martes, 21 de octubre de 2014

El plan de Arabia Saudita contra el esquisto y las arenas bituminosas extraìdo del WSJ

El plan de Arabia Saudita contra el esquisto y las arenas bituminosas


http://lat.wsj.com/articles/SB11298764822961154139104580226890090380492?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB11298764822961154139104580226890090380492.html

Liam Denning


martes, 21 de octubre de 2014 0:02 EDT




El ministro de petróleo y recursos minerales de Arabia Saudita llega a una reunión de la OPEP en Viena el 11 de junio de 2014. Agence France-Presse/Getty Images

Oligarcas rusos, clérigos iraníes, magnates texanos: la lista de los supuestos blancos de Arabia Saudita parece el elenco de una película de James Bond. Las víctimas reales podría ser más ordinarias: agentes de bienes raíces de Calgary, Canadá.


Nota del autor del blog:  Calgary es la mayor ciudad del estado de Alberta donde están las arenas bituminosas donde por destilación se extrae petróleo y creo ser pensaba construir el oleoducto Kleistone pipeline.




El líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha asustado al mercado petrolero con su aparente indiferencia ante la caída de los precios, aparentemente priorizando su cuota de mercado aun cuando el crecimiento de la demanda se debilite.

La postura de Arabia Saudita tiene sentido.

Los precios apuntalados, aunque ayudan a corto plazo, también alientan la entrada de competidores y a moderar la demanda.

Permitir que los precios caigan podría, en cambio, obligar a los rivales con mayores costos a bajar el ritmo.

Se dice que Rusia e Irán están en la lista de blancos, pero Estados Unidos y Canadá sin duda están en la misma lista.

¿Por qué otro motivo los funcionarios sauditas siguen especulando con un precio del crudo que podría dejar de lado a la producción de esquisto?

La estimación más reciente del costo de producción de petróleo de esta fuente, informada por The Wall Street Journal, es de US$70 el barril. Eso sería US$16 menos del actual precio del petróleo Brent y el más bajo desde mayo de 2010.

Aun así, este escenario no descarrilaría con rapidez el esquisto estadounidense.

Los inversionistas están acostumbrados a pensar en un proyecto petrolero en términos de rendimiento a lo largo de su vida útil.

Pero para una empresa de exploración y producción, esto no necesariamente tiene sentido. Si uno ya ha invertido millones en comprar tierras y asegurarse licencias y acceso a infraestructura, entonces la referencia real para perforar es el rendimiento desde ese momento.

Sobre esta base, Paul Goydon, un socio en Boston Consulting Group, afirma que, asumiendo una tasa de rendimiento de 10%, la producción en las tres grandes cuencas de esquisto —Bakken, Eagle Ford y Permian— cubre los gastos a US$60 el barril o menos.


En parte, esto refleja ganancias de cobertura y de productividad.

Hace dos años, el precio para cubrir los gastos era de US$75, estima Goydon.

Y, en términos de la capacidad de recuperación de la industria, vale la pena señalar que la caída de la producción petrolera en EE.UU., que duró varias décadas, tocó su mínimo en septiembre de 2008, un mes un tanto complicado, como podrán recordar.

Es más, la perforación en busca de esquisto es un poco parecida a fabricar una bomba atómica: una vez que alguien lo descifra, ya no se puede dar marcha atrás.

Salvo que se registre un período prolongado de precios muy bajos, la industria petrolera estadounidense no está por desintegrarse.

El auge de las arenas bituminosas de Canadá, donde los costos de producción son en general más altos, parece más vulnerable.

Similares al esquisto de EE.UU., algunos proyectos existentes en arenas pueden seguir en operaciones, y Société Générale estima que sus costos de operación a corto plazo ascienden a unos US$40 por barril o menos.

Pero cualquier impresión de que los precios más bajos del petróleo han llegado para quedarse aplastará los nuevos desarrollos, donde los enormes costos iniciales significan que hacen falta precios de US$90 el barril o más para cubrir los gastos. Gigantes petroleros como Statoil ya han archivado proyectos.

Con las terceras mayores reservas probadas del mundo, Canadá puede aportar 20% del crecimiento en el suministro de petróleo fuera de la OPEP hasta 2019, según prevé la Agencia Internacional de Energía.


Retrasar ese desarrollo le daría a Arabia Saudita una gran ventaja para manejar la baja del precio del petróleo. Causar una crisis en el mercado de bienes raíces de Houston podría estar más allá de las posibilidades de Riad, pero con Calgary podría ser otro asunto.

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