¿Qué hará China si Hezbollah bombardea el puerto del Golfo?
Puerto de Haifa visto desde el Monte Carmel Foto: Yucatán Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0Por Galia Lavi
El 18 de junio Hezbollah publicó un vídeo tomado por uno de sus drones, supuestamente volando sobre los cielos de Haifa, mientras filmaba con fantástica calidad el tráfico de la ciudad, así como varios sitios, incluyendo algunos sensibles en términos de seguridad.
El mismo día, el ministro de Exteriores, Israel Katz, tuiteó su respuesta: «Hoy, Nasrallah está orgulloso de las imágenes de los puertos de Haifa, operados por compañías internacionales de China e India, y amenaza con atacarlos».
Katz se refirió obviamente al puerto del Golfo, gestionado por la empresa china SIPG, y al (antiguo) puerto de Haifa, gestionado por el grupo indio-israelí Adni-Gadot.
Detrás del tuit del ministro Katz subyace la suposición de que un posible ataque de Hezbollah a activos operados por empresas de China e India actuará como un bumerán y provocará a una reacción de esas potencias contra el propio Hezbollah.
En realidad, Katz se dirige indirectamente a los líderes de las dos potencias asiáticas en un intento de unirlas en favor de Israel.
Quizás espera algún tipo de declaración por parte de estos países, pero lo más probable es que se sentirá decepcionado, al menos por parte de China.
Deberíamos recordar que desde el 7 de octubre China ha adoptado una línea claramente pro palestina y se ha abstenido de condenar a Hamás y su accionar.
China ve a los rehenes secuestrados como «detenidos» en una lucha eterna, que es el «conflicto central en Oriente Medio» y condena a Israel en cada oportunidad.
El acontecimiento que ostenta el récord es una condena china a Israel por su ataque al consulado iraní en Siria, al tiempo que elogia a Irán por su acción «limitada» y su «buena vecindad» después de que lanzó cientos de misiles hacia Israel.
Si el ministro Katz espera que China cambie su actitud cuando sus intereses directos se vean perjudicados, tal vez valga la pena recordarle que los daños a barcos chinos, o a aquellos que transportan mercancías chinas, en la región del Mar Rojo, no dieron lugar a una firme condena china de los hutíes.
En conclusión, la salvación para Israel no vendrá de China ni de la India.
Por lo tanto, recomendamos que el ministro de Exteriores y los demás miembros del Gobierno de Jerusalén dejen de buscar salvadores imaginarios de afuera e inviertan más en encontrar soluciones reales a la situación desde adentro.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
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