El
tercer mayor de los bancos italianos ha perdido un 86 % de su capitalización bursátil
y su deuda morosa e impagable asciende a más que todo su capital, y los
ahorristas tiemblan a que los otros bancos italianos estén igual
El
dilema de los bancos italianos
http://lat.wsj.com/articles/SB10304232901487524531204581542661157248544?tesla=y
El banco
Intersa Sanpaolo PHOTO: REUTERS
Por PAUL J. DAVIES
jueves,
18 de febrero de 2016
0:05 EDT
Existe un
viejo dicho: si no puedes devolverle al banco US$1.000, tienes un problema, pero si no puedes devolverle US$1 millón,
quien tiene el problema es el banco.
En
Italia, todo el mundo tiene un problema.
Lo
importante no es que todos los bancos tienen créditos morosos: los tienen, pero
éstos al menos han dejado de aumentar. Lo importante es que en última
instancia, podría ocurrir que los créditos morosos de
los bancos más débiles tengan que ser pagados por los demás.
Esto
preocupa incluso a bancos como Intesa Sanpaolo o
Mediobanca, que cuentan con sólidos ratios de capital y una morosidad en
franca mejoría o ya baja. El que preocupa en este sentido es el banco más
antiguo del mundo y el tercero más grande Italia por activos: Monte dei Paschi di Siena.
Las
acciones de los bancos italianos, que se han desplomado este año, suben el lunes en línea con el
rebote de los mercados. Pero los temores subyacentes no han desaparecido.
Recordemos
la liquidación de cuatro pequeñas cajas de ahorros italianas en noviembre.
Fueron fusionadas y recapitalizadas y se creó un banco malo con 8.500 millones de euros en préstamos morosos que se
valoraron en tan sólo 1.500 millones de euros; una reducción de valor de más
del 80%.
No se
utilizó dinero público para solventar este problema: otros bancos tuvieron que
hacer contribuciones especiales a un fondo de liquidación, al tiempo que se
expulsaba a los bonistas y accionistas existentes hasta el momento. Las
contribuciones especiales costaron a Intesa casi 380
millones de euros, a UniCredit casi 280 millones de euros y a Banco Popolare
114 millones de euros.
Y había otro
problema: los ahorradores ordinarios italianos tienen
muchos bonos bancarios, en algunas ocasiones bonos junior de bastante riesgo, y
muchos perdieron grandes cantidades de dinero. Eso provocó indignación y
en diciembre el gobierno comenzó a crear un fondo de compensación adicional de
100 millones de euros que una vez más tendrán que pagar los otros bancos.
Monte
dei Paschi ha estado
teniendo muchos problemas; busca vender más de 5.500
millones de euros en créditos impagados para 2018 y su ratio de capital
del 11,7% no está mal. Pero los créditos totales
morosos siguen siendo más de una tercera parte del total de préstamos en
cartera, con un valor nominal de 46.900 millones de euros.
Ha asumido
pérdidas equivalentes a casi la mitad de su valor, pero para vender estos
créditos tendrá que asumir aún más. La agencia de calificación crediticia
Moody’s considera que el precio de venta de los créditos fallidos italianos es
de cerca del 25% al 30% del valor nominal, incluso con la ayuda del nuevo
esquema de garantía del Estado.
A Monte dei
Paschi, rebajar el valor de sus préstamos morosos a ese
nivel le costaría hasta 12.500 millones de euros, una cantidad superior a su
capital ordinario Tier 1. Y por eso las acciones
cotizan a tan sólo el 14% del valor en libros futuro.
El banco
necesita una solución y rápido, dado el nivel de nerviosismo
en torno a todos los bancos europeos y los italianos en especial. El
banco dio a conocer una financiación estable en sus resultados anuales y otros
rivales han dicho que los depósitos no se están trasladando de las entidades
más débiles a las más solventes.
Un socio de
fusión fuerte ayudaría: algunos creen que UniCredit
podría llegar a un acuerdo que incluya una ampliación de capital, pero aún se
considera a UBI Banca el socio más probable, especialmente ahora que parece que
Banco Popolare di Milano va a fusionarse con Banco Popolare.
No obstante,
no es probable que ningún socio se haga
cargo del banco a menos que primero se saneen más créditos impagados.
Los bancos
italianos necesitan reforma y consolidación, lo cual se está haciendo
lentamente. Pero Monte dei Paschi, al ser el foco de los temores del mercado,
es el problema más acuciante. Si no se halla una solución para él, todos los bancos italianos lo pagarán caro.
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