalismo burocrático; un tardío capitalismo atado a los intereses de los terratenientes y que, en consecuencia, en modo alguno busca la destrucción sino a lo sumo la evolución de la semifeudalidad; y lo que es más importante, un capitalismo sometido completamente al imperialismo, en nuestro caso yanqui principalmente y que por tanto, no desarrolla las grandes fuerzas productoras potenciales de nuestra patria, más aún las desperdicia, entraba o destruye y que de ninguna manera desarrolla una economía nacional sino todo lo contrario, está completamente al servicio de la explotación creciente del imperialismo y es totalmente opuesto a los intereses nacionales, al de las mayorías, a las básicas y más urgentes necesidades de las masas de nuestro pueblo.” “Así la economía peruana moderna nace defectuosa y enferma en sus raíces, pues nace atada al caduco sistema semifeudal que pese a sus cacareadas leyes agrarias, arteramente llamadas de ‘reforma agraria’, sigue subsistente y marcando al país desde sus bases más profundas hasta sus más elaboradas ideas y, en esencia, manteniendo persistente el gran problema de la tierra, motor de la lucha de clases del campesinado especialmente pobre que es la inmensa mayoría. Pero además, nace subyugado por el imperialismo, fase final del capitalismo caracterizado magistralmente como monopolista, parasitario y agonizante; imperialismo que si bien consiente nuestra independencia política, según sirva a sus intereses, controla todo el proceso económico peruano: nuestras riquezas naturales, productos de exportación, industria, banca y finanzas; en síntesis chupa la sangre de nuestro pueblo, devora nuestras energías de nación en formación y hoy concretamente nos exprime mediante la deuda externa como lo hace con otras naciones oprimidas. En consecuencia la economía moderna, el capitalismo burocrático desde su nacimiento está atado al cadáver insepulto de la semifeudalidad y sometido al agonizante imperialismo que cada vez vive más de la sangre de los oprimidos, obtenida por la explotación garantizada por sus propias armas y las de sus lacayos mientras se debate en incesante crisis y contienda por el dominio mundial.”

 (“¡No votar! Sino ¡Generalizar la guerra de guerrillas para conquistar el Poder para el pueblo!”, Comité Central, PCP, 1985).

El capitalismo burocrático es un cadáver insepulto. Esto es una realidad. Y todos los esfuerzos que denodadamente han hecho éste como los anteriores gobiernos reaccionarios son vanos. Esto se demuestra en cómo se ha ido desenvolviendo la economía, y cómo, desde el año pasado hasta el presente, han ido decreciendo las voces entusiastas sobre la capacidad “emergente” de la economía peruana.

La economía peruana ha ido, a medida que avanzaban los meses del año pasado, mermando sus expectativas. Lo peor es que aún cuando diferentes organismos internacionales y algunas consultoras económicas nacionales (todas reaccionarias) apuntaban perspectivas a la baja, el gobierno reaccionario se esmeraba en manipular las cifras para pintar una economía en auge. En el siguiente cuadro se expresa claramente cómo de un 4% que se publicitara con bombos y platillos, el PBI menguó hasta 2,10%.

 ¡Pero sólo para los analistas no gubernamentales! Los funcionarios del ministerio de economía peruano seguían manteniendo la farsa a pesar de que ya todos habían realizado análisis que demostraban todo lo contrario. (Ver cuadro 1.) Otra alarma saltó en septiembre del año pasado cuando lo que ya eran verdades inapelables hace tiempo (inflación, déficit presupuestario, decrecimiento de las exportaciones del cobre cuyo precio bajó contundentemente, y la crisis del imperialismo chino, uno de los importantes beneficiarios de los recursos peruanos), se denunciaron en los medios reaccionarios.

Standard & Poors (S&P) da el campanazo y, según un semanario peruano, “prevé que la calidad de los estados financieros de las compañías peruanas se deteriorará a la par con los errores en la gestión de las finanzas públicas por el MEF y el BCR” (Caretas, Edición 2403, 17/09/2015).

