El
devaluado peso argentino convirtió a Argentina en el más competitivo de los
exportadores de Trigo, junto a Rusia y su devaluado rublo, y el transporte fue
lubricado con el bajo precio del petróleo, en cambio dólar caro está arruinando a los exportadores
norteamericanos .
Argentina,
Rusia, el dólar y el petróleo desbaratan el mercado global del trigo
http://lat.wsj.com/articles/SB11367896514743233719004581527292460708476?tesla=y
Una
plantación de trigo en Rusia, que este año pasaría a ser el mayor exportador
del grano del mundo. PHOTO: ILYA NAYMUSHIN/REUTERS
Por Georgi Kantchev y Ed Ballard
Lunes,
8 de febrero de 2016
0:04 EDT
El mapa del
comercio mundial de trigo está siendo rediseñado por personas como Greg Harvey.
Por años,
este productor de harina que opera desde Singapur
alimentó con trigo australiano los molinos que gestiona en el sudeste
asiático. En diciembre, se pasó a un nuevo proveedor: Argentina.
El cambio se
produce conforme las cosechas récord, el dólar fuerte y el petróleo barato se
combinan para sacudir un mercado de miles de millones
de dólares. Los abultados silos están llevando a los productores a
buscar nuevos mercados, mientras el petróleo barato está derrumbando los costos
de transporte marítimo.
El
fortalecimiento del dólar, por último, está socavando a los agricultores de
Estados Unidos, el segundo mayor exportador mundial de trigo —una materia prima
denominada en dólares— después de Canadá, y tornando más competitivo el trigo
de un conjunto de países, de Rusia a Argentina.
Mientras
tanto, Francia está vendiendo su grano a
Indonesia, y Rusia a Nigeria. El jueves, un inusual
cargamento de trigo argentino llegó al puerto de Wilmington, Carolina del Norte.
Anualmente, EE.UU. importa alrededor de cuatro millones de toneladas de un
consumo total de 30 millones de toneladas de trigo, según el Departamento de
Agricultura de ese país (USDA, por sus siglas en inglés).
Con las
cifras de la cosecha de este año, se prevé que Rusia se
convierta en el mayor exportador de trigo y que las ventas de EE.UU. caigan a
21,8 millones de toneladas, su mínimo de 44 años, de acuerdo con el
USDA. Según las mismas proyecciones, las exportaciones de Canadá también
caerán, de 24,1 millones de toneladas el año pasado a 20,5 millones. Las exportaciones rusas, por el contrario, aumentarían 3%,
a 23,5 millones de toneladas.
“Hay una gran cantidad
de trigo y, en última instancia, lo que importa es el precio”, dice Harvey, presidente ejecutivo de
Interflour Grupo Pte.
ENLARGE
En
diciembre, el precio de los futuros de trigo comercializados en Chicago cayó a
mínimos de cinco años. El viernes, el trigo para
entrega en marzo perdió 6 centavos, o 1,3%, a US$4,6675 el bushel en la Chicago Board of
Trade, 3,2% por encima del valor registrado el 2 de diciembre.
A medida que
el precio del trigo cae, el fortalecimiento del dólar
—que a finales de enero alcanzó su nivel más alto
frente a otras monedas en más de 13 años, según el WSJ Dollar Index— está encareciendo el trigo de EE.UU.
para los compradores que utilizan otras divisas.
“A menos que las
monedas de los mercados emergentes dejen de caer, EE.UU. va a perder más cuota
de mercado de exportación y comenzará a ver más una mayor entrada de productos
extranjeros”,
dice Michael McDougall, director de productos agrícolas de Société Générale SA
en Nueva York.
Los
consumidores parecen estar beneficiándose del trigo más barato, que se utiliza
para pan, pasta y pienso para animales. La Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló el jueves que el exceso de
granos y la mayor competencia ayudaron a hacer caer los precios de los
alimentos en enero a mínimos de cerca de siete años.
