jueves, 1 de abril de 2021

Una de las grandes fortunas ocultas del mundo se evapora en unos días

 

Una de las grandes fortunas ocultas del mundo se evapora en unos días

Media docena de bancos y fondos internacionales pierde miles de millones tras respaldar las opacas inversiones en Archegos

Bill Hwang, en una imagen de archivo.
Bill Hwang, en una imagen de archivo.EMILE WAMSTEKER / BLOOMBERG

Desde su atalaya ubicada en el centro de Manhattan, a dos pasos de Central Park, Bill Hwang había construido silenciosamente una de las mayores fortunas del mundo. Ni siquiera Wall Street se fijó en él, hasta que de repente todo el mundo lo hizo.

La liquidación forzosa de más de 20.000 millones de dólares (algo más de 17.000 millones de euros) en participaciones vinculadas a la firma de inversiones Archegos ha disparado las alertas sobre los instrumentos financieros opacos que su directivo Bill Hwang utilizó para invertir de manera masiva en empresas y que han terminado arrastrando a fondos de inversión, bancos y multinacionales. Y todo ha ocurrido en cuestión de días.

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“Jamás había visto algo así. Por lo silencioso, lo concentrado y lo rápido que desapareció el dinero”, dice Mike Novogratz, exsocio de Goldman Sachs que lleva operando desde 1994. “Tiene que ser una de las mayores pérdidas de riqueza personal de la historia”.

Su extraordinaria racha de fortuna dio un giro a principios de la semana pasada, cuando las acciones de ViacomCBS, uno de los valores que auparon al magnate en 2020, se desplomaron un 9%. También cayeron otros valores en los que Hwang tenía importantes posiciones y, al cierre del jueves, el valor de su cartera perdió un 27%, más que suficiente para acabar con el patrimonio del inversor que, según fuentes del mercado, estaba apalancado de seis a ocho veces.

Gran parte de la deuda de Hwang estaba sostenida por grandes bancos como Nomura y Credit Suisse a través de derivados financieros como swaps (intercambios financieros) y CFD (contrato por diferencia), lo que se traduce en que Archegos pudo no haber poseído nunca la mayor parte de los valores subyacentes, si es que ha llegado a tener alguno.

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Mientras que los inversores que mantienen una participación superior al 5% en una empresa que cotiza en Estados Unidos suelen tener que revelar sus participaciones y transacciones posteriores, no es el caso de las posiciones que se toman a través del tipo de derivados aparentemente utilizados por Archegos. Los productos que se negocian fuera de las Bolsas permiten a gestores como Hwang acumular acciones en empresas sin tener que declararlas.

Gran parte de las operaciones de Hwang siguen sin estar claras, pero fuentes del sector estiman que sus activos crecieron de 5.000 a 10.000 millones de dólares en los últimos años y que las posiciones totales pueden haber superado los 50.000 millones. La cascada de pérdidas en Bolsa ha resonado desde Nueva York hasta Zúrich, pasando por Tokio, y deja un sinfín de preguntas sin respuesta, incluida la más importante: ¿Cómo pudo alguien asumir riesgos tan grandes, facilitados por tantos bancos, ante las narices de los reguladores de todo el mundo?

Una parte de la respuesta es que Hwang creó Archegos como una family office, una sociedad que gestiona exclusivamente una fortuna y que no necesita registrarse ante el regulador estadounidense, la SEC, por lo que no está obligada a revelar sus propietarios, ejecutivos o el volumen que gestiona. A partir de ahí, el empresario empleó derivados para acumular grandes participaciones en empresas sin tener que desvelarlas. Al mismo tiempo, bancos de prestigio lo acogieron como cliente, a pesar de su historial de uso de información privilegiada e intentos de manipulación del mercado chino que lo expulsaron del negocio de los hedge funds (fondos de cobertura) hace una década.

“Esto vuelve a plantear cuestiones sobre la regulación de las family offices”, mantiene Tyler Gellasch, antiguo asesor de la SEC. “¿Por qué deberíamos preocuparnos? Porque pueden tener un impacto significativo en el mercado”.

El rápido desmantelamiento de Archegos ha repercutido en todo el mundo, después de que bancos como Goldman Sachs y Morgan Stanley obligaran a la empresa de Hwang a vender miles de millones de dólares en inversiones en forma de apuestas altamente apalancadas. La venta ha llevado a Nomura y Credit Suisse a revelar que se enfrentan a pérdidas potencialmente significativas por su exposición, lo que ha hundido en Bolsa a las dos entidades un 20% desde el viernes.

La razón de la caída en dominó de bancos y fondos, que ha arrastrado a Goldman Sachs, Morgan Stanley, Wells Fargo y UBS, son los fondos prestados que los inversores utilizan para magnificar sus apuestas: el llamado margin call se produce cuando el mercado va en contra de una posición grande y apalancada, lo que obliga al fondo de cobertura a depositar más dinero en efectivo para cubrir cualquier pérdida. Probablemente, Archegos solo tuvo que depositar un pequeño porcentaje del valor total de las operaciones.

La cadena de acontecimientos provocada por este masivo desenlace es un recordatorio más del papel que los fondos de cobertura desempeñan en los mercados mundiales de capitales. A principios de este año, una operación en corto de un fondo de cobertura durante un frenesí alimentado por Reddit sobre Gamestop y otros valores provocó una pérdida de 6.000 millones de dólares para el fondo Melvin Capital y provocó la crítica de reguladores y políticos estadounidenses.

La idea de que una firma pueda amasar discretamente posiciones descomunales mediante el uso de derivados, como el caso de Archegos, podría desencadenar otra oleada de críticas contra empresas poco reguladas que tienen el poder de desestabilizar los mercados.

Si bien los ajustes de márgenes del viernes provocaron pérdidas de hasta el 40% en algunas acciones, el lunes no hubo señales de contagio en los mercados. Contrasta esto con 2008, cuando el entonces hombre más rico de Irlanda utilizó derivados para construir una posición tan grande en Anglo Irish Bank, que desencadenó el rescate internacional del país.

Los CFD y los swaps se encuentran entre los derivados que los inversores negocian en privado o en el mercado extrabursátil, en lugar de hacerlo a través de las Bolsas públicas. Esta opacidad contribuyó a agravar la crisis financiera de 2008, y desde entonces los reguladores han introducido un amplio conjunto de normas que limitan estos activos.

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