jueves, 29 de febrero de 2024

La razón por la cual una invasión de Rafah es tan peligrosa es porque “Israel” no tiene ningún plan.. están acorralados en un campo de concentración y no pueden huir a ningún lado.

 

La razón por la cual una invasión de Rafah es tan peligrosa es porque “Israel” no tiene ningún plan...(Es un análisis).. Están acorralados en un campo de concentración y no pueden huir a ningún lado. 

El mundo entero observa con horror, usando su sentido común para predecir la potencial masacre que se avecina en Rafah y un intento de limpieza étnica de más de un millón de personas.

La razón por la cual una invasión de Rafah es tan peligrosa es porque “Israel” no tiene ningún plan

Durante semanas, el régimen israelí ha amenazado con una invasión de Rafah, donde unos 1,4 millones de palestinos desplazados están acorralados junto a la frontera con Egipto. Por esta razón, las Naciones Unidas sonaron la alarma por temor a una expulsión masiva de los residentes de Gaza al desierto del Sinaí y a una serie de acontecimientos con un elevado número de víctimas. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos aprobó el ataque israelí, con la salvedad de que deben tener un plan para “proteger” a los civiles.

El Reino Unido, que vergonzosamente se abstuvo nuevamente en el último proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pedía un alto al fuego en Gaza, amenazó con limitar las exportaciones de armas a sus aliados sionistas en caso de que invadan Rafah. 

Por otro lado, el segundo partidario más firme del genocidio en Gaza, EE.UU. ha expresado lo que sólo podría describirse como reservas sobre la intención israelí de invadir la ciudad más al sur de la Franja de Gaza.

Si bien ha habido condenas abiertas sobre las amenazas contra Rafah, por parte de representantes de la Unión Europea y de las Naciones Unidas, es importante centrarse en la razón por la cual los aliados más acérrimos de “Tel Aviv” están alarmados por una invasión a ese territorio, y esta se debe a que un ataque de este tipo tiene grandes implicaciones.

Para empezar, los israelíes han presentado al público innumerables “planes, propuestas y estrategias” en los últimos cinco meses, entre ellos la idea de volver a ocupar toda Gaza, apoderándose del norte de la Franja como zona de amortiguamiento, además de la idea de crear una a lo largo de todo el perímetro de Gaza. 

El Ministerio de Asuntos Exteriores, incluso, presentó un documento, cuya existencia se reveló en diciembre, su plan de tres pasos para desmantelar la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) en una Gaza de posguerra.

Los medios de comunicación del régimen sionista difundieron rumores de que sus municiones antibúnkeres destruirían la infraestructura de túneles de la resistencia palestina desde el aire, pero cuando se lanzaron las bombas y fallaron, escuchamos que se estaban preparando para inundar los túneles e incluso gasearlos. Esta idea de bombear agua de mar y gas venenoso también se intentó y fracasó.

A medida que el ejército sionista avanzaba hacia Gaza, en lo que podría denominarse la primera fase de su ataque terrestre, se concentraron en apoderarse de los hospitales en el norte de la Franja, y entraron específicamente sus esfuerzos propagandísticos en el Hospital Shifa en la ciudad gazatí. 

Una vez que los militantes israelíes llegaron al centro hospitalario, y recibieron el respaldo de Washington al afirmar que la instalación tenía un “cuartel general de Hamas” debajo, no lograron convencer ni siquiera a los medios de comunicación estadounidenses más parciales de que tal presencia militar existía allí.

El ejército invasor, después de haberse abierto paso en una gran parte de las zonas urbanizadas del norte de Gaza, centró sus esfuerzos en lugares como al-Maghazi, Nuseirat y Deir al-Balah, mientras afirmaban que el verdadero “cuartel general de Hamas”  tenía su base en Khan Younis, al sur. 

Finalmente, luego de centrar sus esfuerzos en el centro y el sur de Gaza comenzaron a retirarse de las zonas del norte, donde han afirmado repetidamente haber desmantelado el mando y control de la Resistencia palestina. 