En este mismo medio se hacía un detallado catálogo de algunos de los problemas: “Parte del problema es que el BCR continúa apuntalando el valor del Nuevo Sol, quemando US$ 1,000 millones de sus reservas cada mes. La semana pasada revaluó el Sol en vez de devaluarlo, de S/. 3.31 = US$ 1 a S/. 3.22 contraviniendo, quizá con cierto sentido del humor, la ley de gravedad de las finanzas internacionales. Igualmente, el BCR aumentó su tasa referencial de préstamo de 3.25% a 3.50%, sobre la base que frenaría la inflación.

 La verdad es que no tendrá efecto alguno sobre la inflación aunque así desacelerará aún más la economía, incrementando la posibilidad de la estanflación de los años 70 y 80.

En otras partes, los bancos centrales están bajando las tasas de interés a casi cero, en un esfuerzo por avivar sus economías recesivas. Por otro lado, están abaratando sus monedas contra el dólar, comenzando con los chinos, los que se supone están comprando el cobre del Perú, el petróleo de Venezuela y los BMW de Alemania. […] Pero el precio del cobre descendió aún más hacia US$ 2 por libra. […]

A ese precio, el déficit presupuestario del Perú en el 2016 será de 5%, como proporción del PBI, y no solo el 2 o 3 % proyectado por el gobierno.” Otro indicador es cómo el conjunto de análisis que realizan instituciones reaccionarias como el BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, de España) que, irrisoriamente, trimestre a trimestre ven menoscabarse sus datos. Observemos el siguiente cuadro de síntesis, elaborado en base a sus diferentes informes, llamados

Situación Perú (BBVA-Research), del año pasado (cuadro 2): Así vemos que para el rubro de “Proyección del crecimiento” han ido acomodando paulatinamente sus afirmaciones: mientras que primero proyectaban un crecimiento de 3,1%, tuvieron que reajustar en el tercer trimestre (acorde con el primer cuadro presentado, vox populi de los medios internacionales) hacia el 2,5, hasta llegar en el último trimestre a un ladino “por debajo de 3,0%”, ni chicha ni limonada, un “por si acaso”… Por otro lado, este análisis muestra el mismo comportamiento en cuanto a la inflación dos trimestres consecutivos (el 2º y el 3º) donde, según dicen ambiguamente, ésta (la inflación) se mantiene “cerca del techo del rango de meta” o “por encima del rango de meta” (¡uno cerca y el otro por encima!), mientras que ya en el trimestre final concluyen con que la inflación (ya en perspectiva) “superará el 5%” en 2016. Sobre la situación del viejo Estado terrateniente es revelador el mapa realizado en 2009 por la Revista Agraria y que no se ha movido ni un ápice (publicado en el libro


“El capitalismo burocrático. Hacia una morfología del atraso”, David Huamaní Pumacahua, Bubok Publishing S.L., 2010). Es revelador observar cómo en Ancash un solo propietario es dueño de 16 mil hectáreas, en San Martín un solo propietario es dueño de 20 mil hectáreas, en Lima un solo propietario es dueño de 17.200 hectáreas y así, tal y como se muestra en el cuadro indicado (cuadro 3 - “El nuevo mapa de la grán propiedad rural”, pag. 12).

 ¿Esta situación ha mejorado con el genocida Humala?

Absolutamente no. Y no va a mejorar mínimamente con un nuevo gobierno impuesto por la burguesía para gestionar al viejo Estado.
 ¿Toda esta realidad económica qué impacto tiene en el proletariado peruano, en el campesinado, en la clase?

Simple y llanamente en el hecho de que el viejo Estado tiene la labor de oprimir más al pueblo peruano.

¿Por qué la urgencia de establecer una ley de impacto económico como la “Ley pulpín”, que, dicho sea de paso, las luchas del pueblo peruano revirtieron y aplastaron?

