Editorial
del diario El País sostiene que la recesión mundial no comenzará con China sino
con la banca europea que está muy pero muy mal, completamente insolvente y que sus cifras son puro maquillaje contable
Dudas
sobre la banca europea
http://elpais.com/elpais/2016/02/15/opinion/1455560445_839433.html
La amenaza
de recesión resucita la inquietud sobre la solvencia financiera
16
FEB 2016 - 00:00 CET
La extrema
volatilidad de las bolsas ha dado un giro preocupante en los últimos días
cuando los mercados han señalado con dedo acusador a la
banca europea como fuente de inestabilidad
financiera.
Ya
no se trata sólo de la crisis china, ni del hundimiento del petróleo ni
siquiera de la escalada de tipos de interés de la Reserva Federal (a la
vista de la inestabilidad mundial, es probable que Margaret Yellen se lo piense
dos veces antes de seguir con su plan de normalización monetaria), sino de que
todos estos factores se proyectan sobre lo que se considera uno de los
eslabones más débiles de la cadena: la banca europea.
Las bolsas
han hecho caer estrepitosamente los valores bancarios, en especial los bancos italianos, el Deutsche Bank y la Société Générale
francesa.
La situación
del Deutsche Bank es extremadamente penosa, no sólo por la cuantía de sus pérdidas
(6.700 millones el año pasado) sino porque los inversores detectan que buena parte de su negocio es irrecuperable
a corto plazo y que en demasiadas ocasiones ha recurrido al maquillaje contable.
Las dudas se
extienden como una mancha de aceite a otras entidades
europeas, Al final, los costosos exámenes a la banca (stress test)
pensados para dejar atrás la crisis bancaria no han servido para su propósito.
Es secundario que buena parte de la banca europea (como la española) esté
consolidada; la incertidumbre general no
distingue casos particulares.
En un
espacio monetario común, las dudas sobre la solvencia de entidades bancarias
importantes compromete a todo el sistema monetario del área. Pero,
además, resulta que existe un pánico
larvado entre los inversores a una nueva recesión; y los bancos constituyen la primera línea de choque frente
a una hipotética desaceleración.
Los efectos
de un repunte persistente de la morosidad,
causado por la contracción
del PIB europeo, serían devastadores para una banca que acaba de
consolidar su capitalización y que, además, tiene márgenes en caída persistente
incluso antes de 2008.
Es
tarde para nuevos test;
los mercados los aceptan con reticencia y no inmunizan contra la incertidumbre.
La línea de conducta aceptable es que los bancos centrales entren a fondo en el
examen de la solvencia de todas las entidades que están en el núcleo de este
maelstrom bancario. La estrecha conexión de la banca con la economía real
obliga además a actuar sobre el crecimiento y el empleo. Si no hay expectativas
de aumento de la demanda en Europa, las terapias financieras serán soluciones
de muy corto recorrido.
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