miércoles, 23 de mayo de 2018

El profesor Giuseppe Conte será el primer ministro de Italia , la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, que tienen la mayoría en el Parlamento amenazaron a Mattarella con elecciones y con salir a las calles a protestar si no aceptaba otorgar el encargo a Conte

El profesor Giuseppe Conte será el primer ministro de Italia , la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, que tienen la mayoría en el Parlamento amenazaron a Mattarella con elecciones y con salir a las calles a protestar si no aceptaba otorgar el encargo a Conte

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La figura del jurista había sido puesta en entredicho por haber falseado su currículo

Giuseppe Conte, este miércoles en el Quirinal.
Giuseppe Conte, este miércoles en el Quirinal.  EFE
El profesor y abogado Giuseppe Conte, 54 años y ninguna experiencia política, ha recibido el encargo del jefe del Estado italiano, Sergio Mattarella, de formar Gobierno. El potencial primer ministro, propuesto por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), había sido objeto de una polémica en las últimas horas a cuenta de un currículum hinchado. La falta de alternativas y la mayoría que ostentan sus promotores han terminado imponiendo su nombre. Tras su encuentro con Mattarella, trató de tranquilizar ánimos asegurando que Italia cumplirá sus compromisos.
A las 17.30 del miércoles, el profesor Giuseppe Conte, un absoluto desconocido para los italianos, llegó solo en taxi a la colina del Quirinal desde su bufete de abogados en el centro de Roma, pagó la carrera en metálico y entró en el estudio de las cristaleras del palacio presidencial por primera vez en su vida. Una hora y 45 minutos después, una eternidad para este tipo de encuentros, con la misma carpeta blanca de folios que traía bajo el brazo, volvió a salir con el mandato de Sergio Mattarella de formar Gobierno. Si lo logra, será el presidente del Consejo de Ministros de Italia número 65 en los últimos 72 años. Pero él prefirió referirse a si mismo como el “abogado defensor de todos los italianos”.
Conte, que inmediatamente después se fue a ver los presidentes del Parlamento y del Senado, sabía que no era la opción preferida del jefe del Estado. También que Mattarella intentó hasta el último minuto que los escándalos sobre su currículum —exageró notablemente su experiencia académica en universidades extranjeras— y la presión mediática en torno a él abriesen alguna otra puerta. El profesor aguantó, buscó la confirmación de sus dos promotores y pasó una larga noche en vela hasta recibir la llamada.
La misión de Conte no tiene precedentes. El nuevo primer ministro, jurista y profesor de Derecho Privado en la Universidad de Florencia, deberá ejecutar un programa de 38 puntos y 58 páginas cosido a retazos durante de una larga negociación entre dos partidos antiestablishment. Pese a ello, el miércoles intentó rebajar la tensión de los últimos días y anunció que es consciente de “la fase delicada que atraviesa el país” y de los compromisos internacionales de Italia. Entre ellos, respetará asuntos como la finalización del proyecto de unión bancaria.
Ahora ambas formaciones se repartirán los puestos más relevantes del Ejecutivo y sus dos líderes ocuparán las carteras del Ministerio del Interior (Salvini) y Trabajo y Desarrollo Económico (Di Maio). Pero más allá de sus funciones ejecutivas, serán los garantes ante quienes deberá responder Conte. El nivel de autonomía, su capacidad para saltarse las notas de la partitura que le han escrito son ahora la gran incógnita.
El profesor, de momento, es un técnócrata que gobernará el país sin pasar por las urnas (el quinto consecutivo). Exactamente lo que la Liga y Movimiento 5 Estrellas criticaron durante cinco años y prometieron evitar. Lo hará sometido al escrutinio de dos líderes políticos de perfil muy marcado y constreñido por un difuso contrato de Gobierno que carece de base financiera para llevarse a cabosin reventar las costuras de una deuda pública que ya representa el 130% del país. Así se lo recordó el miércoles a Conte la patronal de empresarios italiana y cuarta subida consecutiva de la prima de riesgo, que llegó a los 200 puntos.
El Gobierno que nacerá la semana que viene no será a prueba de bombas. Mientras en la Cámara de Diputados conservará cierta holgura, en el Senado contará con una mayoría de solo seis escaños. Por eso hasta el último momento Salvini intentó atraer al pacto a su exsocio de coalición Hermanos de Italia. Su lideresa, sin embargo, cargó duramente contra él y rechazó esa posibilidad. Una situación que obligará a ambas formaciones a entenderse. En parte por eso se ha creado un comité de conciliación, un órgano paralelo al consejo de Ministros que se encargará de los acuerdos delicados que puedan poner en peligro el delicado equilibrio de fuerzas.
En ese exótico esquema de poder deberá transitar de puntillas Conte, de quien el miércoles seguían apareciendo sombras que sumaban a las de las exageraciones contenidas en su currículum. En este caso, fueron unos posibles impuestos impagados en una hipoteca. Sin embargo, la presión de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, que tienen la mayoría en el Parlamento y amenazaron a Mattarella con elecciones y con salir a las calles a protestar si no aceptaba otorgar el encargo a Conte, han terminado surtiendo efecto y se impusieron a las dudas del presidente.
Casi tres meses después de las elecciones, debería ahora iniciar una ronda de consultas con los partidos para elegir a los ministros. Pero se encontrará con una lista ya confeccionada sobre la que no podrá tocar ni una sola coma. Superado ese formalismo, deberá volver a visitar Mattarella para presentarle su Gobierno y jurar el cargo.

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