China
debe estar creciendo a solo 4% o 5% , las estadísticas
están distorsionadas.
Estadísticas
chinas, una caja negra para los economistas
http://lat.wsj.com/articles/SB10481720268351644036504581303862098635614?tesla=y
Una fábrica
de ropa en Huaibei, provincia de Anhui. PHOTO: ZHENGYI XIE/ZUMA PRESS
Por MARK MAGNIER
Martes,
20 de Octubre de 2015
0:05 EDT
BEIJING—Apenas minutos después de que China
anunció los datos sobre el crecimiento
de su economía en el tercer trimestre —que superó las previsiones—, una ola
de escepticismo emanó de los economistas sobre la credibilidad de las cifras
oficiales de expansión de 6,9%.
Las dudas se
centran, al menos parcialmente, en la aparente incongruencia
entre la cifra de crecimiento y los datos que deberían sustentarla.
Las exportaciones y las importaciones
cayeron en el tercer trimestre, y
la producción
industrial fue más débil de lo previsto.
Las fábricas han enfrentado 43 meses
consecutivos de disminución de precios y, a pesar de las inversiones del
gobierno en infraestructura,
la inversión en activos fijos se
desaceleró en septiembre.
Las ventas
minoristas y los servicios han tenido un desempeño aceptable, y las cifras de
créditos en septiembre sugieren un repunte de la demanda, pero estos factores
no son suficientes para contrarrestar el cúmulo de
cifras negativas, dicen los economistas. “Cuando se ven todos los
números, no es fácil ver cómo el crecimiento del Producto Interno Bruto fue tan
robusto”, dice Klaus Baader, economista de Société
Générale CIB.
Las débiles
cifras de la economía china previas a la divulgación del PIB habían reforzado la
impresión de que el país tendría serios problemas para alcanzar la meta de
crecimiento anual de 7%, que de por sí sería la expansión más moderada de los
últimos 25 años.
Los
economistas recalcan que la segunda economía del mundo dista de colapsar, aunque
un puñado cree que el crecimiento es uno o dos puntos porcentuales más bajo que
lo que dice el gobierno.
Desde hace
tiempo, las estadísticas oficiales de crecimiento han generado escepticismo.
Aunque la metodología ha mejorado de manera exponencial desde los años de la
campaña del Gran Salto Adelante de 1958 a 1961, cuando
se inflaron las cifras de producción para complacer a Mao Zedong, muchos acusan
al gobierno de concentrarse demasiado en alcanzar la meta de crecimiento,
aunque las condiciones de la economía cambien.
ENLARGE
El banco
central, el Ministerio de Finanzas y la agencia oficial de estadísticas no
comentaron al respecto de inmediato. La Comisión Nacional de Desarrollo y
Reforma, la principal entidad de planificación del gobierno, restó importancia
a las críticas generadas por un crecimiento superior a 7% en el primer
semestre, las que calificó de “demasiado arbitrarias”. El banco central indicó
a principios de octubre que el país adoptaría un sistema estadístico más
riguroso del Fondo Monetario Internacional con el fin de “seguir mejorando la
transparencia, la credibilidad y la equivalencia de China”.
Un cable de
un diplomático estadounidense filtrado en 2010 dijo que Li Keqiang, el actual primer ministro de China, entonces secretario
del Partido Comunista en la provincia de Liaoning, había señalado que las cifras de crecimiento eran fabricadas y que una
mejor forma de evaluar la expansión podría ser
monitorear
los volúmenes de carga en ferrocarriles,
el
consumo de electricidad y
los créditos de los bancos.
Sus
comentarios desataron una incipiente industria de indicadores alternativos de
crecimiento, la mayoría de los cuales concluye que la
expansión real de la economía se sitúa entre 4% y 5% anual.
La
producción de electricidad, por ejemplo, cayó 1,3% interanual en el tercer
trimestre y los volúmenes de carga marítimos crecieron 1,4% en igual período.
También hay
signos de que la desaceleración está impactando los resultados de las empresas.
