¡A
temblar! Destapes de PDVSA (petrolera estatal venezolana) hace palidecer los sobornos
de Petrobras. EEUU tiene cientos de kilos de documentos en blanco y negro en sobornos,
coimas, etc., etc. como para intimidar a
medio mundo y que acepten las clausulas
del TPP (como Perú, México y Chile) sin dudas ni murmuraciones.
de izquierda a derecha los expresidentes peruanos Ingeniero Alberto Fujimori; economista Alejandro Toledo, Dr Alan Garcia, esposa del actual presidente peruano Nadine Heredia
Nota del autor del blog: así como el
argumento de EEUU para encarcelar a la plana mayor de la FIFA fue, que como las
coimas eran con su moneda (el dólar) ellos tenían la potestad de encarcelarlos, no sé si tendrá conexión con el gobierno peruano
que se rumorea a voces que recibió millones de dólares de supuestos empresarios
venezolanos, dinero para la campaña presidencial del 2006 en las cuentas
bancarias de la esposa del presidente actual pero que se resiste a que la
investiguen por lavado de activos .
Es por eso que EEUU prohibió las visas para
altos funcionarios de PDVSA y no podían a llegar allí y retirar su dinero
El
gigante PDVSA y su ex jefe, bajo investigación en EE.UU.
http://lat.wsj.com/articles/SB11146744175770574372804581307973093353768?tesla=y
Rafael
Ramírez, en una foto de 2006 en Doha, Qatar. PHOTO: ARIM JAAFAR/AFP/GETTY IMAGES
Por
José de Córdoba y
Juan
Forero
Jueves,
22 de Octubre de 2015
0:04 EDT
NUEVA
YORK—Los directores de
una de las empresas constructoras más importantes de España estaban encantados
de haber conseguido una cita con Rafael Ramírez,
presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), para hablar de sus planes
para presentarse a la licitación de un proyecto de energía eléctrica de US$ 1.500 millones de la petrolera estatal venezolana.
Pero cuando
llegaron a la suite presidencial del JW Marriott Hotel
en Caracas, quien los recibió no fue Ramírez sino su primo, Diego Salazar, dijeron dos personas que participaron
en esa reunión de 2006. Salazar, dicen estas fuentes, fue directo al grano: si
querían entrar en carrera, los españoles tenían que
pagar por lo menos US$150 millones en sobornos. “Si no, deben regresar
al aeropuerto”, les dijo Salazar, según una persona.
Los
ejecutivos no aceptaron, pero muchos otros proveedores estaban dispuestos a
seguir el juego en varios proyectos de PDVSA, dicen personas que trabajaron con
la empresa antes de la salida de Ramírez, el año pasado.
Ahora, las
autoridades estadounidenses han puesto en marcha una serie de investigaciones
de amplio alcance sobre la posibilidad de que líderes venezolanos hayan usado PDVSA para
saquear miles de millones de dólares del país a través de sobornos y otros
ardides, dicen fuentes al tanto.
Las
investigaciones, realizadas por agencias federales en varias jurisdicciones de
Estados Unidos, también tratan de determinar si PDVSA y sus cuentas bancarias
en el extranjero fueron utilizadas para otros fines ilegales, incluidos el manejo de divisas en el mercado negro y el
lavado de dinero del narcotráfico, dicen estas personas.
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Ramírez, de
52 años y actual embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, no respondió
a llamadas telefónicas y a cuatro cartas detalladas que se le enviaron en busca
de comentarios. PDVSA, el Ministerio de Comunicación, la oficina del fiscal
general de Venezuela y la oficina del presidente Nicolás
Maduro tampoco contestaron repetidos e-mails y llamadas.
Salazar,
quien reparte su tiempo entre Nueva York, Miami, Caracas, París y Madrid, no
respondió a numerosos correos electrónicos, llamadas telefónicas y mensajes de
texto solicitando comentarios.
Los
funcionarios venezolanos han rechazado sistemáticamente las denuncias de
corrupción oficial como intentos de desestabilizar y derrocar al gobierno por
parte de figuras de la oposición aliadas con EE.UU. y otros “enemigos
extranjeros”.
Las
autoridades estadounidenses no han hecho ninguna acusación pública sobre PDVSA
y es posible que no se formalice ningún cargo.
A principios
de este mes, fiscales federales en Nueva York,
Washington, Missouri y Texas y agentes del Departamento de Seguridad Nacional,
la Administración de Control de Drogas (DEA), el
FBI y otras agencias se reunieron en persona o por teleconferencia en
Washington para coordinar acciones y compartir pruebas y testigos para las
diversas investigaciones sobre PDVSA, según tres personas con conocimiento del
asunto.