Además, ratificaron tener ellos el mando de áreas como la ciudad de Gaza, Beit Hanoun, Shujayeh, Beit Lahia, Jabalia, entre otros. Para demostrar hasta qué punto disfrutaban de ese “control operativo” fueron atacados con frecuencia, cayeron en trampas explosivas bien preparadas, y recibieron disparos de cohetes de la Resistencia, justo al lado de donde operaban sus tropas.

​Al observar los vídeos y comunicados diarios de la Resistencia, los cuales informan de los detalles de las batallas que tienen lugar en toda Gaza, queda claro que los soldados israelíes siguen cometiendo errores básicos, como permanecer en las ventanas abiertas y caer con frecuencia en trampa. 

Mientras la resistencia desarrolla sus métodos de lucha contra el enemigo, los soldados sionistas continúan comportándose de la misma manera que lo hicieron el primer día de la invasión terrestre: avanzan hacia un área a gran velocidad y rara vez abandonan la cobertura de sus fuerzas armadas, no despejan las zonas en las que penetran, o establecen espacios seguros para que sus soldados vigilen temporalmente antes de pasar a otro territorio.

El ejército israelí no ha demostrado la implementación de un plan sistemático que haya conducido a objetivos militares clave. De hecho, todavía hay un gran debate sobre cuáles son los fines reales del ataque, más allá de la devastación total y absoluta de cada estructura y ser vivo dentro de la Franja de Gaza,aplicando la navaja de Occam, o en otras palabras, aceptando la respuesta más evidente a la pregunta que tenemos ante nosotros, se puede concluir que no existe un plan real más allá del asesinato y la destrucción en masa. 

De las innumerables declaraciones genocidas, racistas y sanguinarias que hacen a diario los israelíes
-desde civiles comunes hasta las más altas autoridades en el poder- se desprende que el exterminio del mayor número posible de palestinos es un fin acordado, del cual vemos evidencia sobre el terreno.

En cuanto a las ideas de zonas de amortiguamiento, reocupación, anexión de territorio, destrucción de túneles utilizando diversos métodos, asesinato de líderes militares, recaptura de prisioneros israelíes y derrota total de Hamas, no hay indicios claros de que el ejército sionista sea capaz de lograr cualquiera de estas cosas. 

Al menos, si se logra algún éxito en la consecución de dichos objetivos, parece aleatorio e infrecuente, pero lo cierto es que no es el resultado de ningún plan estructurado. Los israelíes no tienen idea de cuántos combatientes de la resistencia han muerto, sólo arrojan números aleatorios sobre supuestos fallecidos referentes a las Brigadas Qassam, pero no tienen estadísticas de ninguno de los otros grupos, aproximadamente una docena. 

La entidad sionista y sus aliados occidentales ni siquiera parecen demostrar ningún conocimiento sobre cuántos combatientes de la resistencia palestina existen en Gaza, ni conocen una estimación precisa del kilometraje del tamaño de la infraestructura del túnel subterráneo.

Esto nos lleva entonces a Rafah, de la cual el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró es crucial para el esfuerzo bélico e incluso afirmó que sin invadir la zona su ejército no puede ganar la guerra.

Los medios de comunicación sionistas, como lo hicieron cuando el régimen amenazaba con invadir la ciudad de Gaza y Khan Yunis, han exigido a sus delirantes analistas que presenten argumentos sobre por qué todos los prisioneros israelíes se mantienen en Rafah y sobre la ubicación del cuartel general de Hamas allí. Pero, como ocurría con cualquier otra área en la que se fijaban, no tienen idea de lo que están hablando.

Mientras, el mundo entero observa horrorizado y utilizan su sentido común para predecir la posible masacre y el intento de limpieza étnica de más de un millón de personas, que se avecina en Rafah.

Las conversaciones interna israelíes tienen sus raíces en una idea delirante de victoria militar, pero no hace falta ser un genio para darse cuenta de que una invasión militar de una zona donde 1,4 millones de refugiados están hacinados en tiendas de campaña y otros tipos de refugios toscos sería un desastre.