¿Por qué todo la maquinaria estatal montada para refrendar contra viento y marea la ley de criminalización, que no es sino la mayor reaccionarización del viejo Estado?

 (No olvidemos que se encuentra vigente la “Ley de Licencia para matar” (Ley 30151) y otros Decretos Supremos que buscan garantizar la impunidad de policías y militares al hacer uso de la fuerza) ¿Por qué se necesita frenar a sangre y fuego o con corruptelas funcionariales o sindicales a los innumerables levantamientos y luchas del pueblo en contra de la situación minera? La burguesía peruana requiere de mayores prebendas y ventajas para explotar.

No hubo ni habrá la gran industria que saque a este capitalismo burocrático de la semifeudalidad y de la semicolonia, solo impulsarán (¡si eso!) empresas de servicios, que servirán para sangrar más y mejor a la clase.

De la misma forma que ha condonado deudas a las transnacionales como Doe Run, ha mantenido los salarios de miseria para el proletariado y para la pauperizada clase media.

Por lo que es totalmente vigente y certero tener en cuenta lo que ya dijera el Partido:

“¿Quién destruye las fuerzas productivas de una nación en formación como la nuestra?

 ¿Quién prohíbe al campesinado trabajar la tierra que fue suya por generaciones?

 ¿Quién lo condena a labrar la tierra con instrumentos desechados por la historia hace cientos de años?

¿Quién exprime al proletariado hasta chuparle la sangre por un miserable salario?

 ¿Quién Impone que de cada 10 trabajadores sólo uno pueda hacerlo adecuadamente?

 ¿Quién genera desocupación, alza del costo de vida, pésimas condiciones de trabajo?

¿Quién engendra la crisis que muele al pueblo y barre la pequeña y mediana propiedad?

 ¿Quién dilapida nuestras riquezas por pagos irrisorios depredando el mar, hundiendo el campo, cerrando minas, esquilmando selvas, ahogando ciudades en la miseria?

 ¿Quién agobia a la nación con deudas descomunales, sojuzgándonos más? La semifeudalidad, el capitalismo burocrático y el imperialismo; ellos son los destructores, y el Estado peruano que los representa y a sangre y fuego los defiende”
 (“Sobre las dos colinas”, PCP, 1991)


El caso es que la tarea de reimpulsar el capitalismo burocrático no la han logrado ni la lograrán, no han alcanzado los objetivos que se trazaron ni en la década del 90, ni en los cinco lustros que lleva el presente siglo, por tanto se cumple también la ley del capitalismo burocrático de madurar las condiciones de la revolución, en nuestro caso de incrementar exponencialmente las posibilidades del avance de la guerra popular en curso. Reestructurar el viejo Estado A eso apuntan sus elecciones, que ahora son más cruciales aún, ya que los cuatro años del genocida Humala han agravado incluso con mayor rapidez lo que ya en tres décadas significa un hundimiento cíclico y continuo, sin pausa. Esta es una afirmación real, reconocida además por los mismos gestores reaccionarios. En julio de este año el mismo Rospigliosi afirmaba (remontándose a sus años de escarceos y contubernios con el viejo Estado) que “Una de las cosas más preocupantes con Toledo fue la falta de institucionalidad.

Confieso que me equivoqué totalmente cuando entré a trabajar al Estado.

Pensé que era una especie de buque que caminaba prácticamente solo, pero descubrimos que la institucionalidad es sumamente precaria”

 (Caretas 2393, 9/7/2015).

El viejo Estado está minado, eso es obvio. El genocida Humala ha tenido que recomponer continuamente su gabinete.
En febrero de este año RPP noticias destacaba que “Hasta la fecha, han pasado por el Ejecutivo seis presidentes del Consejo de Ministros, seis ministros del Interior… Con estos nuevos nombramientos sumarán en total 57 los ministros que participan y han participado en el Gobierno nacionalista.” (17/02/2015).

