sábado, 2 de junio de 2012

Los épicos acontecimientos de la fundación de la República islámica de Irán y la influencia del líder ayatolá Haŷŷ Seyyed Ruhollah Jomeini extraído de IRNA

Los épicos acontecimientos de la fundación de la República islámica de Irán y la influencia del líder ayatolá Haŷŷ Seyyed Ruhollah Jomeini

Millones de iraníes celebran aniversario del Imán Jomeini

Teherán, 2 de junio, IRNA - Millones de personas conmemoran en Teherán y otras ciudades del país, el 23º aniversario del fallecimiento del fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini. 
  
Se espera más de dos millones de peregrinos participan desde Irán y otros países islámicos en la conmemoración que se celebra este domingo en el mausoleo del Iman Jomeini en el sur de Teherán, donde el líder supremo, ayatolá Alí Jameneí, y el presidente, Mahmud Ahmadineyad tendrán sus discursos.
El gran ayatolá Haŷŷ Seyyed Ruhollah Jomeini, hijo del ayatolá Haŷŷ Seyyed Mostafa, ya estaba en el escenario de la lucha desde 1963, y, tras años de haber ostentado el rango de autoridad y modelo a imitar y medio siglo de estudio de las ciencias islámicas, y pasar 15 años viviendo en el exilio, tomó las riendas del liderazgo de una de las más impresionantes revoluciones del mundo, y el pueblo iraní pudo, de una forma sin precedentes, derribar todas las barreras que ante él se impusieron. Desde que el 31 de enero de 1979 el imán Jomeini regresara de París aclamado por el pueblo musulmán, hasta el 10 de febrero, fueron denominados aquellos diez días como “Dahe-ye-fajr” (Los diez días del amanecer) y fue entonces cuando se declaró la victoria. Vio a millones de iraníes en la Escuela Refah los cuales le manifestaron su obediencia. Antes de entrar, se formó el Consejo de la Revolución, y después de su entrada, el Gobierno Provisional. El toque de queda, que era el último vestigio del reino del Sha y los generales influidos por Norteamérica que intentaban dar un golpe de estado, fue neutralizado mediante la voluntad y el sacrificio del pueblo, y, finalmente, el reino del Sha Mohammad Reza Pahlavi cayó a una velocidad estrepitosa. Los sucesos de la Revolución eran narrados minuto a minuto al mundo entero por medio de periodistas, algunos de los cuales habían llegado a Irán en el mismo avión del imán. En cada mezquita surgía un comité popular que se responsabilizaba del orden y de la seguridad y que acabaron siendo conocidos como “Comités del Imán”.
Fueron excarcelados los presos políticos y comunes. De alguna manera, se proclamó una amnistía general para los delitos cometidos en el pasado. Los agentes del Consejo de Seguridad y la guardia de corps del rey, por temor a perder la vida o a una venganza por parte del pueblo, estaban al acecho para convertirse en un peligro para los jóvenes guardianes de la Revolución o para poder salir del país de alguna manera.
Se formó el Partido de la Revolución Islámica.
Fue clausurada la legación israelí y en su lugar fue puesta la Embajada de Palestina. Irán se salió del pacto militar de Cento.
El Líder de la Revolución, que se había afincado en Qom desde el 10 de febrero de 1979, hacía un llamamiento al pueblo para que éste apoyase al Gobierno Provisional. El Now Ruz (año nuevo) de 1358 (21 de marzo de 1979) llevaba consigo para el pueblo el significado particular de “victoria y libertad”. En todo el país se veía una amistad e intimación especial entre todas las capas sociales.
El primer referéndum, celebrado el 31 de marzo de 1979, se saldó con la Vitoria de la República Islámica por una mayoría del 98,2 %.
 La Revolución se plasmaba y evolucionaba con rapidez en el poder del pueblo y en el liderazgo del imán Jomeini, mientras que los demás grupos y partidos no tenían ningún papel determinante.
 Tras la victoria, muchas personas pertenecientes al mundo de la política, grupos y partidos que durante el régimen del sha vivían en el extranjero o estaban encarcelados, vinieron a la luz de la nueva libertad y comenzaron sus actividades editando periódicos y formando organizaciones, y todos y cada uno de ellos se presentaba de tal manera que parecía que la victoria era a ellos debida.
