domingo, 29 de octubre de 2023

Soldados israelíes se enfrentan cara a cara con miembros de Hamas en Gaza

 GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Soldados israelíes se enfrentan cara a cara con miembros de Hamas en Gaza

Actualizado 

Mientras el enclave palestino atraviesa uno de los peores momentos de su historia, Israel libra una batalla interna sobre quién tiene la responsabilidad de no haber frustrado el atentado del 7-O

Un grupo de israelíes piden un alto el fuego durante una protesta en Tel Aviv.
Un grupo de israelíes piden un alto el fuego durante una protesta en Tel Aviv.AFP

A medida que aumenta la presencia de tropas israelíes en la Franja de Gaza con enfrentamientos cara a cara con miembros del brazo armado del grupo integrista Hamas, el frente norte se va calentando aún más, y este domingo se dispararon por primera vez varias ráfagas de proyectiles desde Líbano contra las ciudades de Kiriat, Shmona y Nahariya en el norte de Israel. A pesar del levantamiento gradual del apagón telefónico y de Internet y de la creciente afluencia de camiones de ayuda humanitaria, Gaza atraviesa uno de sus peores momentos en décadas y pide desesperadamente un alto el fuego tras 23 durísimos días.

La guerra total contra Hamas viene acompañada en Israel por la batalla interna en torno a la responsabilidad del colosal fallo que permitió el peor atentado terrorista en su historia. El 7-O marca el pasado, presente y futuro de Benjamin Netanyahu, que vive sus horas más bajas como primer ministro.

El ejército israelí se limita a revelar que han entrado más fuerzas en el enclave palestino y difundir imágenes de tanques en la costa de Gaza sin dar la ubicación exacta ni el número de sus soldados, tanques y carros blindados. El tamaño es menor que en una ofensiva terrestre a gran escala, pero mayor de lo que las palabras "ampliación de acciones terrestres" podrían sugerir. Por el momento, Israel prefiere los ataques terrestres en y desde el norte de la Franja dirigidos contra la ciudad de Gaza a una invasión en toda regla. Una fórmula aconsejada por EEUU y obligada por la situación de los secuestrados y la posibilidad de que intervenga Hizbulá. Es decir, avances graduales y lentos apoyados por intenso fuego desde arriba.

Decenas de milicianos murieron y dos soldados israelíes resultaron heridos en diversos enfrentamientos en la zona costera de Gaza o a la salida de uno de los numerosos túneles cavados por Hamas precisamente para frustrar los avances de su odiado enemigo. Israel elevó su presión militar sobre Gaza con el objetivo de rodearla en los próximos días. Por eso, ha intensificado sus peticiones y avisos, cada vez más urgentes, para que los habitantes y centros sanitarios sean evacuados de una ciudad que podría convertirse en escenario de guerra.

La Media Luna Roja Palestina denunció las "amenazas" del ejército israelí de evacuar de forma inmediata el Hospital Al Quds en Tal Hawa (sur de Gaza), indicando que los alrededores fueron bombardeados "de forma deliberada" como forma de presión. La gran pregunta es qué sucederá con el Hospital Al Shifa. Por un lado, es el que trata a la mayoría de los heridos y concentra a los gazatíes que buscan refugio de los incesantes bombardeos. Por otro lado, su zona subterránea es, según Israel, el centro de mandos y escondite de las Brigadas Ezzedin Al Qassam.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) informó este domingo del saqueo de suministros de ayuda. "Miles (de gazatíes) irrumpieron en algunos almacenes y se llevaron harina de trigo y otros artículos básicos para la supervivencia", declaró. Según uno de sus funcionarios en la región, Samer Abdeljaber, "es una señal de que la gente está perdiendo la esperanza y cada vez está más desesperada. Están hambrientos, aislados y llevan tres semanas sufriendo violencia y una inmensa angustia".

A diferencia de otras ocasiones, la ofensiva militar no se ve desafiada por el reloj interno (consenso general sobre la destrucción de Hamas como milicia y régimen) y diplomático (apoyo del presidente Joe Biden, que este domingo volvió a hablar con Netanyahu para mostrar su apoyo pero le recordó la prioridad de "la protección de civiles" y el aumento de la ayuda humanitaria). El único reloj que ahora hace tictac en los planes militares de Israel son las familias de los 239 secuestrados en Gaza. La presión popular para anteponer su liberación a descabezar a Hamas ha aumentado con el arranque de la segunda fase de la guerra, que el Gobierno ordenó al convencerse de que Hamas no buscaba un canje inmediato sino "perder el tiempo para retrasar la ofensiva terrestre".

A la campaña contra los túneles de Hamas se sumó una guerra subterránea en Israel por la responsabilidad del mayor fracaso defensivo en su historia. En la red social X, Netanyahu negó que recibiera alertas de que Hamas quería iniciar una guerra y enfatizó que todos los organismos de seguridad estimaron que Hamas estaba disuadido y dispuesto a seguir la calma. "Fue una valoración entregada una y otra vez al primer ministro y el gabinete por los organismos de seguridad y la Inteligencia incluido en la víspera de la guerra", escribió en un mensaje que provocó un enorme revuelo.

Muchos, también de la derecha, criticaron su intento de la responsabilidad y apuntar a los oficiales en plena guerra. En los organismos de seguridad la ira fue notable, pero prefirieron guardar silencio alegando que "lo más importante es ahora acabar con los terroristas". Tal y como le pidió, por ejemplo, el líder centrista y número tres en el gabinete, Benny Gantz, Netanyahu borró el mensaje e incluso entonó un mea culpa inédito: "Me equivoqué. Dije cosas a raíz de la rueda de prensa que no debieron decirse y por eso me disculpo. Doy apoyo completo a los jefes de los organismos de seguridad. Respaldo al jefe del Estado Mayor y todos los oficiales y soldados que se encuentran en el frente luchando para defender nuestra casa. Juntos ganaremos".

Hamas, duramente golpeado por las bombas aunque no tanto como los habitantes de Gaza que padecen un infierno diario desde el 7-O con más de 8.000 muertos según el Gobierno islamista, intervino en la polémica al señalar que la decisión de Netanyahu de escribir y borrar el mensaje "revela de nuevo la división y la confusión que afecta a su Gobierno".

Como trasfondo de la polémica, se encuentra la frustración y rabia por el Sábado Negro y el temor al día después de la guerra en el que los israelíes pedirán responsabilidades. "Ahora no es el momento de buscar culpables sino de acabar con Hamas. Cuando acabe la guerra se investigara de forma exhaustiva con preguntas para todos, incluyéndome a mí", prometió Netanyahu, que hace unos meses recibió la alerta de la Inteligencia militar ("los enemigos detectan un punto de debilidad histórico") en referencia a la crisis interna sin precedentes en torno al polémico plan de reforma judicial del Gobierno ultraconservador.

Hamas aprovechó dicho punto de debilidad. En las entrevistas que conceden desde Qatar, Irán o Líbano, los dirigentes del grupo integrista afrontan una contradicción: elogian el "éxito" del 7-O y niegan las matanzas de civiles aunque fueran documentadas, en parte, por los autores. El dirigente de Hamas, Jaled Meshal, fue un paso más allá. En una entrevista a una televisión egipcia reveló: "Los rusos nos dijeron que lo que pasó el 7-O será enseñado en escuelas militares". Asimismo, opinó que China y, sobre todo, Rusia han salido beneficiados de la guerra entre Israel y Hamas que hoy entra en su cuarta semana.

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