La corredora de acero Sinosteel Co. estuvo muy
cerca la semana pasada de ser la primera firma estatal en entrar en cesación de
pagos en el mercado de bonos, antes de que un rescate de última hora le
concediera un mes para hacer un pago de 2.000 millones de yuanes (US$315
millones). La calificadora de riesgo Standard & Poor’s Ratings Services
anunció el lunes que la aparente intervención del gobierno genera interrogantes
acerca del presunto compromiso de las autoridades de permitir que el mercado
juegue un papel más preponderante en la economía.
La consultora
Capital Economics, que estima que China se expande a una tasa de casi 4,5% al año, indicó que antes de 2012 el riesgo de que
el PIB creciera menos que la meta era muy bajo. Ahora, la desaceleración de la
economía ejerce mayor presión política sobre los encargados de estadísticas
para que las cifras coincidan, según Capital Economics.
Los sistemas
estadísticos de cualquier país tienen sus falencias y producen errores, pero en
el caso chino tienden a ir en una sola dirección, de acuerdo con Capital
Economics. “En China, a menudo generan una exageración del crecimiento”, señaló
la firma. “En la actualidad, cuesta encontrar a alguien que crea que las cifras
del PIB de China puedan ser tomadas por su valor aparente”.
Una señal de
alerta para los economistas es la falta de grandes fluctuaciones en las tasas
de crecimiento chino de un trimestre al otro. Cuando a los datos de crecimiento
chino se le aplica la Ley de Benford —un método
de análisis digital para detectar anomalías en un conjunto de estadísticas—,
surgen claros indicios de atenuación, dice Huw McKay, economista de Westpac.
Los estudiosos aplicaron el mismo método a los datos de Grecia en 2011, lo que
apoyó una investigación previa de la Comisión Europea que encontró escandalosas
alteraciones de los datos.
Mientras las
tasas de crecimiento nominal de China, las que no toman en cuenta la inflación,
tienden a ser confiables, las tasas de crecimiento real pueden ser más
problemáticas, en parte debido al uso de deflactores —herramientas para ajustar
la medición del crecimiento a las variaciones de precios—, dicen los
economistas. Westpac ha definido las estimaciones de crecimiento de China como
“elásticas” debido a que contemplan deflactores que a menudo divergen
drásticamente de los datos oficiales de inflación.
China también tiene antecedentes de
descontinuar estadísticas sin explicación, lo que socava la consistencia y la transparencia,
dicen los economistas. Durante una década, el gobierno dejó de difundir el
Coeficiente de Gini, un indicador de desigualdad de los ingresos en una
sociedad, cuando la brecha entre ricos y pobres pareció ampliarse, y luego
reanudó su publicación en 2012, sin dar explicaciones. Muchas estadísticas
medioambientales, como las que miden la “pérdida económica” producida por la
contaminación, fueron publicadas hasta 2010, luego descontinuadas cuando la
clase media adquirió mayor conciencia sobre el impacto del crecimiento
desenfrenado en el medio ambiente, según los economistas.
Detrás del
enfoque chino sobre las estadísticas están los remanentes de la planificación
centralizada que es parte del ADN del Partido Comunista de China, además de un
deseo de proyectar confianza, señalan los economistas.
El
crecimiento de 7% interanual en el segundo trimestre, divulgado tras el
desplome del mercado bursátil, podría haber alentado a los consumidores a abrir
sus billeteras y a las empresas a seguir invirtiendo, dice McKay, el economista
de Westpac. “Eso puede hacer que el liderazgo gane tiempo”, señala.
Los
analistas advierten que las estadísticas
imprecisas les pueden ofrecer a los líderes del país información deficiente y
las metas infladas impulsan políticas de estímulo que perjudican la capacidad
de la economía para reducir los niveles de endeudamiento y los excesos de
capacidad de producción.
Los
economistas indican que China sigue desarrollando y mejorando sus métodos
estadísticos y está inmersa en una complicada transición hacia un crecimiento
liderado por los servicios y el consumo, ambos más difíciles de medir que las
manufacturas y la inversión estatal.
Muchos
analistas prevén que China cumpla la meta de crecimiento de 7% en 2015, aunque
los fundamentos de la economía no luzcan tan robustos.
“El conejo
va a salir del sombrero con un collar de 7%”, vaticina Frederic Neumann,
economista de HSBC. “No me cabe la menor duda sobre la capacidad de China de
reportar la cifra que estimen apropiada”.
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