Economía
en problemas
Las
investigaciones tienen lugar en momentos en que la economía de Venezuela está
en camino de una contracción de 10% este año y una inflación
de 160%, según las más recientes estimaciones del Fondo Monetario
Internacional.
El país está
paralizado por el colapso de su moneda, una industria moribunda y la
incapacidad de pagar importaciones de medicinas y alimentos.
Ramírez, un
hombre de voz suave e hijo de un guerrillero marxista, se hizo cargo de PDVSA
en 2004. Durante su gestión, la empresa completó su transformación de una de
las compañías petroleras más eficientes del mundo a brazo de la revolución
socialista del fallecido presidente Hugo Chávez. Los petrodólares se usaron
para financiar viviendas, electrodomésticos y alimentos para los pobres, lo
cual le ganó al gobierno el apoyo de los votantes en las elecciones, pero privó
a la industria petrolera de los fondos necesarios para inversión y
mantenimiento. Los aviones de la compañía fueron utilizados para el transporte
de las familias de ministros y sus aliados, desde el presidente de Bolivia a
comandantes de la guerrilla colombiana.
El momento
emblemático de Ramírez fue un discurso que pronunció en 2006 ante trabajadores
petroleros en el que dijo que PDVSA era “roja, rojita”, por el color del
movimiento de Chávez. En su discurso, Ramírez proclamó que si el entonces
presidente perdía una elección que se avecinaba, él se iría a las montañas de
Venezuela, fusil en mano, para “liquidar a los enemigos de la revolución”.
Algunos de
los que lo conocen dicen que Ramírez también ha
acumulado una gran riqueza.
“Tiene su corazoncito
en la izquierda, pero mantiene su billetera asegurada en su extrema derecha”, dice un antiguo conocido cercano,
quien destaca la predilección de Ramírez por los mejores Château Pétrus, un
vino que cuesta miles de dólares por botella. “Tiene gustos muy exquisitos”.
Ramírez
también desconfiaba de los extraños, dicen personas que trabajaron
estrechamente con él, de manera que colocó a familiares en altos cargos. Su suegra, Hildegard Rondón, una ex jueza del Tribunal Supremo, era una destacada abogada del
Ministerio de Energía. Su cuñado, Baldo Sansó,
fue un asesor que manejó gran parte de los procesos de licitación
internacionales de la compañía petrolera. Y su esposa, Beatrice
Sansó, dirigió la rama cultural de PDVSA. “(Ramírez) manejó la empresa como un negocio
familiar”, dice una fuente cercana a la oficina del actual
presidente de PDVSA.
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En una breve
entrevista, Rondón dijo que fue nombrada en el cargo debido a su experiencia como
abogada. Baldo Sansó no respondió a e-mails y llamadas, y la esposa de Ramírez
no pudo ser contactada a través de un representante.
Según
personas al tanto, Salazar, de 47 años, era una figura clave en el mundo de
Ramírez. Al igual que su primo, también es hijo de un guerrillero marxista.
Cuando el padre de Salazar cayó en prisión, el padre de Ramírez se encargó del
joven Diego y de su familia. Cuando el encarcelado fue el padre de Ramírez, el
de Salazar se hizo cargo de su familia.
“Esa
relación los hizo como si fueran hermanos”, dice un ex alto funcionario del
gobierno venezolano que conoce tanto a Salazar como a Ramírez. Los dos hombres
crecieron pensando que Venezuela necesitaba un cambio profundo de su postura
pro-EE.UU., dice el funcionario.
Ambos vieron
su deseo realizado en 1998 con la elección como presidente de Chávez, un ex
comandante paracaidista convertido en político de izquierda. Ramírez, un ingeniero, fue nombrado al frente del Ministerio de Energía en 2002 y de PDVSA en 2004.
Salazar pronto se halló metido de lleno en los negocios de PDVSA, negociando
contratos con firmas de China y otros países. Personas cercanas a Salazar dicen
que disfrutaba de esa vida de jets privados y suntuosas comidas en compañía de
participantes de concursos de belleza. Era conocido por dirigir su propia
orquesta privada, con la que cantaba baladas románticas en conciertos a los que
asistían amigos y empleados, dicen estas personas. “Le gusta restregar el
dinero en las caras de la gente”, dice el ex alto funcionario del gobierno
venezolano que conoce a Salazar y Ramírez.
En las
congestionadas calles de Caracas, donde el tráfico a menudo avanza a paso de
tortuga, Salazar conduce un Ferrari, seguido por
una camioneta llena de guardaespaldas. Está tan obsesionado con los relojes
caros, dicen sus amigos, que a veces reparte Rolex
nuevos a los invitados a sus fiestas, después de haber molido primero
ceremonialmente los relojes viejos de aquellos en un mortero que tiene a mano
para este propósito.