 Finalmente, ocurrieron los acontecimientos de Kurdistán, Torkaman Sahra, Azerbaiyán e incluso en Teherán. El mensaje del Líder y la presencia del pueblo daban punto y final a todo lo acontecido. Fue inaugurada la Asamblea de Expertos con unos 80 miembros, elegidos según las Disposiciones del Consejo de la Revolución del 18 de agosto de 1979, y, a lo largo de tres meses, fue redactada y aprobada la Constitución que, tras haber sido ratificada por el Líder, fue elegida por el pueblo en un referéndum celebrado el 2 de diciembre de 1979. En la Constitución aprobada, el “valí faqih” (que podría traducirse como “sumo alfaquí”) tiene el rango de autoridad y modelo a imitar con la aceptación de parte del pueblo o de la Asamblea de Expertos, y se sitúa en la cúspide de la pirámide del poder y es considerado general de los Ejércitos. Los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, ejercen todos su cargo bajo su control.
El presidente de la república y los 270 diputados son elegidos directamente mediante plebiscito cada cuatro años.
El periodo de la Asamblea de Expertos es de ocho años y es ésta la que designa al Líder de la Revolución.
Los alfaquíes que componen el Consejo de Guardianes, el presidente del Tribunal Supremo y de la Fiscalía del Estado son elegidos por el Líder.
Según lo dispuesto en el artículo IV, todas las leyes, sin excepción, deben de estar encuadradas en un marco islámico, y es el Consejo de Guardianes el que establece el carácter islámico de éstas.
Los expertos en derecho del Consejo de Guardianes son elegidos por el Parlamento y por sugerencia del Consejo Supremo del Poder Judicial. Los derechos y libertades del pueblo están garantizados dentro del marco de los valores islámicos.
En la primavera de 1979, los elementos destacados de la revolución comienzan a ser víctimas de atentados terroristas.
 El 1 de mayo, el gran pensador y filósofo islámico, el ayatolá Mottahari cae mártir, y poco después también son martirizados el ayatolá Dr. Mohammad Moffateh, de la Universidad de Teherán, M. Araqi y el ayatolá Madani, imán del Viernes de Tabriz. Rafsanyani sale ileso de aquellos atentados. Qarani, general del Estado Mayor, es asesinado en otro atentado. El ayatolá Taleqani fue nombrado el 26 de julio por el imán Jomeini encargado de dirigir la plegaria de los viernes en la Universidad de Teherán, pero muere el 9 de septiembre. En este año se fundan el Comité de Ayuda, la Jihad para la Reconstrucción, los Guardianes de la Revolución (Pasdaranes), la Fundación de la Vivienda de la Revolución, la Campaña de Alfabetización, la Movilización de los Desheredados (Basijíes) y la Fundación de los Mártires de la Revolución.
 Por otro lado, empezaron a funcionar los Juzgados y Tribunales Revolucionarios, y los más destacados elementos del régimen anterior, que no tuvieron oportunidad de escapar, fueron juzgados y ejecutados.
Los bienes de la familia real y de las personas que la rodeaban fueron confiscados y fueron puestos a disposición de la Fundación de los Desheredados.
Fue nacionalizada la Banca y las compañías de seguros.
Estados Unidos, que había apoyado al sha en el devenir de los acontecimientos, era objeto de fuerte desconfianza por parte del imán debido a los antecedentes que ya tenía en golpes de estado dados en otros países.
La entrada del depuesto sha en Norteamérica alegando dirigirse allí para un tratamiento médico, fue respondida con la ocupación de la Embajada de Estados Unidos en Teherán y la toma de sus funcionarios como rehenes por parte de los estudiantes universitarios de la Línea del Imán (3 de noviembre de 1979).
El Líder apoyó oficialmente aquella iniciativa. El Gobierno Provisional no esperaba tal apoyo y dimitió tras su encuentro oficial con Berzinsky, y ver que era incapaz de controlar los acontecimientos. El nuevo gobierno fue compuesto por el Consejo de la Revolución y se nombró primer ministro a Mahdavi Kani. Las primeras elecciones a primer ministro se celebraron el 24 de enero de 1980. Las elecciones al Parlamento Islámico (maŷles) se realizaron el 14 de marzo de 1980. Los alfaquíes del Consejo de Guardianes fueron elegidos por el Líder y expertos en derecho, a través del Parlamento.