Un mes después, ese gabinete volvía a rehacerse. Los problemas que tienen los sucesivos gobiernos son los mismos: incapacidad de gestión, contradicciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, imposibilidad de establecer instituciones solventes, corrupción generalizada en todos los niveles… Pero, sobre todo, hay que tener claro que estas son características inherentes a las instituciones de esta “democracia” burguesa. La corrupción, por ejemplo, es un sello de esta clase, del sistema en que se desenvuelve.

Por tanto, declaraciones sobre el Poder Judicial, como las de Enrique Ghersi cuando dice que “el problema del Poder Judicial es una crisis de representación” (26/12/2014), o las afirmaciones de Feliciano Vázquez (Presidente de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca) en las que extrapola a toda la maquinaria estatal el problema de la corrupción (“La corrupción ha llegado hasta el mismo Poder Ejecutivo”, La República, 15/09/2015), es el reconocimiento y la confirmación de cómo se está desenvolviendo la debacle estatal: bajo características que corresponden clara y específicamente a la putrefacción de este viejo Estado. Tener en cuenta que sobre este mismo punto podemos extendernos viendo la realidad amplia e hipócritamente comprobada y aceptada del vínculo de las fuerzas armadas y policiales reaccionarias con el narcotráfico, de cómo estas mismas instituciones cancerberas y guardianas del viejo Estado se constituyen en una mafia respaldada y consolidada para reprimir con mayor vileza y ferocidad a la clase.


Esto también conlleva a que determinado sector de la población busque justicia por sus propias manos siendo utilizado por medios reaccionarios. Ante estas “iniciativas” mediáticas y manipuladoras, sólo podemos afirmar y llamar a que se tenga claro de que sólo con guerra popular se aplastará toda esta podre y miseria de este descompuesto viejo Estado.
La justicia popular sólo se logrará con el “mar armado de masas” que molerán sin misericordia al viejo Estado burgués, dirigidas por el heroico combatiente: el Partido Comunista del Perú.

El acontecimiento de las elecciones, que ahora impulsa el viejo Estado es, reiteramos una necesidad urgente. El genocida Humala, según las encuestas (Caretas, 2415, 10/12/2015) está “alrededor de 15% de popularidad… Nadine Heredia, ya va por 8%” y este calcinado gobierno sigue en caída libre, se desmorona definitivamente.

De allí la necesidad de avivar el juego del despiste y de engañifa en que consisten las elecciones y que le permite oxigenarse a esta “democracia” burguesa, frenar su hundimiento (un absurdo absoluto) y así seguir aferrándose mínimamente al Poder, por ahora. La burguesía precisa de forma apremiante recambiar el gobierno que sirva a este viejo Estado. No está demás reiterar lo que Marx destacó: “A los oprimidos se les autoriza para decidir una vez cada varios años ¡qué miembros de la clase opresora han de representarlo y aplastarlos en el Parlamento!”. La evolución de las diferentes “protagonistas” y “advenedizos” ha ido articulándose en el transcurso del año. Todos están cumpliendo su papel.