En las
transcripciones de las conversaciones grabadas por la policía española, unos
conocidos de Salazar se refieren a él como “el Señor de los Relojes”.
En marzo, la Red Contra los
Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de EE.UU. (FinCEN,
por sus siglas en inglés) abrió una ventana poco común al movimiento de grandes
cantidades de dinero de PDVSA. La agencia emitió un documento en el que dice
que un banco de Andorra, el pequeño principado que se encuentra entre España y Francia, estaba
siendo presumiblemente utilizado por funcionarios
venezolanos corruptos y mafiosos rusos y chinos como centro de lavado de
dinero.
La FinCEN
dijo que ejecutivos de esa institución, Banca Privada
d’Andorra (BPA), ayudaron a lavar más de
US$4.000 millones de dólares de Venezuela, de los cuales cerca de US$2.000
millones fueron “desviados” de PDVSA. Como resultado del hallazgo de la
FinCEN, las autoridades andorranas y
españolas tomaron el control de BPA y de su filial española, Banco Madrid. Ramírez, Salazar y otros venezolanos que
hicieron negocios con PDVSA también están siendo investigados en España por
posible lavado de dinero, dijeron personas
al tanto.
A principios
de este mes, los accionistas controlantes de BPA, Ramon
e Higini Cierco, presentaron una demanda federal en Washington contra la
FinCEN, exigiendo que revierta su decisión. Un portavoz de los hermanos dijo
que ni las auditorías realizadas por empresas de contabilidad de primer nivel
ni las revisiones de las autoridades andorranas y españolas habían planteado
preocupaciones significativas. El vocero agregó que el banco notificó los
incidentes de presunto lavado de dinero a las autoridades antes del informe de
la FinCEN. “No había ninguna base jurídica o probatoria para justificar el
cierre del banco”, señaló.
En mayo, las
autoridades judiciales de Andorra enviaron una extensa documentación al
Departamento de Justicia de EE.UU. y a autoridades judiciales de Venezuela
solicitando su ayuda en la investigación. Las autoridades andorranas no
quisieron comentar al respecto.
Un documento
al que tuvo acceso The Wall Street Journal
esboza una serie de transacciones sospechosas y pide a las autoridades estadounidenses
información sobre dos docenas de personas y empresas,
entre ellas importantes banqueros venezolanos, antiguos
funcionarios de PDVSA, y las empresas conjuntas que la compañía tuvo con
petroleras extranjeras.
Documentos a
los que tuvo acceso The Wall Street Journal
muestran que Salazar recibió cientos de millones de
dólares en sus cuentas en Andorra de parte de compañías, muchas de ellas
empresas fantasmas domiciliadas en Panamá, Belice y las Islas Vírgenes Británicas.
“Este dinero
presumiblemente tiene un origen delictivo en casos de corrupción política”, dice uno de los informes de Andorra.
Ambos documentos enumeran también pagos
de millones de dólares —muchos de ellos supuestamente hechos por Salazar— a
ejecutivos de PDVSA y otros funcionarios venezolanos.
En una
oportunidad, Salazar presuntamente pagó a la policía venezolana un soborno de
US$80.000 para que ignoraran transacciones sospechosas, según muestran
transcripciones de escuchas telefónicas policiales españolas vistas por The
Wall Street Journal.
“Esto es un
cogeculo (venezolanismo por ‘despelote’)”, dijo riéndose un asociado de
Salazar, recordando ese episodio mientras hablaba con un banquero andorrano,
según la transcripción.
Los
documentos andorranos también citan transacciones que
involucran a compañías chinas. En un período de 10 meses hasta
septiembre de 2012, cinco petroleras y
constructoras chinas depositaron US$154 millones en cuentas que pertenecen a una empresa
fantasma panameña propiedad de Salazar,
dicen los investigadores.
Según los
documentos, los depósitos provenían de comisiones de
hasta 15% en los contratos que esas empresas chinas firmaron con la
compañía de Salazar. Según los documentos, esos pagos fueron hechos por “contratos
de asesoramiento” y no incluyen descripción de los servicios
proporcionados por la compañía de Salazar. Las empresas chinas no respondieron
a las solicitudes de comentarios.
La
moneda del juego
Los
funcionarios de PDVSA también obtuvieron enormes comisiones y ganancias fuera
de los libros jugando con el alambicado sistema
cambiario de Venezuela, dicen personas al tanto. La oportunidad fue
generada por la enorme brecha entre el precio del bolívar en el mercado negro,
que ronda 800 por dólar, y la tasa oficial de
6,3 bolívares por dólar, dicen estas personas.
Según los
documentos de Andorra, en marzo de 2012 Ramírez ordenó a PDVSA obtener una
línea de crédito en bolívares de una empresa que había contratado como
consultor a un conocido de Ramírez. El préstamo de 17.900 millones de bolívares
debía ser pagado en dólares, según el informe.