Estados Unidos aumentó su actitud hostil contra Irán, y en marzo de 1980 se anunció el fin de relaciones entre ambos países y todos los bienes y propiedades de Irán fueron confiscados por orden del presidente de Estados Unidos.
 Bani Sadr, que era el presidente que había salido de las elecciones, tenía divergencias con el Parlamento a la hora de elegir primer ministro, y se puso de acuerdo con algunos grupos opositores al Imán.
La violación de USA y la derrota milagrosa de ésta en el suceso de Tabas dejó al mundo perplejo y le confirió a la República Islámica una dimensión divina (24 de abril de 1980).
Se inició el embargo económico a Irán por parte de Estados Unidos (21 de mayo).
El golpe de estado de Nozheh fue abortado (11 de julio). La muerte del sha en Egipto (agosto) acabó con las esperanzas de los pocos monárquicos que quedaban. Las universidades y los centros de enseñanza superior, que eran centros de asociación de los grupos y opositores de la Revolución, fueron cerradas en mayo de 1980 tras proclamar la “Revolución Cultural” y fue la comisión de dicha Revolución la que se encargó de programar la enseñanza superior. La ola de la Revolución Islámica llegó a algunos países musulmanes, y era en Irak donde aquella se manifestaba más peligrosamente debido a la existencia de un alto porcentaje de población shií.
Estados Unidos se confabuló con Irak para atacar a Irán (4 de febrero de 1981) con el pretexto de abrogar el Tratado de Argelia de 1975, aunque en realidad era con el objetivo de derrocar la República Islámica y apoderarse de la provincia de Juzestán y tal cosa ocurrió precisamente justo cuando Irán no estaba preparado para una guerra. La guerra arrojó una sombra sobre el resto de las cuestiones. El Imán comenzó a alentar y a animar a la nación y a hacer un llamamiento para que acudieran al frente. Carter perdió las elecciones generales ante su opositor Reagan y fue entonces cuando se le encargó al Parlamento Islámico que se hiciera cargo de la liberación de los rehenes norteamericanos, por los que tantas condenas había recibido Irán por parte de los organismos internacionales. Finalmente, fueron éstos liberados con la mediación de Argelia, basándose en una declaración de Reagan y tras la formación de un tribunal de arbitraje en la Haya para dirimir las cuestiones económicas entre ambos países. Sin embargo, Estados Unidos no cumplió con sus compromisos.
Bani Sadr se encontraba enfrentado de facto contra las instituciones de la Revolución desde el 4 de marzo de 1981, y en lo que respecta a la guerra, evitaba el reunir fuerzas populares para el frente.
El 19 de junio de 1981 fue destituido de su cargo como presidente por parte del Parlamento y del Imán, debido a su incompetencia política, y, tras permanecer un tiempo escondido, acabó huyendo a París.
El 25 de junio 1981, el Ayatolá Seyyed ‘Ali Jamenei, a la sazón diputado del Parlamento, fue objeto de un atentado terrorista. El 7 de julio, la sede del Partido de la República Islámica fue objeto de un atentado con bomba puesta por los agentes del grupúsculo de los Moŷahedin-e-Jalq (los Moŷahedin del Pueblo) apoyados por Bani Sadr. El ayatolá Beheshti, presidente del Tribunal Supremo, y varias personalidades de la Revolución fueron martirizaron en la masacre, además de setenta y tantas personas entre las que habían diputados, ministros etc.
En las segundas elecciones generales a la presidencia, celebradas el 22 de julio de 1981, fue elegido presidente el exprimer ministro Mohammad ‘Ali Rajai, quien presentó como candidato a primer ministro al Dr. Bahonar, un joven revolucionario, que fue aceptado por el Parlamento con un voto de confianza. Sin embargo, ambos fueron martirizados un mes después al explotar una bomba en su despacho. El terrorismo contra el pueblo y las personalidades de la Revolución continuaron hasta el año 1982. Las terceras elecciones a la presidencia se celebraron el 1 de octubre de 1981, siendo elegido Seyyed ‘Ali Jamenei.
Con la destitución de Bani Sadr se cambió el sistema defensivo, que ahora se apoyaba en las fuerzas revolucionarias de los Sepah Pasdaran o Pasdaranes (Ejército de los Guardianes) y los Basiyíes.