El revisionismo se ha aglutinado alrededor de la iglesia, de los “defensores” de derechos humanos, de los “ecologistas”, como ocurrió en los 80, para sustentar a las elecciones; mientras que los de la LOD se han ido coludiendo incluso con los etnocaceristas que no es sino el embrión de un partido fascista, a eso les sirve la impostura de su Frente de Unidad y Defensa del Pueblo, con el que quieren confundir a las masas. La desesperación de estos miserables, traidores, viles y felones, es de tal magnitud, que se han creído todas los caramelos que les ha cicateado el gobierno (roñosos puestos en municipios, labores ruines en sindicatos, subvenciones menesterosas para sus patéticas ONGs o asociaciones…); pero éste les ha dejado claro que los utilizará sin garantizarles nada, sino solo cuando los necesite, obviamente esto ocurrirá solo para frenar la guerra popular. Por otro lado los candidatos no pasan de ser los mismos testaferros y corruptos de siempre. ¿Quiénes son sino Alan García, la Fujimori, el Kuczynski, Toledo, el Ántero, Barnechea, Yehude Simon, etc., etc.? Los mismos que, aparte de beneficiarse de las depravaciones de su anterior connivencia con el viejo Estado, ofertan fraudulentas promesas que ya de por sí saben que incumplirán de antemano. La misma presencia de estos candidatos es otra demostración de lo difícil que es (cada vez más) para el viejo Estado el hecho de conseguir recambio para cubrir la vacante del gobierno que le garantice su supervivencia, su “legitimación”. Esta “legitimación”, tal y como ya lo viera meridana y magistralmente claro el presidente Gonzalo, es un objetivo político de su guerra contrasubversiva: “…la llamada ‘legitimación’ como un objetivo político de la guerra contrasubversiva, en su forma conocida como ‘guerra de baja intensidad’, en tanto busca gobiernos salidos de elecciones como medio de ‘darles legitimidad’ y ‘autoridad’ reconocida por el pueblo; aparte, según dicen, de que ‘sirva a satisfacer las necesidades del pueblo’. Así las elecciones son, pues, un instrumento de la guerra contrarrevolucionaria.” (“¡Elecciones, no! ¡Guerra popular, sí!”, PCP, Comité Central, 1990). Esto nos lleva a su tercera tarea incumplida. Aniquilar la guerra popular En febrero de este año saltó a la luz el acuerdo entre el imperialismo yanqui y el gobierno peruano de incrementar sus fuerzas de intervención en el país. La noticia era que “El Comando Sur y el presidente Humala acordaron la llegada de un contingente de 3.200 marines a la selva amazónica para asesorar a las Fuerzas Armadas en la lucha narco-subversiva”.

 Algunos medios argumentaban que eso no era sólo para Perú, sino que el Comando Sur requería desplegar todas sus fuerzas en América del Sur como parte de un plan dentro de la pugna económica, política y militar con las otras potencias. Sin embargo ya para septiembre de este año las cosas estaban bastante claras: “… el Congreso de la República autorizó el ingreso de tropas de los Estados Unidos al territorio nacional, mediante la Resolución Legislativa 30302, aprobada el pasado 29 de enero. La operación cuenta con la aprobación del Congreso norteamericano. Según declaraciones oficiales, el ingreso de estas tropas serviría para mejorar en la lucha conjunta con los soldados de la Marina peruana, contra los insurgentes y narcotraficantes. Las fuerzas del ejército del Perú se enfrentan regularmente con el grupo guerrillero Sendero Luminoso en la zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), y Perú ha manifestado que requiere de al menos 2.500 efectivos para redoblar la presencia de tropas, en las zonas menos accesibles. Las mencionadas tropas norteamericanas se encuentran arribando al Perú en tres etapas: el primer contingente, compuesto por 58 soldados, arribó a territorio peruano el pasado 1 de febrero. Dicho contingente permanecerá en el Perú un periodo de un año. El segundo contingente, formado por 67 soldados, ingresó al país el pasado 15 de febrero y según recoge el documento que lo autoriza, estarán por espacio de un mes y medio con fines de ‘entrenamiento’. El tercer y último contingente desembarcará en los primeros días de setiembre de este año. Dicho contingente … está conformado por nada menos que un total 3.600 soldados norteamericanos, y de acuerdo con la solicitud efectuada, ingresaría en calidad de ‘visita’ por un espacio de 6 días.” (Resumen Latinoamericano, 2/09/2015)

Si ya la guerra popular había sido “vencida” desde el gobierno de Fujimori y “rematada” en los sucesivos gobiernos, la pregunta cae redonda ¿para qué esta necesidad de la invasión yanqui con sus tropas y toda su parafernalia militar? Porque la guerra popular no ha cesado ni un minuto. Porque ésta obviamente constituye un peligro para sustentar a sus títeres en el gobierno peruano. Y porque, a pesar de la “guerra de baja intensidad” que ellos mismos planificaron y mantuvieron en colaboración directa con las fuerzas armadas reaccionarias nacionales, el PCP se mantiene inalterable en dirigirla triunfalmente, pese a quien le pese.