En ese
momento, la tasa de cambio oficial era de 4,3 bolívares por dólar, por lo que
el valor del préstamo ascendía a US$4.160 millones. Pero los bolívares se
conseguían en el mercado negro a 9,3 por dólar, lo que significa que el
prestamista podría teóricamente haberlos comprado por US$1.920 millones. Esto
representaría un beneficio potencial para la firma de más de US$2.000 millones.
Los
investigadores andorranos alegan que el préstamo no era para cubrir ninguna
necesidad de financiación sino que era un acuerdo “encubierto” de cambio de
divisas gracias al cual el allegado a Ramírez pudo obtener una comisión de al
menos US$70 millones.
La falta de
controles financieros adecuados hace difícil detectar o prevenir transacciones
fraudulentas, dicen funcionarios y ex funcionarios de PDVSA.
En
2005, Chávez creó fondos extrapresupuestarios que distribuyen miles de millones de petrodólares
generados por PDVSA en viviendas y proyectos
subvencionados para aliados de Venezuela, entre otras cosas.
Esos fondos no estaban sujetos a los controles del banco central. “No había
ninguna auditoría del manejo del dinero”, dijo en una entrevista Ramón
Espinasa, un economista jefe de PDVSA antes de la toma de control de Chávez.
El resultado
fue que hasta US$3.000 millones de los US$15.000
millones que PDVSA gastaba anualmente en contratar servicios y equipos eran
sobrecargos que volvían a los altos ejecutivos de la
empresa, funcionarios del gobierno y empresarios en forma de sobornos,
dijeron personas conocedoras de la presuntos delitos.
“Te puedo decir que había
un sistema generalizado de corrupción en la compañía”, dijo un ex ejecutivo de PDVSA. Los
investigadores en Nueva York “tienen todo,
contratos y memorandos y correos electrónicos”, dijo, separando
sus manos para mostrar que los investigadores tienen una pila de más de medio metro de documentos de la empresa.
Un ejecutivo
de la industria petrolera relató un episodio en el que ejecutivos de PDVSA
interesados en la compra de un buque con equipo sismográfico estaban dispuestos
a pagar más del doble del precio de US$125 millones
que pedía el vendedor europeo. El plan, dijo el ejecutivo, era compartir el botín.
“No se puede cobrar el
precio real”,
dice un ex alto funcionario del gobierno venezolano. “Usted tiene que pagar
comisiones, ya que si no paga las comisiones, no va a cobrar”.
Un ex
funcionario de una compañía asiática de servicios petroleros dice que en los
últimos años habitualmente pagaba cientos de dólares en efectivo o hizo regalos
como relojes sólo para conseguir reuniones con funcionarios de nivel medio de
PDVSA.
Las
licitaciones de PDVSA estaban generalmente arregladas, dice el ex funcionario
de la empresa asiática. En un tipo de estafa conocida en Venezuela como “la
tapa”, agrega esta persona, las firmas bien conectadas utilizan empresas fantasmas para hacer ofertas falsas, dando la
apariencia de imparcialidad, para cerrar así el paso a un competidor real.
Este tipo de
prácticas, así como la hostilidad de Venezuela hacia muchas multinacionales
occidentales, corrió de escena a la mayoría de las empresas de EE.UU. y a
muchas europeas, dejando hace años el terreno libre a empresas iraníes, rusas y chinas, dice el ex alto funcionario
venezolano.
La creciente
anarquía en Venezuela está ayudando a los fiscales a reclutar
ex altos ejecutivos de PDVSA, contratistas y banqueros como posibles
testigos, dicen personas al tanto de las investigaciones.
En Nueva
York, las autoridades están hablando con aproximadamente media docena de ex
altos funcionarios y tienen la esperanza de contar con la cooperación de
Ramírez, dicen fuentes al tanto de la investigación. Después de haber sido
depuesto como presidente de PDVSA y ministro de Energía el año pasado, Ramírez
está de malas con sus viejos camaradas.
Su
nombramiento este año ante la ONU fue visto como una degradación importante
para un hombre que había controlado la gallina de los huevos de oro de
Venezuela.
Al llegar a
Nueva York, Ramírez despidió al personal de la misión venezolana porque estaba
convencido, le dijo a otro embajador, que lo estaban espiando. Colegas
diplomáticos de la ONU dicen que Ramírez, en contraste con su imponente altura,
habla con voz baja, es muy reservado y que rara vez asiste a u organiza eventos
diplomáticos.
“Es un
hombre solitario que no habla con nadie”, dice un diplomático.
—Christopher Matthews,
Lisa
Schwartz y
Eduardo
Kaplan en Nueva York
y
Kejal Vyas en Caracas
contribuyeron a este artículo.
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