Tras romper el cerco de Abadán el 26 de septiembre de 1981, todos los esfuerzos realizados por el enemigo para apoderarse de dicha ciudad petrolera cayeron en saco roto. Tras varias acciones militares fueron liberadas la ciudad de Bostán y una amplia zona de la región sur del país entre las que se incluían la ciudad de Jorramshahr, que fue devuelta a Irán. Con la pérdida de Jorramshahr, Irak perdió un importante punto de apoyo y bastión, y Estados Unidos se encontraba en los mismos peligros que cuando cayó el régimen del sha y se proclamó una república islámica. Los altos mandatarios norteamericanos declararon oficialmente: “Las victorias de Irán no serán beneficiosas para Estados Unidos.”
Así pues, USA comenzó a ayudar a Irak así como otros aliados de Estados Unidos en caso de guerra, y también la Unión Soviética, que se consideraba a sí misma la encargada de armar a Irak.
Con el envío de un considerable número de carros de combate avanzados (T-72) y cazas MIG 25 y 27, amén de diferentes tipos de misiles.
El ataque a las zonas civiles y a las ciudades, que en los noticiarios se denominaban “guerra de ciudades”, y las condiciones del frente, obligaron a Irán a emprender acciones el 8 de febrero de 1986 en el puerto del golfo Pérsico de Fav.
Los ataques del enemigo tuvieron una duración de 75 días ininterrumpidos, y los aviones Hawks americanos proporcionaban información a los iraquíes.
Finalmente, los iraquíes perdieron la esperanza de recuperar la zona en la que estaban combatiendo y detuvieron su ofensiva. La conquista de Fav, además de las consecuencias políticas y militares que conllevaba, corroboraba el tratado de Argelia firmado en 1975, pero también trajo consigo el enfrentamiento directo de Irán con Estados Unidos, y tanto en la región como en Occidente, existía el temor de que finalmente saliera victoriosa Irán.
El séptimo año de la guerra, los acontecimientos se sucedieron rápidamente y se consideraba como una cuenta atrás para dar término a las hostilidades. El lema “determinación del porvenir de la guerra” se convirtió en el eje del llamamiento de voluntarios y el uso al máximo de todas las posibilidades del país para terminar la guerra.
En semejante situación, la revelación de caso Mc Farlin el 3 de noviembre de 1986, influyó en todos los cambios políticos y militares y le empeoró las cosas a Irán. Los protectores de la región hicieron tambalear a Estados Unidos, donde se produjo una crisis política. Con el objeto de salir de semejante situación y volverse a atraer la confianza de sus aliados en la región de Irak, Estados Unidos aumentó la presión a Irán.
La ofensiva aérea iraquí a los centros industriales y económicos de Irán, a los yacimientos y terminales de petróleo y a los cargueros comerciales, hizo tambalear la economía iraní.
Además estaba el hecho de que el barril de crudo había bajado hasta 10 dólares, y esta precaria situación traía consigo cortes de electricidad, racionamiento de la gasolina, mercado negro de productos básicos, escalada de precios e inflación.
La adopción de una defensiva movilizada por parte de Irak podía hacer inclinar la balanza a favor de ésta. El 8 de enero de 1987, Irán realizó operaciones militares en el este de Basora, y después de que “los batalladores del Islam” cruzasen el canal, pusieron al enemigo frente a una difícil situación, y, finalmente, tras una dura batalla, las fuerzas iraníes se establecieron al este de Nahr Jasem.
Los esfuerzos del enemigo en recuperar la zona fueron en vano. Para contrarrestar la derrota, Irak reanudó sus ataques aéreos a las ciudades tomándola con los ciudadanos indefensos.
 Irán respondió recíprocamente y atacó Bagdad con misiles y puso a Irak en una difícil situación tras hacer arder el cuartel de artillería de Basora.
En realidad, los cambios de la guerra se iniciaron en febrero de 1986 con la conquista de Fav y se prolongaron hasta febrero de 1987 con la victoria de la ofensiva de Karbala, con las que Irán buscaba salvaguardar su supremacía e Irak, por su parte, quería neutralizarla. El resultado fue que el “equilibrio de fuerzas se inclinó hacia Irán de forma determinante.”