A pesar del surgimiento de la LOI, que no es sino revisionismo armado que se busca vender al viejo Estado o al mejor postor como buenos mafiosos y mercenarios que son; o como la LOD que ladina, rastreramente y criminalmente (su papel de delatores y soplones contra los mejores hijos del pueblo jamás será olvidada) reptan y se envilecen tras las migajas que les arroja o les desperdiga con usura el viejo Estado. A pesar del incremento bestial en infraestructura bélica (el presupuesto de Defensa de Perú para 2016 aumentará en más de 140 millones de dólares. Infodefensa.com, 02/09/2015.), de todo el refuerzo de suministros militares y, en síntesis, de la militarización de regiones del Perú, que no es sino fascistización en toda regla.

 El Partido ha permanecido fiel a la Base de Unidad Partidaria, en dura brega para salir del recodo y estableciendo como vórtice de la lucha de dos líneas a su Comité Central. Se han aplastado en los distintos aparatos las desviaciones y ha triunfado la línea roja, que ha salido cada vez más afilada, fulgurante y armada. No se ha dejado sacar cabeza a los oportunismos de “izquierda” que sólo veía acciones armadas sin tener en cuenta la politización, la movilización de las masas, se ha combatido a aquellos que no consideraban esto como parte fundamental en el avance y en el desarrollo del Partido, se ha aplastado a aquellos que sólo aplaudían acciones armadas sin tener en cuenta que para conquistar el Poder en todo el país se requiere la construcción de nuevo Poder para continuar las acciones, y esto no se logrará si el partido no está en lo profundo de las masas, si el partido no está al abrigo de las masas, emboscado y apertrechado en ellas, con ellas. Por eso el PCP avanza inexorablemente, manteniendo el rumbo, refrendando en sí mismo el cumplimiento de los tres principios de un auténtico partido que dirige guerra popular: 1) el mando nunca muere, 2) la bandera roja de la guerra popular una vez izada, jamás será arriada y 3) sólo con guerra popular se llegará hasta el dorado comunismo.

El partido tiene claro y presente que: “Sin Partido las masas ni siquiera podrán pertrecharse de un plan y es indispensable que el Partido dirija con un buen plan; sabemos que un plan es una ideología, y el plan del Partido es marxistaleninista-maoísta, pensamiento gonzalo. Hecho el plan, el Partido debe mover aparatos orgánicos diversos porque una política no se puede plasmar sin una forma orgánica que la concrete, sean aparatos partidarios, sea ejército, sean organismos generados, sean órganos de Poder u organismos creados por las masas hondas y profundas. Y. que las masas plasmen esa gran movilización ideológica de enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo como verdad universal y el pensamiento gonzalo como específicamente principal para nosotros en cuanto aplicación creadora a nuestra realidad; y, que las acciones armadas remachen esas ideas. [...] Así, sólo el Partido Comunista puede manejar ese gran proceso de agitación y propaganda masivas. El Presidente Mao nos enseñó: ‘Mientras haya masas y Partido toda clase de milagros serán hechos’.” (“Sobre Campaña de Rectificación con ‘¡Elecciones, No! ¡Guerra Popular, Si!’”, PCP, Comité Central, 1991)


 relacionado del mismo informe sol rojo  número 43

 Análisis de la situación política del Kurdistán por Sendero Luminoso para que lo lea el Estado Islámico (el PKK / PYD es un aliado del imperialismo yanqui y asesorado por Israel y la CIA) de igual manera el PYD/YPG y el FSA (Ejército Libre de Siria),// encontrado en Sol rojo. org

http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2016/01/analisis-de-la-situacion-politica-del.html

miércoles, 20 de enero de 2016






1 comentario:

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