martes, 24 de septiembre de 2019

ENTREVISTA AL DIRECTOR GENERAL DEL ÁREA CORPORATIVA DE INVERSIONES DE MAPFRE José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo (Mapfre): “Cuando suban los tipos habrá llantos y rechinar de dientes”

José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo (Mapfre): “Cuando suban los tipos habrá llantos y rechinar de dientes”

Asume los tipos de interés negativos como un gran reto de gestión

grupo mapfre
José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo, director de inversiones de Mapfre. 
José Luis Jiménez (Madrid, 1968) acaba de cumplir cuatro años al frente de la dirección general corporativa de inversiones del grupo Mapfre. Bajo su responsabilidad, un equipo de 150 personas gestiona 60.000 millones de euros en 26 países distintos. La estrategia de la aseguradora pasa por un perfil de inversión muy conservador, búsqueda de alianzas con gestoras especializadas, y promoción del asesoramiento financiero entre sus clientes. Entre las grandes preocupaciones de Jiménez está la normalización de los tipos de interés.
¿Cuál es el balance de sus cuatro años en Mapfre?
La experiencia en el grupo ha sido fantástica. Por su ADN social, por el gran equipo humano, por su cultura corporativa basada en el esfuerzo y la meritocracia... y también por su gran presencia internacional.
¿Cuál ha sido su mayor desafío?
Los tipos de interés negativos. Es un reto apasionante, tanto teórico como práctico. Si tienes una cartera al 4% y una duración de cinco años, sabes que cada año va a perder algo de rentabilidad. Hay que ir buscando otras inversiones sin renunciar a tu esencia.
¿Cuánto durarán los tipos negativos?
No lo sé, pero sí que veo cada vez más publicaciones académicas que alertan sobre la parte perniciosa de estas políticas. Para que haya un crecimiento económico robusto es imprescindible que funcione bien el sector bancario, pero con los tipos tan bajos los bancos cada vez son más débiles. Esta es una vía de agua muy peligrosa que puede acabar hundiendo el barco. Al final, provoca que no haya una correcta transmisión de la política monetaria.
¿Con los tipos bajo cero, debería haber más desarrollo de la inversión en activos alternativos?
Sí. Solo hay algo de presencia en inversión institucional, especialmente en aseguradoras. En Mapfre hemos invertido 1.000 millones en los dos últimos años, como nuestra participación en el parque temático Puy de Fou. Para el cliente minorista es difícil acceder. Hay una revolución pendiente que facilite el acceso a este tipo de activos. En un mercado con tipos cero el riesgo es la creación de burbujas. Hay que recordar que es la primera vez en la Historia que se produce esta situación.
¿Dónde detectan riesgo de burbuja?
Las burbujas solo las ves cuando explotan. Lo que me temo es que, cuando suban los tipos de interés, van a caer muchas empresas en muy poco tiempo. Va a haber un periodo de llanto y rechinar de dientes. La Bolsa puede caer un 20% o un 30%. En renta fija puede haber correcciones significativas y habrá muchos bonos basura que den un gran susto. Por eso ponemos mucho el foco el tema de la solvencia y la liquidez en el balance de las compañías. Nosotros, al invertir, somos conservadores entre los conservadores.
Mapfre ha hecho una apuesta fuerte por la venta de productos financieros…
Sí. En 2017 lanzamos la marca Mapfre Gestión Patrimonial para dar servicios de asesoramiento financiero, y ya se han captado 500 millones de euros. Con los tipos cero cada vez hay una mayor demanda de este tipo de cosas. Estamos a un paso de que los bancos nos cobren por los depósitos. Desde esta división se recomiendan fondos, planes o seguros de ahorro... Mapfre ha demostrado ser un gran gestor de inversiones. El plan de pensiones de los empleados está entre los que mejor rentabilidad tiene de toda España. La cartera modelo de inversiones que recomendamos a nuestros clientes, es la misma que sale del comité de inversiones de Mapfre. Gestionamos igual nuestro dinero que el de nuestros clientes.
También ha habido una expansión internacional de Mapfre Asset Management.
Sí, creamos una sicav en Luxemburgo para distribuir en España y Francia. Y no descarto empezar a vender en otros mercados. Además, hemos incorporado un a nuevo director de ventas institucionales. Creemos que podemos aportar mucho a entidades como mutuas, fundaciones, bancos… En aquellas cosas donde tenemos menos experiencia, buscaremos alianzas como la que hemos hecho con la gestora francesa La Financière Responsable o con la firma de banca privada Abante. Es una estrategia multiboutique.
¿De dónde viene la apuesta por la inversión socialmente responsable?
Está en la esencia de Mapfre. En 1965 ya incorporó a los estatutos del grupo el concepto de responsabilidad social corporativa, y ahora lo hemos evolucionado. En todo el proceso de inversión tenemos en cuenta el análisis social, medioambiental y de buen gobierno corporativo [ASG]. Somos una de las casas con una mayor gama de productos que tiene este enfoque específico. Se trata de ir más allá del puro retorno financiero. De buscar compañías que tienen un propósito para la sociedad.
¿No hay una parte de marketing?
Hay jugadores que miran este asunto como una amenaza, o como una baza comercial. Para nosotros forma parte de nuestras raíces. Para poder adelantarnos ocho años a nuestros competidores decidimos aliarnos con La Financière, una gestora francesa con muchos años de experiencia y muy especializada. Otras gestoras españoles recurren a valoraciones de terceros, pero nosotros tenemos nuestro propio sistema de investigación, y seguimos 141 criterios ASG. Hemos tenido la humildad de reconocer que había otra casa que sabía de este asunto más que nosotros, para después optar por asociarnos con ellas.
¿Tienen fondos específicos?
Sí. Hemos sido la primera entidad del mundo que ha lanzado un fondo cuyo foco es la inclusión de la discapacidad. Es un tema que no es fácil de valorar, y donde hay que hacer formaciones específicas. Nuestro objetivo no es captar mucho dinero, sino aportar un valor a la sociedad.
¿Qué otro tipo de fondos innovadores han lanzado?
Uno basado en behavioral finance [finanzas del comportamiento]. Trata de maximizar las ineficiencias que se producen en los mercados analizando los sesgos de comportamiento de los inversores. El ser humano toma decisiones erróneas todos los días. Hay catalogados más de 250 sesgos cognitivos. Nosotros tratamos de aprovecharlos. En el consejo asesor hay neurólogos, académicos y exmilitares. Por ejemplo, cuando hay una mala noticia sobre una compañía se produce una sobrerreacción. Es el caso que ahora vemos en Atlantia, por los problemas generados tras el derrumbe del puente de Génova.
¿La gestión pasiva de fondos puede ser un competidor para ustedes?
Hemos visto a algunas gestoras internacionales entrar en pánico por esta competencia. En Reino Unido hay un gran debate sobre si los planes de pensiones públicos deberían irse a la gestión pasiva. Para nosotros es una oportunidad. Cuanto más dinero entre en la gestión indexada, más seremos capaces de demostrar nuestra capacidad. Por ejemplo, si creemos que la banca va a ir mal, qué sentido tiene comprar un fondo que replica un índice donde hay bancos. Nosotros solo utilizamos la inversión pasiva para apuestas puntuales. Hay que tener en cuenta que el fondo más barato no tiene por qué ser el mejor. En general, nuestro estilo de inversión se parece más al value investing que practican Warren Buffett o Francisco García Paramés.

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