Basándonos en estas observaciones, se hizo una revisión de los programas militares elaborados por los países árabes y la URSS, lo que le brindó a Irak la posibilidad de internacionalizar el conflicto, atacar los petroleros, las terminales de petróleo y los centros industriales, dando un varapalo así a la economía iraní.
La meta de este programa era hacer desaparecer en Irán la “base de esperanza”. El entonces ministro de Exteriores norteamericano, George Schultz, advirtió a Irán que, o debía finalizar la guerra, o que de lo contrario se atuviese a las consecuencias. La guerra fue llevada al golfo Pérsico. Irán siguió en el golfo la política de, o seguridad para todos o para nadie. Con el apoyo de Estados Unidos a Irak, éste se había hecho en realidad con el control del golfo Pérsico y había dejado en la sombra la superioridad que Irán tenía política, geográfica y militarmente.
El Imán Jomeini, había designado día de qods (Jerusalén) a todos los últimos viernes del ramadán de cada año, para que de esta manera los musulmanes del mundo no olvidasen la cuestión de Israel y continuasen la lucha.
Mientras tanto, se firmaban los acuerdos de Camp David en los que Egipto se avino con Israel, acuerdos a los que se opuso el imán y encauzó una política de apoyos a los movimientos islámicos del país.
 La República Islámica seguía la guerra con el objetivo de rechazar la agresión, fuese proclamado el castigo del agresor y pagadas las subsiguientes indemnizaciones de guerra, y no se ponía de acuerdo con los países mediadores que lo único que querían era el fin de las hostilidades. Cuando Irak vio imposible lograr los primeros objetivos que se había propuesto, empezó entonces a hablar de paz. El entonces secretario general de la ONU, Pérez de Cuellar, se puso manos a la obra en redactar una Resolución bajo la cual se pudiese hacer efectivo un alto el fuego, y así fue cuando se aprobó la Resolución 598 del Consejo de Seguridad (1987). Mientras tanto, ese mismo año, cientos de iraníes y no iraníes perecieron asesinados durante su peregrinación a la Meca, por lo que las relaciones entre Irán y Arabia Saudita se ensombrecieron aún más.
A lo largo de la guerra, los gobernantes de Irak hicieron caso omiso de las leyes internacionales sobre la guerra utilizando armamento químico y gases de mostaza. A principios de 1988, miles de lugareños de Halabcheh (Irak), fueron trágicamente masacrados con gases mostaza mientras recibían a las tropas del Islam.
La conciencia mundial se estremeció y fue bajo estas condiciones cuando comenzaron la devolución de Fav, mientras continuaban la guerra de las ciudades y los misiles caían sobre la gente causando víctima mortales y grandes daños y perjuicios. El Consejo de Seguridad, mientras Irak estaba avanzando por el interior del territorio iraní, solamente quería el fin de las hostilidades sin volver a las fronteras naturales, mientras que cuando Irán avanzó hasta Fav, Hur y cerca de Basora, adoptó una posición contraria.
A principios de la primavera de 1988, los norteamericanos atacaron dos plataformas petrolíferas iraníes en el golfo Pérsico, al mismo tiempo que los iraquíes atacaban con armamento químico la línea defensiva de Irán, y, tras ser informados por los Hawks americanos, atacaron Fav con un ejército bien equipado, y este puerto, después de permanecer en manos de Irán durante dos años y tres meses, cayó de nuevo en manos iraquíes.
Este acontecimiento tuvo una gran repercusión. Irak se apoderó de Shalanbeh en otra de sus ofensivas. Sus avanzados equipos y el uso de armas no convencionales como por ejemplo el armamento químico, amén de la ampliación de su ejército, posibilitó a Irak esta propicia situación. En suma, todo aquello provocó una situación preocupante.
 Mientras tanto, los norteamericanos derribaban dos aviones iraníes con 400 pasajeros disparando dos misiles y haciendo caso omiso de toda ley y derecho internacionales.
Este suceso era un mensaje claro y rotundo de las pretensiones de Norteamérica en incrementar las hostilidades contra Irán.
Reagan manifestó: “Esta tragedia ha duplicado la necesidad de lograr el establecimiento de la paz en el mínimo tiempo posible.”
Así, según los nuevos acontecimientos, la posibilidad de la continuidad de los ataques de Irak, y la presión internacional, el Imán Jomeini tomó una decisión valiente que necesitaba unas condiciones particulares económicas y militares: Aceptó la Resolución 598. El líder se vio impelido a aceptarla y comparó aquella aceptación a “beberse un vaso de veneno” en una alocución televisiva.
