Siete muertos en la región ucraniana de Kherson, incluida una niña de 23 días
Siete personas, incluida una niña de 23 días, murieron el domingo en un bombardeo ruso en la región de Kherson, en el sur de Ucrania, dijo el Ministerio del Interior del país.
Los bombardeos de artillería en la aldea de Shiroka Balka, a orillas del río Dniéper, mataron a una familia (un esposo, una esposa, un niño de 12 años y una niña de 23 días) y a otro residente.
Dos hombres murieron en el pueblo vecino de Stanislav, donde también resultó herida una mujer.
El ataque a la provincia de Kherson siguió a los comentarios del sábado de la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, que intentaban acallar los rumores de que las fuerzas ucranianas habían desembarcado en la orilla izquierda (este) ocupada del Dnieper en la región de Kherson.
“Nuevamente, comenzó la exageración de los expertos en la margen izquierda de la región de Kherson. No hay motivos para la emoción”, dijo.
El gobernador regional de Kherson, Oleksandr Prokudin, dijo el domingo que tres personas resultaron heridas en los ataques rusos en la provincia el sábado.
Funcionarios militares ucranianos dijeron el sábado por la noche que las fuerzas de Kiev habían logrado avances en el sur, reclamando cierto éxito cerca de una aldea clave en la región sur de Zaporizhzhia y capturando otros territorios no especificados.
El Estado Mayor de Ucrania dijo que tuvo un ”éxito parcial” en el área tácticamente importante de Robotyne en la región de Zaporizhzhia, un punto fuerte clave de Rusia que Ucrania necesita retomar para continuar avanzando hacia el sur hacia Melitopol.
“Hay territorios liberados. Las fuerzas de defensa están trabajando”, dijo el general Oleksandr Tarnavskyi, comandante de las fuerzas del sur de Ucrania, sobre el frente sur.
Las batallas en las últimas semanas han tenido lugar en múltiples puntos a lo largo de la línea del frente de más de 1.000 kilómetros (600 millas) mientras Ucrania libra una contraofensiva con armas suministradas por Occidente y tropas entrenadas por Occidente contra las fuerzas rusas que invadieron hace casi 18 meses.
Las tropas ucranianas solo han logrado avances graduales desde que lanzaron una contraofensiva a principios de junio.
En Rusia, funcionarios locales informaron el domingo que los sistemas de defensa aérea derribaron tres drones sobre la región de Belgorod y uno sobre la vecina región de Kursk, ambos fronterizos con Ucrania.
Los ataques con aviones no tripulados ucranianos en las regiones fronterizas rusas son bastante frecuentes. Los ataques con drones más adentro del territorio ruso han ido en aumento desde que un dron fue destruido sobre el Kremlin a principios de mayo. En las últimas semanas, los ataques han aumentado tanto en Moscú como en Crimea, que Rusia anexó de Ucrania en 2014, una medida que la mayor parte del mundo consideró ilegal.
Disparar drones contra Rusia, después de más de 17 meses de guerra, tiene poco valor militar aparente para Ucrania, pero la estrategia ha servido para inquietar a los rusos y hacerles comprender las consecuencias del conflicto.
El grupo de mercenarios Wagner ha desempeñado un papel clave en la campaña militar de Rusia, pero existe una “posibilidad realista” de que el Kremlin ya no proporcione fondos, según funcionarios de defensa británicos.
En su última sesión informativa de inteligencia, el Ministerio de Defensa dijo que creía que Wagner “probablemente avanzaba hacia un proceso de reducción y reconfiguración” para ahorrar dinero, y que el Kremlin había “actuado en contra de otros intereses comerciales” del jefe de Wagner, Yevgeny. Prigozhin. Los funcionarios evaluaron que las autoridades bielorrusas eran los “segundos pagadores más plausibles”.
Miles de combatientes de Wagner llegaron a Bielorrusia, aliada de Rusia, en virtud de un acuerdo que puso fin a su rebelión armada a fines de junio y les permitió a ellos y a Prigozhin evitar cargos penales.
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