Muchos analistas y miembros del público en general especulan ahora que existe un plan para limpiar étnicamente a la población de Rafah en el Sinaí egipcio, lo que bien podría ser un objetivo de la invasión. Sin embargo, yo diría que a pesar de que existe un supuesto “plan”, este no se llevará a cabo de manera ordenada e incluso si se intenta purgar a la población se hará de manera descuidada.

Lo que tenemos que entender sobre el ejército israelí es que en realidad no es profesional. Claro, tienen armas modernas y el respaldo de sus aliados occidentales, incluso cuentan con individuos bien entrenados cuando se trata de operar sistemas de armamentos, pero no tienen un ejército.  

Los soldados israelíes son indisciplinados, mal entrenados, mal preparados para enfrentar entornos de guerra urbana como los que están librando ahora y no siguen órdenes. Durante años, sufre problemas en su capacidad para controlar adecuadamente las acciones de sus militantes y vemos que aun en el caso de soldados de alto rango, cometen errores básicos que los de bajo rango en la mayoría de los ejércitos modernos no cometerían. 

Es esta combinación de una fuerza militar que no posee capacidad terrestre, y equipada con el armamento más sofisticado y caro que el dinero puede comprar, los hace muy peligrosos en una ubicación como Rafah. ¿Qué sucederá si una unidad israelí se asusta, comete un error y abre fuego en la dirección equivocada, matando o hiriendo a las fuerzas egipcias, por ejemplo? Aunque la situación puede ser una posibilidad algo baja, podría suceder. Si esto ocurre, ¿quién puede decir que no habrá una respuesta del lado egipcio en el calor del momento, lo que conducirá a una catástrofe diplomática, o incluso a un pánico militar que desemboque en una gran masacre de civiles contra los habitantes de Gaza?

¿Qué sucedería si los militantes israelíes se comportan como lo han hecho en el resto de Gaza, abriendo fuego indiscrimina y sádicamente contra una zona densamente poblada donde se hacinan cientos de miles de personas? Esta es una gran posibilidad. Incluso en el caso de que la limpieza étnica sea su objetivo final. Todas las pruebas de la conducta de los militares indican que la llevarán a cabo de manera brutal y mal organizada, si los civiles palestinos se ven obligados a una estampida en la frontera con Egipto, miles de personas morirán aplastadas solas.

Es evidente que la Resistencia palestina sigue intacta y es capaz de coordinarse entre sus unidades en toda Gaza, por lo que la idea de que mantendrían a todos los detenidos israelíes y a los dirigentes de Hamas en Rafah es ilógica. Por lo tanto, las fuerzas sionistas lograrán los mismos resultados que en el resto de Gaza: un completo fracaso. ¿Y qué ocurre cuando surge la frustración por la incapacidad para siquiera detener el lanzamiento de cohetes? Peor aún, ¿qué hacen los israelíes si la resistencia tiene grandes sorpresas esperando a sus soldados en Rafah? Si vamos a utilizar los últimos cinco meses como punto de referencia, las conclusiones que podemos sacar equivalen a que infligieron masacres de civiles a gran escala de una forma u otra.

La entidad sionista no tiene ningún plan en Gaza, no tiene idea de cómo derrotar militarmente a la resistencia palestina y ha fracasado durante más de cinco meses en esta tarea. Lo que vemos “logrado” por los israelíes es un asesinato en masa, de naturaleza genocida. Este comportamiento, similar al de un grupo militante tipo Daesh armado con la tecnología militar más sofisticada del mundo, sólo se repetirá en Rafah, pero esta vez probablemente será en una escala inimaginable.

Todo lo que se ha detallado anteriormente excluye la posibilidad de que esto también desencadene una importante escalada regional. En su primer discurso durante la guerra en curso, el Secretario General de Hizbullah, Seyyed Hassan Nasrallah, estableció lo que podría describirse como una única línea roja: “Hamas ganará”. Si el régimen israelí actúa para realizar una limpieza étnica en Gaza, bien podría verse como un cruce de esta línea roja, transformando dramáticamente la batalla en el frente norte de la Palestina ocupada. Estados Unidos, al dar luz verde al plan sionista de invadir Rafah, está coqueteando con varios escenarios peligrosos, todos los cuales podrían llevar a la región a un punto sin retorno.

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