Durante el intervalo que va desde la aceptación de la Resolución por parte de Irán hasta su entrada en vigor (19 de agosto de 1988), Irak, no haciendo caso de su propia propaganda anterior por la paz, realizó una serie de ofensivas militares con el objetivo de dar un fuerte varapalo al ejército iraní, ocupar el territorio y tomar la máxima cantidad de prisioneros iraníes para así tener más ventajas a la hora de las negociaciones.
En un mensaje, el Imán Jomeini hizo un llamamiento al ejército y a los basiyíes a defenderse desde su posición privilegiada. En un tiempo mínimo, una ola de basiyíes obligó a Irak a retroceder tras una semana de combate que causó muchas bajas y daños a las fuerzas iraquíes. Todavía el ejército iraquí no había retrocedido del todo en el sur cuando un grupo que se hacían llamar los “moŷahed” (24 de julio de 1988) se unió al ejército iraquí y juntos comenzaron a atacar la ciudad de Karand a través de Sar Pole Zahab.
Ellos ayudaban a Irak ejerciendo como espías, y empezaron su ataque en una ofensiva a la que denominaron “Foruq-e-Ŷavdaní” (Eterna Luminaria) diseñada con la meta de acabar con el gobierno iraní, creyendo que el ejército iraní estaba acabado tras la aceptación de la Resolución 598 y los continuos ataques de Irak.
Su ataque, para el que utilizaron milicias populares y armadas con el nombre de “Mirsad” fue derrotado, sus fuerzas dispersadas y los que quedaron huyeron finalmente a Irak.
El 19 de agosto de 1988 se anunció el alto el fuego entre Irán e Irak en virtud de la Resolución 598.
El 2 de enero de 1989, el imán envió un mensaje particular al entonces presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, donde anunciaba la derrota del comunismo y le invitaba a él y a su pueblo a poner sus miras en el Islam, en lugar de al pensamiento occidental.
 Aproximadamente un mes después, el ministro soviético de Exteriores Shevernadze le entregó al imán la respuesta donde hacía hincapié en las buenas relaciones entre ambos países. Al parecer no se fijaron en el punto más importante del mensaje del imán.
A finales de mayo de 1989, se difundió de repente la noticia de la operación quirúrgica del Imán Jomeini, y, mientras en todo el país se habían hecho llamamientos para rezar por él y estaban ocupados en las celebraciones del 15 de Jordad (4 de junio), el locutor, con un tono de voz triste, anunció el fallecimiento del anciano líder que tenía en sus manos todo el poder de Irán.
Millones de personas participaron en los tres días que duraron los funerales. El testamento político-divino de ochenta y tantas páginas dejado por el Imán fue inmediatamente leído por el presidente ante miembros del Consejo de Guardianes, de la Asamblea de Expertos y ministros, en sesión urgente celebrada en el Parlamento.
El Imán había delineado un futuro para preservar la república islámica e invitaba a todas las capas de la sociedad a seguir la lucha y a continuar en la senda del Islam.
Aquel mismo día, mientras todas las cadenas de radio extranjeras anuncian el fin de la república islámica, la Asamblea de Expertos elige como líder al ayatolá Seyyed ‘Ali Jamenei, un mutilado en atentado que había ejercido durante ocho años el cargo de presidente del gobierno, moŷtahed perspicaz y digno de la confianza del Imán, y, con esta elección, se dio punto y final a los rumores del fin de la república.
La reforma de la Constitución estaba siendo realizada por mandato del Imán por un comité compuesto de 25 miembros y fue puesta en referéndum junto a las elecciones generales a la presidencia el 27 de julio de 1989 y posteriormente aprobada.
Las reformas contemplaban cambios como la supresión de la condición de ser modelo de imitación religiosa (marja’-e-taqlid) para poder ser nombrado líder de la Revolución y la supresión del cargo de primer ministro cuyas funciones pasaban ahora al presidente de la república.
Agencia de Noticias de la República Islámica/IRNA NewsCode: 1019946 
 Buenas si Ud. leyó hasta el final se dará cuenta que la revolución en Egipto ha fracasado y todo sigue igual allí.

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