En la
campaña agrícola 2015-2016, las reservas mundiales de
trigo llegaron a 213 millones de toneladas, su nivel más alto desde
1960, según el Consejo Internacional de Cereales. Gracias a las perspectivas
favorables de la cosecha para la temporada 2016-2017, agregó el organismo, se
espera que los inventarios caigan sólo ligeramente, al segundo mayor nivel de
la historia.
El rediseño de las rutas comerciales fue lubricado por una caída
de 20 meses en los precios del crudo, principal factor de la reducción
de costos del flete. El Baltic Dry Index, que
mide el precio de trasladar materias primas por mar, alcanzó el jueves su nivel
más bajo desde que se llevan estos registros. El mes pasado, los operadores ofrecieron embarques de trigo de Francia a Egipto
por US$7,59 la tonelada; un año antes, ese flete costaba US$13,75.
Los cambios
en el mercado se producen luego de una racha de años de altos precios, cuando
la demanda de China y otras economías emergentes aumentaba rápidamente. Sin
embargo, al igual que con otras materias primas, desde el petróleo al cobre, la sobreoferta ha empujado los precios del trigo a la baja y
ha desatado una batalla por cuota de mercado.
El
equilibrio podría volver a cambiar si se produjeran cosechas catastróficas, una
caída del dólar o un repunte del precio del petróleo. No obstante, pocos prevén
que esto ocurra en el corto plazo.
Rusia
presiona para ocupar el lugar de EE.UU. en el negocio del trigo. A mediados de enero, el rublo cayó a
su valor más bajo de la historia frente al dólar. Con el abaratamiento de su
cosecha en términos de dólares, el trigo ruso está llegando a lugares donde no
había estado en muchos años, o a los que nunca había llegado, y está aumentando
su participación en mercados establecidos, como Egipto.
Este avance incluye mercados tradicionalmente dominados por EE.UU., que el año
pasado fue superado por Canadá como el mayor exportador de trigo.
“Esta temporada estamos
vendiendo más a destinos lejanos como Nigeria
(...) y también hemos vendido algo de trigo a México”, dice Andrey
Sizov, director gerente de la consultora agrícola
rusa SovEcon.
México, en
general deficitario en granos, registra importaciones de trigo que oscilan en
torno de los 4,5 millones de toneladas anuales, según el USDA. Brasil, otro país
que consume más trigo de lo que produce, importa el grano en volúmenes que
varían, por ejemplo, entre los 7 millones de toneladas
del año agrícola 2013-2014 a los casi 5,9 millones de 2014-2015.
El auge del
trigo ruso, por ejemplo, perjudica a los agricultores estadounidenses,
contribuyendo a la caída de 38% en los
ingresos del sector el año pasado, según el USDA.
EE.UU.
también enfrenta una renovada competencia de Argentina. En diciembre pasado, el
nuevo presidente del país sudamericano, Mauricio Macri,
levantó los controles de capital y dejó que el peso
perdiera casi un tercio de su valor frente al dólar en un día. También
eliminó el impuesto de exportación de 23% que pesaba sobre el trigo.
Otros
productores occidentales se han visto también muy afectados por estos cambios.
En la
cosecha pasada, Francia suministró 40% del trigo que
compró Egipto, el mayor importador mundial del grano. En la actual
temporada, que va de julio a junio, Francia tuvo que esperar hasta noviembre
para vender su primer cargamento a Egipto, una operación facilitada por la
depreciación del euro. No obstante, las esperanzas que tenían los exportadores
franceses de recuperar su posición en Egipto se desvanecieron en diciembre,
cuando las medidas tomadas por Macri dieron lugar a una oleada de granos argentinos en el mercado
mundial.
“Francia debería haber
ganado, pero ahora Argentina estaba allí, US$5 más barato”, dice Gabriel Omnes, analista de la
consultora francesa Stratégie Grains.
Fue en esa
época que Harvey, de Interflour, ordenó un cargamento de Argentina. Fue la
primera vez que lo hizo desde 2009. “Todo el tiempo estamos buscando nuevos
proveedores (...) y ahora tenemos tantos entre quienes elegir”, dice el
operador.
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