La libertad de Antauro Humala altera el inestable tablero político peruano
El líder ultranacionalista redimió con educación y trabajo un año y siete meses de la condena a 19 años por rebelión y asesinato de cuatro policías
El político ultranacionalista Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala, dejó este sábado la cárcel Ancón II, en Lima Norte, un año y siete meses antes de cumplir su condena de 19 años de cárcel por rebelión y asesinato de cuatro policías en enero de 2005, cuando intentó forzar la renuncia del entonces presidente de Perú, Alejandro Toledo. Humala, mayor del Ejército retirado, encabeza un movimiento etnocacerista que agrupa principalmente a veteranos militares, rechaza la élite blanca y promueve que descendientes de indígenas accedan al poder. Sus seguidores fueron parte de la seguridad en la campaña electoral de segunda vuelta de Pedro Castillo, que hoy afronta seis investigaciones fiscales por corrupción en menos de un año de gestión.
La noche del viernes, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informó en un comunicado que el consejo técnico de la cárcel donde Humala cumplía sentencia resolvió darle libertad “por cumplimiento de condena por redención” con siete días de trabajo y educación por uno de pena. La autoridad penitenciaria añadió que la abogada del reo, Carmen Huidobro, había pedido en tres ocasiones la libertad por redención de la pena, pero antes no se le concedió porque no había cumplido la cantidad de días necesarios de acuerdo a la norma.
Según el INPE, Humala trabajó y estudió 3.667 días estando en prisión. En agosto del año pasado, un periodista judicial del diario La República calculó cuánto tiempo faltaba de redención de pena de acuerdo a lo que la autoridad penitenciaria ya había registrado y proyectó en Twitter que el preso debía salir alrededor del 13 de este mes.
En 2009, la Justicia condenó a 25 años de prisión a Humala por homicidio calificado, rebelión, secuestro y sustracción de armas —entre otros delitos— en el Andahuaylazo, como se llamó a la toma violenta de una comisaría en la capital de la región Abancay con el objetivo de obligar a Toledo a dejar la presidencia. En 2011, la Corte Suprema disminuyó la pena a 19 años por homicidio simple.
Tan pronto la autoridad penitenciaria anunció la liberación del político extremista, la oposición cuestionó su salida, atribuyéndole al presidente Castillo el haberlo beneficiado indebidamente. Los opositores creen que Humala podría ayudar a Castillo en movilizaciones a su favor ante la grave crisis de gobernabilidad que afronta desde el año pasado.
Luego de dos mociones del Congreso para destituirlo que no alcanzaron votos suficientes, un sector del Parlamento mantiene la intención de sacar a Castillo del cargo debido a las investigaciones fiscales que han puesto contra las cuerdas al presidente, a la primera dama y a tres cuñados del mandatario, además de otras personas de su entorno y exfuncionarios. Castillo llegó al poder con promesas de garantizar derechos para los más desfavorecidos y el proyecto de una asamblea constituyente, pero abandonó pronto dicha agenda.
Vivian Olivos, congresista del partido fujimorista Fuerza Popular, pidió que la comisión de Fiscalización del Legislativo cite urgentemente al ministro de Justicia para que dé explicaciones sobre la redención de pena de Antauro Humala. Otro parlamentario opositor, Carlos Anderson, dijo en sus redes que “el Gobierno no tiene ningún problema en incendiar el país con tal de ‘salvar al presidente’”, refiriéndose a la liberación de Humala.
La exministra de Justicia y vocera de la oposición Marisol Pérez Tello, sin embargo, comentó en un programa de televisión que la decisión de redimir la pena al líder etnocacerista “no es feliz, pero es legal”.
Consultada por la prensa este sábado sobre el posible regreso a la política de su representado, la abogada Huidobro indicó que Humala ha pagado 130 mil soles de reparación civil —”a diferencia de Fujimori”— y no tiene ninguna restricción ni reglas de conducta que cumplir. ”No me lo ha dicho, pero es probable (que vuelva a la actividad política) porque es un líder bien connotado. Los etnocaceristas, antauristas y gente que sigue al mayor están viniendo a Lima para acompañarlo cuando salga”, agregó la abogada afuera de la prisión de Ancón II, en Lima Norte.
Vladimir Cerrón, fundador del partido de izquierda ortodoxa que aupó a Castillo como candidato presidencial en 2021, comentó favorablemente la salida en libertad de Humala. “Saludamos la liberación de Antauro Humala después de una prisión prolongada, sentencia injusta que nunca debió tener esa naturaleza”, tuiteó el líder de Perú Libre.
Perú vive una prolongada crisis política de gobernabilidad que ha llevado a que tenga cinco presidentes desde 2018. Según la encuesta más reciente del Instituto de Estudios Peruanos, un 85% de la población rechaza el desempeño del Congreso, un 71% desaprueba al presidente y un 65% está de acuerdo con adelantar las elecciones generales. Más de 190 organizaciones, asociaciones civiles e iglesias promueven un diálogo político por el adelanto de comicios y reformas electorales, pero el Ejecutivo y el Legislativo se mantienen en sus trece.
En ese escenario de agotamiento del sistema político, el antropólogo Ramón Pajuelo considera que “siempre hay un margen para alguien que confronte al gobierno y a la clase política planteando cambios profundos, y una parte del respaldo actual a Castillo podría ser atraído por un Antauro con un discurso confrontacional y de cambio estructural”. ”Antauro libre puede ser la justificación perfecta para quienes buscan mantener el desbarajuste actual: tanto para el Congreso como para el Gobierno”, agrega Pajuelo, investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos.
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